GASTRONOMÍA
El restaurante Garnet celebra su mayoría de edad: “Hemos vivido una montaña rusa de emociones”
Este establecimiento ubicado en los bajos de El Trovador afronta el reto de mostrar un perfil más gastronómico.
La cafetería restaurante Garnet (plaza de Antonio Beltrán Martínez, 1. 976 207 923) es un negocio hostelero en el que se mezclan la intuición, la ilusión y los sueños de su propietario, Sergio Mata. El establecimiento cumple este año su mayoría de edad, 18 años de funcionamiento en los bajos del centro empresarial El Trovador, un tiempo que ha sido algo así como “una montaña rusa de emociones”, comenta.
Con tan solo 23 años, Sergio montó una empresa informática con varios socios, pero enseguida vio las posibilidades que el entorno ofrecía para abrir un negocio hostelero. En ese momento, probablemente su voz interior le recordó lo que tantas veces le dicen sus padres, “que a los cinco años ya tenía claro que de mayor abriría un restaurante”.
Sergio estudió Empresariales y además de crear una empresa informática, antes fue responsable financiero en una gran multinacional. Pero en su fuero interno sentía que Garnet era su proyecto, donde quería poner el foco.
El sábado 11 de febrero fue el día elegido para celebrar la mayoría de edad del restaurante junto a buenos clientes/amigos. Se preparó un programa de actividades variado “porque de lo que se trataba era de pasar un buen rato”.
“Abrimos en 2005; en el Trovador había muy pocos trabajadores, así que tras dos años de funcionamiento, cuando todo parecía que se venía abajo, mis dos socios abandonaron el proyecto y me quedé solo”.
Sergio Mata puso todo su empeño en remontar el vuelo y reconoce que el año de la Expo “fue increíble, con tres mil personas en el centro empresarial”. Pero duró poco. La tremenda crisis posterior volvió a dejar el edificio medio vacío “y esa travesía tan difícil la superamos a base de echar muchas horas”.
Durante esos primeros años, Garnet era más una cafetería con un menú de perfil bajo que un restaurante. Todo volvió a cambiar en 2013, cuando los brotes verdes llegaron de nuevo y se llevó a cabo la ampliación con un comedor independiente tras el cierre del restaurante Entrebastidores, que estaba al lado.
A partir de ese momento, la apuesta por elevar el listón gastronómico ha sido una constante, “dando pasos pequeños y buscando personas cualificadas tanto en la cocina como en la sala; en definitiva, haciendo equipo”.
El menú del día subió de nivel, especialmente el del fin de semana, y la carta, pensando sobre todo en la noche, también creció en intenciones. Pero se produjo un nuevo batacazo: llegó la pandemia. “De repente, un buen día nos encontramos con que de dar servicio a más de tres mil personas pasamos a 30”, recuerda.
Sin embargo, la crisis sanitaria finalmente se convirtió en un detonante. Fue el momento de dar un paso al frente y dejar de mirar solo a El Trovador para poner mirar hacia el resto de la ciudad. El objetivo: mejorar todavía más la calidad gastronómica y atraer a nuevos clientes.
Ahí surgió en 2021 la figura del cocinero Sergio Terrón. Su espíritu inquieto encajó a la perfección, mientras en el comedor, Tina Justo, la jefa, una profesional incansable, seguía y sigue encarnando el trato afable y cercano, otra de las señas de identidad de la casa.
Con estos mimbres, Garnet se parece hoy más a un restaurante gastronómico que a una cafetería, especialmente los fines de semana. Recetas como ravioli de gambas con setas, zamburiña con berenjena asada y salsa de trompetilla o rabo de toro con pico de gallo y patata trufada así lo demuestran.
Eso sí, Sergio continúa fiel a su filosofía de ir poco a poco, paso a paso, pero la presencia de un menú degustación que lleva tiempo ensayando, cada vez está más cerca. Es la próxima estación hacia la que se dirige Garnet tras celebrar su mayoría de edad.
