gastronomía

Alma d'Barro, la botella de vino más especial

El alfarero de Fuentes de Ebro Alfonso Soro la ha diseñado para que siga evolucionado durante la crianza.

Una de las creaciones de Alfonso Soro.
Una de las creaciones de Alfonso Soro.
A. Toquero

Alfonso Soro es alfarero de cuarta generación de Fuentes de Ebro. Sus antepasados se ganaron la vida fabricando botijos, cántaros y tinajas, pero a él ya no le ha llegado para seguir viviendo de esos envases. Se ha tenido que reciclar y lo ha hecho a través del proyecto Alma d'Barro. Su principal creación es una botella de cerámica vidriada en el interior para que sea estanca, "pero que lleva una microválvula cerámica en la pared por donde se produce la micooxigenación".

De momento, se emplea en el mundo del vino. Tras su crianza en barrica o en tinaja, la idea es que los vinos se redondeen en la Botella Aragón, que es el nombre que recibe. Alfonso asegura que "atesora interesantes propiedades, como una mayor inercia térmica, la ausencia de paso de luz o la membrana que permite la microoxigenación y, por lo tanto, que sigan evolucionando".

Alfonso Soro muestra una de sus creaciones.
Alfonso Soro muestra una de sus creaciones.
A. Toquero

En la reciente edición de la Feria de Maquinaria, Técnicas y Equipos (Enomaq), celebrada en Zaragoza, su stand fue uno de los más visitados. “Estoy contento porque ha venido gente de toda España a conocer el proyecto y es probable que esta botella sirva para acoger otras bebidas como destilados”.

Evidentemente, no es barata. Alfonso prefiere no decir el precio, pero sugiere que "hasta 150 veces más que una de vidrio normal". Es decir, está pensada para acoger vinos de alta gama, cuyo valor de mercado ronde o supere los cien euros.

De momento, Bodega Clavería Barrabés se ha animado a embotellar en ella el Zinca Alma de Barro, un vino criado en tinajas extraporosas durante doce meses. También la han probado en Bodegas Tempore, de Lécera, y Tritium, de La Rioja.

Víctor Clavería se caracteriza por estar a la vanguardia en el mundo del vino y buscar la excelencia. Desde sus inicios utiliza tinajas de barro, tanto para la fermentación como para la crianza, usando técnicas que implican una mínima intervención.

"La idea es que esta botella acoja vinos naturales, biodinámicos, elaborados con mucho mimo y de producciones muy pequeñas", explica Alfonso Alfaro. Hasta ahora, los pedidos que ha recibido han sido, como mucho, de 300 botellas. En cada una va el logo de la bodega sobre la superficie cerámica y la caja está serigrafiada.

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