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Dónde comer en Zaragoza: La Piparra, el paraíso de las cremas y las sopas frías

Este restaurante de cocina vegetal, casera y del mundo ofrece a diario dos propuestas para complementar el menú.

En La Piparra de sirven habitualmente seis sopas y cremas frías diferentes.
En La Piparra de sirven habitualmente seis sopas y cremas frías diferentes.
Alejandro Toquero

Las sopas y cremas frías son una buena alternativa para alimentarse correctamente en verano sin necesidad de abandonar la cuchara. A esta herramienta, asociada a recetas contundentes de invierno como guisos y potajes, también se le puede dar un buen uso en la época estival. Eso, precisamente, es lo que hacen en Zaragoza Hernán Pino y Sheila Latorre en La Piparra (c/ Predicadores, 39), su restaurante de cocina vegetal, casera y del mundo.

Cuando llega el verano, su propuesta de menú pasa por ofrecer tres platos combinados con protagonismo de verduras, legumbres y frutas. Atesoran muchos nutrientes para resolver muy bien una comida o una cena, pero como opción complementaria todos los días tienen dos sopas o cremas frías.

El gazpacho tradicional no suele faltar. “Hay que aprovechar ahora que llega el mejor momento del año del tomate”, comenta Hernán. Del recetario español también rescatan con frecuencia el ajoblanco, pero su mirada se amplía hacia otros lugares del mundo.

En los países del Este de Europa, desde Polonia y Bulgaria hasta Ucrania y Rusia, la remolacha es un ingrediente básico. Con ella elaboran la crema denominada holodnik. “Nosotros la preparamos con leche agria, que no deja de ser una leche cortada para obtener el cuerpo de la crema”. Tiene su versión caliente, que se denomina borsch, para la que se emplea algún ingrediente picante.

Crema de remolacha de los países del Este de Europa.
Crema de remolacha de los países del Este de Europa.
Alejandro Toquero

Para elaborarla, Hernán sugiere utilizar medio kilo de remolacha (hervida o precocida), cuatro pepinos pequeños, un manojo de eneldo y un litro de leche agria. “Para conseguirla se puede utilizar leche normal o de soja; en un litro se añaden cuatro cucharadas soperas de limón, se deja cuajar diez minutos y ya se puede utilizar”. Batir todos los ingredientes con sal al gusto y a comer.

Tarator es una crema búlgara de yogur que aparece con mucha frecuencia en el menú de La Piparra. Hernán suele emplear yogur de soja, pero también se puede hacer con griego. Para elaborar un litro de esta sopa utiliza 600 ml. de agua, 8 yogures, 600 gramos de pepino, un manojo de eneldo y dos o tres dientes de ajo, dependiendo de los gustos de los comensales. “Se bate todo y rápidamente se mete al frigorífico para consumir bien fría; el yogur le aporta mucha cremosidad, es una de las recetas que más les gusta a los clientes habituales”.

El yogur le aporta mucha cremosidad a las sopas frías.
El yogur le aporta mucha cremosidad a las sopas frías.
Alejandro Toquero

Otro clásico de La Piparra es la sopa coreana de pepino. La elaboración básica es con caldo de soja o de verduras y pepino rallado. “Nosotros añadimos fideos por aportar otro ingrediente y que llene un poco más; se sirve bien fría, hasta el punto de que en Corea se toma con cubitos de hielo”. Esta sopa se aliña con una vinagreta de salsa de soja y vinagre de arroz.

El último de los clásicos de este restaurante es la crema de guisantes. Es una propuesta británica que también se consume caliente en invierno. Se puede preparar con un caldo de verduras, al que se añaden los guisantes cocidos -pueden ser frescos o congelados- y menta. Un poco de sal, se bate y a enfriar.

La sopa coreana lleva pepino rallado.
La sopa coreana lleva pepino rallado.
Alejandro Toquero

Una opción menos habitual es la vichyssoise, que también se puede degustar fría o caliente. Todas estas sopas y cremas se sirven en La Piparra en un cuenco y el precio es de 3,80 euros.

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