“Hemos traído trufas pequeñas para que la gente las compre y pierda el miedo a utilizarlas”. Este comentario de Marisa Esteban, de Vintro (Trufa Selecta de Teruel) se ha repetido bastante en la puesta de largo de la II Muestra de la trufa negra de la provincia de Zaragoza que se celebra este fin de semana en el hotel Zentro de la capital aragonesa.

En esta cita van de la mano la Asociación de Truficultores de las Comarcas de Zaragoza (Truzarfa) y el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA). Sus responsables han dejado claro durante toda la jornada cuál es principal objetivo de la muestra: popularizar entre los zaragozanos el consumo de la ´tuber melanosporump` y que conozcan de qué forma se puede conservar y trabajar en la cocina para sacar el mayor partido culinario.

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La sensación durante las primeras horas de actividad ha sido de bastante animación. Además, los asistentes no solo se han acercado a mirar sino que también han comprado muchas trufas. Para incentivar este consumo, los ejemplares que se han puesto a la venta han sido mayoritariamente pequeños, de entre 20 y 30 gramos, con un coste entre 20 y 30 euros.

Este es el precio fijado por los organizadores, que sirve de baremo de medida para los nueve expositores que están presentes en esta cita. “En el mercado se está pagando a 1.200 euros y más el kilo, así que es una buena oportunidad para que los zaragozanos se acerquen a conocer este producto a un precio razonable”, explica Carlos Arnaudas, secretario de Truzarfa.

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Carlos reivindica el protagonismo cada vez mayor de la ´tuber melanosporum` en la provincia de Zaragoza. Él tiene la plantación en Encinacorba, pero también está creciendo mucho la producción en las altas Cinco Villas, Daroca y las dos caras del Moncayo.

“Las trufas están recogidas este jueves y todas son de primera o extra, lavadas y perfectamente limpias con un aparato de ultrasonido”, prosigue. Además, a cada cliente se le entrega una hoja informativa sobre cómo tratarlas, conservarlas y consumirlas.

'La trufa en la cocina', precisamente, es el título de la mesa redonda en la que ha participado Roberto Alfaro, jefe de cocina del restaurante Absintihum. En su intervención ha insistido en empezar a utilizarla en casa en elaboraciones sencillas como pueden ser un montadito con aceite de oliva virgen extra, sal maldon y unas lascas de trufa negra, huevos rotos, risotto o puré de patatas. “En los platos calientes siempre hay que añadirla al terminar de cocinarlos, cuando todavía conservan el calor residual que va a hacer que la trufa exprese todos sus aromas”.

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Blanca Rodríguez del restaurante Rodi de Fuendejalón ganó el año pasado el premio a la mejor tapa de la provincia del certamen 'Descubre la trufa'. Lo hizo con una mousse de vainilla de Madagascar y 'tuber melanosporum' que han degustado los asistentes a la muestra. Sus yemas trufadas también están siendo muy apreciadas por el público.

De Teruel hay una buena representación en la muestra. Calamocha es una zona nueva de producción, donde Marisa Esteban y su familia tienen 12 hectáreas. "Es una tierra óptima, con grandes llanuras, donde se está plantando mucha trufa", comenta. Marisa está convencida de que "cuando cuidas bien los árboles consigues adelantar la recogida, como nos está sucediendo a nosotros".

Antonio Paricio y Carlos Martín han llegado desde Loscos con sus trufas de Brisentruf. En su caso, se han preocupado mucho de la presentación, ya que están comprobando que es un producto muy adecuado para regalar. "Hemos diseñado unas cajas que se abren y quedan como si fuera una palma y a la gente le encantan", asegura Carlos.