El Festín de Babel mira al futuro 20 años después

Este restaurante de cocinas del mundo celebra su aniversario con dos menús de platos históricos.

Una cena a la que asistió Diego Vasallo.
Una cena a la que asistió Diego Vasallo.
Ángel Burbano

El restaurante El Festín de Babel cumple 20 años y si fue innovador en 2002 proponiendo cocinas de países que nadie practicaba en Zaragoza, lo sigue siendo hoy, en un mundo mucho más globalizado, sugiriendo que su gran reto es conciliar la huella que dejan muchos de los productos que llegan de fuera, durante su transporte y cultivo, con un modelo ecológico.

A ello aspira el propietario, cocinero, músico, compositor y poeta Sergio Ortas, conocido artísticamente como Puritani. Desde una visión más empresarial, uno de sus mayores retos es "ajustar los márgenes para trabajar de una manera digna sin subir mucho los precios para que la gente siga viniendo".

Llegados a este punto, no está de más recordar que este restaurante vio la luz de la mano del mito bíblico de Babel y del cuento de Isak Dinesen con su adaptación al cine en ‘El festín de Babette’, un canto a la vida y al disfrute. Además, desde el principio, en las paredes del restaurante hay muestras de arte y las selecciones musicales que se proponen son otro elemento fundamental.

Este envoltorio encaja con la gastronomía incluyente que se practica en El Festín de Babel, donde a todos los grupos de alimentación se les hace un hueco (vegetarianos, veganos, celíacos…). Este ideario se refleja en dos menús conmemorativos a modo de celebración del 20 aniversario.

Vieron la luz hace unos meses. El Popular de Babel es una carta a precio cerrado (27 euros entre semana y 29 el fin de semana), que entre otros platos incluye algunos de los más clásicos como el tailandés ragú de berenjena con cebollas confitadas y salsa agripicante, o el ucraniano blinis de boletus confitados al limón y crema smetana. Esta última, seguramente, su receta más icónica.

Entre los platos principales se viaja a Singapur con los dados de salmón marinado y escaldado con ajo y jengibre; a Grecia con la popular musaka de berenjena y ternasco, o a la República Checa con carrilleras ibéricas estofadas al modo ‘goulash’. En cuanto a los postres, conviene no perderse el syrkiki sobre betty marrón de manzana y cerezas estofadas.

En el Premium de Babel (38 euros) se prueban tres entrantes, un principal y el postre. Se empieza con las tres recetas que más alegrías le han dado a Sergio Ortas: el ragú de berenjena, los dados de salmón y el blinis, para continuar con otras propuestas consolidadas de El Festín.

En todos los casos, el criterio es el mismo: producto de cercanía, mirada universal e interpretaciones libres para plasmar a la mesa ese punto de creatividad que este restaurante no ha perdido.

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