gastronomía

Gonzo lleva a Zaragoza la costumbre italiana del 'aperitivi'

Este establecimiento quiere fomentar el tardeo y la coctelería ofreciendo su carta en formato tapa.

Algunos de los aperitivos que se ofrecen en Gonzo con cada consumición.
Algunos de los aperitivos que se ofrecen en Gonzo con cada consumición.
Florentino Fondevila

Gonzo Bitter Bar lleva tres años abierto en el entorno de la plaza de los Sitios de Zaragoza. Su apuesta es única y un tanto atrevida: ofrecer una coctelería clásica al mismo tiempo que se disfruta de recetas auténticas de la cocina italiana a cualquier hora del día.

En definitiva, un concepto novedoso que requiere de tiempo y paciencia para consolidarse. En ello están sus propietarios, que en lugar de retroceder y apostar por un proyecto más clásico de restaurante italiano, han decidido hacer todo lo contrario: arriesgar con la creación de su propio ‘aperitivi’ transalpino que se ofrece todos los días de la semana desde las siete a las nueve de la noche.

Para entenderlo rápido, su propuesta es algo así como un: pide una consumición y te regalamos la tapa. Pero claro, el punto de partida es que estamos hablando de gastronomía de autor, sin estridencias ni esnobismos, donde la calidad de las materias primas y la calidez de su tratamiento en cocina brillan con luz propia.

De hecho, los aperitivos que se ofrecen con la consumición salen de la carta. Nada de poner un trozo de chorizo sobre una rebanada de pan. En concreto, cada semana se adaptan cuatro recetas y el cliente decide la que más le apetece.

En cuanto a la bebida, este tapeo de tarde se ofrece con cualquiera, desde un vino o una caña a una copa o un cóctel. En cualquier caso, este último formato es el que se quiere potenciar, ya que forma parte de la esencia de Gonzo: fomentar un buen ambiente ‘afterwork’ en el local para quienes desean pasar un rato agradable después del trabajo.

Dicho esto, hay que ver las tapas que salen de la cocina para hacerse una idea de lo novedoso de su propuesta. Stracciatella de burrata con tomate San Marzano –el más dulce del mundo– horneado y pesto casero: o carpaccio de solomillo que se espalma y no se corta, para que quede más tierno, con parmesano de 24 meses, ensalada de rúcula y limón, y mayonesa especiada.

Solo son dos ejemplos, porque la idea es que, al final, prácticamente toda la carta se ofrezca como una pequeña ración. También las pizzas, como la de mortadela de Bolonia al tartufo, o los paccheri a la amatriacana, uno de los pilares de la cocina italiana. Como opción verde se puede disfrutar de su versión de la ensalada César elaborada con guanchale –un embutido típico de Roma–, pollo al horno con orégano y cogollos de Tudela, además de la salsa de elaboración propia, por supuesto.

Aunque estos aperitivos italianos se ofrecen gratuitamente al pedir cualquier bebida, la idea es potenciar los cócteles clásicos de la carta como bloody mary, dry martini, mojito, daikiri o moscow mule.

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