gastronomía

Elegir batería de cocina perfecta sin que se vaya la olla

Las tapas, asas, materiales o recubrimientos son algunos de los aspectos a tener en cuenta a la hora de seleccionar un conjunto de perolas.

Varias cacerolas y ollas en la tienda Tescoma de Zaragoza.
Varias cacerolas y ollas en la tienda Tescoma de Zaragoza.
Montañés

Cierto pánico se cuece cuando se decide cambiar la batería de cocina o el tipo de fuego. ¿Servirán las ollas, cacerolas y cazos o pasarán a la reserva?

Las tendencias están en contínua ebullición, entre la moda y las necesidades. La principal distinción son los materiales, que pueden variar en función del tipo de cocina, aunque en la actualidad la mayoría son compartidos para vitrocerámicas, gas, inducción...

"Ahora se llevan mucho las de piedra –caracterizadas por tener la superficie oscura con detalles claros-. Este recubrimiento ha vuelto porque es más natural, mantiene el calor y lo conduce de forma más uniforme", concreta María Galindo, de la tienda Tescoma, en la calle de San Jorge de Zaragoza.

El hierro fundido es otras de las tendencias actuales, que sirve para todas las cocinas pero tiene dos hándicaps: el peso y el precio. Un juego completo de este tipo puede ascender a casi 1.400 euros.

Olla recurso
Olla de hierro fundido, que se puede meter al horno.
Unsplash

En una batería de cocina se pueden identificar diferentes elementos. "La cacerola es la que tiene el litro a lo ancho, mientras que en la olla es a lo alto", explican en Tescoma. En estos comercios abundan las tapas de cristal con una válvula para liberar el vapor. Esa moda comparte mostrador con propuestas más punteras. "Estas son de silicona y hacen una doble función: de tapa y de salvamanteles, ya que cuentan con un imán que se adhiere a la base", muestra Pilar Alevesque de Kuhn Rikon, en Puerta Cinegia.

Otro de los aspectos a elegir son las asas y pomos. "Pueden ser metálicos, de baquelita o de silicona, para quitar y poner. Mientras que el primero quema, pero se pueden meter al horno, los otros no", puntualiza Galindo. "Y las frías", añaden en Kuhn Rikon, que son metálicas, pero no abrasan.

En el interior pueden ser antiadherentes, una superficie que impide que se peguen las comidas, pero que tiene fecha de caducidad.

A la amplia exposición que se ha encontrado se suman las ollas de cocción lenta, que no tienen tan buena aceptación, ya que los tiempos se ralentizan. No obstante, son una opción para quienes se ausentan de casa y cuando vuelven desean la comida caliente. Para aquellos que les falta el tiempo, siempre estarán las ‘ollas exprés’.

Al cazo se le hace caso

"El cazo se compra mucho más que las cacerolas. Por ejemplo, lo adquieren personas que viven solas y que algunas piezas les parecen grandes", indica Galindo. También más demandado por un público mayor son las baterías de cocina esmaltadas, fáciles de encontrar en ferreterías. "Estas se caen, se descascarillan y hay que tirarlas, mientras que las de acero se abollan y se pueden seguir usando", las distingue Victoria Madre, de la Ferretería José Luis, en la calle de San Vicente de Paúl de la capital aragonesa.

En este comercio, con más de 70 años de trayectoria, también hay tarteras, tanto metálicas como de barro. Las primeras se pueden usar en vitrocerámica y al horno, pero con "cuidado y precaución". "Recomiendo ponerlas bajo el grifo, secarlas y llevarlas al fuego, que se debe subir de forma progresiva para evitar que se rajen y nunca ponerlas a la máxima temperatura", aconseja. En relación a las tarteras de barro, Madre avisa que en el mercado las hay con plomo, que se identifican porque huelen raro al calentarlas e incide en que "no son recomendables para la salud".

"La vitro tienden a desaparecer"

"La vitro tienden a desaparecer", sentencia Alevesque. Óscar Lucía, catedrático en el Área de Tecnología Electrónica de la Universidad de Zaragoza, investiga la electrónica de potencia, en especial al calentamiento por inducción en colaboración con BSH Electrodomésticos. Intenta que "el calentamiento sea homogéneo, con el diseño de un inductor adecuado que logre que toda la superficie esté a la misma temperatura", explica el también Premio Agustín de Betancourt y Molina de la Real Academia de Ingeniería.

Para inducción es necesario que sean útiles ferromagnéticos. Por esta razón, no son indicadas las de barro o de aluminio, pero sí se pueden utilizar las de hierro y acero inoxidable indicadas, ya sean con el acabado de piedra o esmaltadas. Como alternativa al acero o al hierro, "en el mercado hay recipientes de aluminio, muy barato, de fácil manejo y ligero a los que se le agregan una base de material o un disco de acero o de otro material ferromagnético", explica Lucía.

Al margen de la forma o material, es necesario un "buen mantenimiento", como avisan los cocineros profesionales.

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