El conocido ultramarinos del Gancho que cumple 125 años y da un salto digital
Fundado hace más de un siglo, el almacén de patatas y legumbres del barrio de San Pablo de Zaragoza es referencia para vecinos del barrio y nuevos clientes.
Una señora camina con garbo por la calle de Predicadores. Apoya sus pasos en el carro de compra y con el brazo sujeta el monedero. Entra en el almacén de patatas y legumbres, donde una gran báscula y el capazo metálico para pesar son solo dos detalles de la historia que guardan sus ladrillos.
Este comercio es una tienda de referencia para los vecinos de San Pablo y de otros barrios de Zaragoza, donde los clientes más habituales comparten turno con otros nuevos que acuden por primera vez o que regresan en un recuerdo de infancia.
Corría 1899 cuando la familia Díez lo fundó y lo regentó durante cuatro generaciones, es decir, más de un siglo. Hace casi una década tomaron las riendas Juan Carlos y Noelia Abad, padre e hija de la distribuidora aragonesa Gourmet 5 Estrellas. A punto de cumplir 125 años de historia, han decidido dar un salto y ofrecen los mismos productos a través de la página web y de las redes sociales. "Es un relanzamiento en los nuevos tiempos, pero sin perder la esencia del almacén", cuenta Noelia Abad.
"El servicio ‘online’ también se puede ver como un catálogo a disposición de los clientes para que después vengan a la tienda", añaden. Más allá del plano digital, la atención personalizada continúa en el mostrador. "Tengo muchas calidades y formatos de cada uno de los productos y, dependiendo para qué sea, recomiendo uno u otro", pone como ejemplo Abad.
Las patatas son una bandera. En la actualidad cuentan con tres variedades: monalisa, agria y rudolph, que les traen directamente agricultores del Campo de Daroca, del pueblo de Villadoz. Además, en enero cuentan con patata de siembra. El granel es otro de los valores de los que presumen en el almacén de Predicadores. En este comercio es una tradición, pero también una diferenciación respecto a las grandes superficies.
Varias hileras de grandes sacos de legumbres hacen las veces de mostrador. Caparrón de La Rioja, boliche blanco, pinta, fabada, barco de Ávila, de Tolosa o el boliche del Pilar son solo una muestra. "Son nacionales y del año, es decir, cuando pasa ese tiempo, se retiran y traen nuevas", inciden ambos. A granel también ofrecen especias, té o frutos secos.
En las estanterías llama la atención las coloridas conservas. Con el tiempo se aumentó las referencias y ahora ofrecen una amplia gama, desde las grandes panderetas a latas más pequeñas. "Vendemos mucha salmuera", resaltan.
Aquellos que acuden a por los productos de diario se mezclan estos días con quienes buscan un capricho para la mesa de Nochevieja, ya que también cuentan con una línea más delicatesen. "Vendemos planchas de salmón, bacalao de Islandia, jamones, embutidos...", enumeran. Han ampliado con vermús, vinos y cavas y en estas fechas también trabajan el formato de cestas y lotes.
