gastronomía

Una cocina con más de 135 años de servicio en Zaragoza

La tienda económica de la capital aragonesa se fundó en 1887 con abastecimiento de comidas en el conocido como "'restaurant' del pobre".

Comedor de la cocina económica de Zaragoza, en los años 30.
Comedor de la cocina económica de Zaragoza, en los años 30.
Marín Chivite | Archivo HERALDO

"Aquí comieron los obreros que construyeron los puentes de Zaragoza porque, aunque eran trabajadores, no tenían recursos", recuerda una hermana de las Hijas de la Caridad. Esa solo es una de las historias que se han aderezado en la cocina de la casa de esta orden, en la plaza del Pilar. El edificio actual se construyó a principios de los 40 y en ella se instaló la Tienda Económica con cocina, pero ya funcionaban desde 1887.

"En el 'restaurant' del pobre, como así se le denomina vulgarmente a los comedores establecidos en la Tienda Económica, se sirvieron durante 1931 dos millones cuatrocientas mil doscientas noventa raciones, lo que da proporción diaria de más de seis mil quinientas", se publicó en este periódico.

La comida consistía en "tres platos selectos, pan y postre". Tortilla de patata, huevo con tomate, albóndigas, hígado, callos, escabeches variados, paella con carne, cocido de garbanzos o judías eran algunos de los menús que se repartían por 10 o 15 céntimos. 'La Milagrosa', como se conocía, no dejó de atender "ni un solo día".

Cocina del comedor social de las Hijas de la Caridad de Zaragoza.
Cocina del comedor social de las Hijas de la Caridad de Zaragoza.
Guillermo Mestre

El relato se repite. "Esta cocina no cesa su actividad en los 365 días, 366 si es bisiesto", dice ahora Vico García, educadora del comedor de la obra social de San Vicente de Paúl de Zaragoza.

A primera hora de la mañana el aroma a café conquista esta cocina. "Tenemos de cafeteras y de puchero", cuenta Esther Garbajosa, la cocinera de Seral, la empresa hostelera que la gestiona. El desayuno es de entrada libre, para todo aquel que lo necesite. Solo el pasado año se sirvieron 5.551.

Todavía con la gran italiana en el fuego, comienza la elaboración de un arroz con marisco y de lomo con salsa y verduras. "El menú está diseñado por nutricionistas, por lo que es una dieta equilibrada", apuntan ambas. Se adaptan a las necesidades de los comensales, en función de sus recomendaciones médicas o costumbres. "A veces también les hago un postre, como torrijas o pudin", cuenta Esther a la vez que Vico se relame pensando en las natillas caseras de esta semana.

"La cocina es totalmente casera, como la que puedo hacer en mi casa", cuenta Esther, a la par que remueve los 5 kilos de arroz y los 10 kilos de lomo. Esas cantidades solo son un ejemplo de la envergadura de esta cocina, ya que también utilizan 20 de patatas o 15 kilos de carne guisada.

Muchas de las materias primas, en especial para el desayuno, provienen de donaciones, tanto del Banco de Alimentos como de multitud de entidades públicas y privadas, mientras que el resto de las necesidades las asume la obra social. El año pasado se ofrecieron 7.068 comidas, a las que sumar el servicio a dos comunidades de las religiosas. Lo que más triunfa en el comedor son los platos de carne, el arroz, las legumbres o la pasta.

"La comida es el medio para llegar a las personas con problemas económicos y sociales e intervenir", explica García. Cuando ingresan en el proceso, se comprometen en una serie de acuerdos y plan de trabajo, por lo que los destinatarios cambian a lo largo del año. El ambiente es muy familiar, de hecho, cuentan con una sala donde conversar antes de comer.

Esta historia, que continúa en 2023, realza el título de la ciudad de "muy benéfica".

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