gastronomía

Lalmolda alarga la temporada de los huesos de santo

Esta pastelería centenaria los ofrece desde primeros de octubre dada la buena respuesta del público.

Reyes Lalmolda muestra los huesos de santo en el escaparate de la pastelería.
Reyes Lalmolda muestra los huesos de santo en el escaparate de la pastelería.
A. Toquero

La pastelería Lalmolda (c/ Méndez Núñez, 11. 876 717 091) representa la tradición pastelera en la capital aragonesa con sus 102 años de historia. Cuenta con obrador propio donde elaboran las tartas, los pasteles y la repostería. Pero entre su amplio catálogo, hay un producto que destaca en esta época: los huesos de santo.

Hace ya unos cuantos años que Reyes Lalmolda y su equipo decidieron adelantar la temporada de los huevos de santo, que tradicionalmente se consumen en los días previos a la festividad del 1 de noviembre. De esta forma, desde primeros de octubre, coincidiendo con el inicio de las fiestas del Pilar, ya se podían ver en el escaparate de la pastelería. “Probamos hace tiempo y la respuesta fue magnífica, así que hemos decidido continuar; la gente está deseando comerlos y que la temporada se alargue más allá de una semana”, explica Reyes.

Durante estos días no venden tantos huesos de santo como rosquillas, que son su producto estrella, “pero a lo largo del día, durante todo el mes de octubre, es un continuo goteo”. En Lalmolda los venden al peso (40 euros el kilo), un precio relativamente asequible para lo que se han encarecido las materias primas. “Hay vecinos que bajan de casa y nos piden uno para darse un pequeño capricho, pero lo más normal es que la gente compre las bandejas que tenemos de media docena, o de una docena si, por ejemplo, los van a llevar a un encuentro familiar”, destaca la propietaria de la pastelería.

Los huesos de santo llaman la atención en el escaparate.
Los huesos de santo llaman la atención en el escaparate.
A. Toquero

Mazapán y yema. Estos son las dos preparaciones que se combinan en el hueso de santo. “Se trata de productos muy delicados que hay que trabajar con mucho mimo para obtener, por ejemplo, una yema selecta de pastelería”.

Esta, sin duda, es la principal diferencia con otros de hueso industrializados. “El hueso de santo lo que exige, sobre todo, es un equilibrio, que el azúcar no se apodere para que después de comerlo te quede un regusto agradable y no empalague”, prosigue.

Para lograrlo, en el obrador de Lalmolda hay una maestra pastelera que se dedica en exclusiva a elaborarlos durante esta temporada. “Seguimos la fórmula secreta de mi padre, que es el que empezó a hacerlos; no hemos necesitado quitar azúcar de la receta porque ya era bastante equilibrada y a la gente le gusta mucho”.

En cuanto a su consumo, son las personas mayores las que más se decantan por los huesos de santo, “pero tenemos muchos abuelos que vienen con sus nietos, se los han dado a probar y ahora son ellos los que los piden”.

Los panellets son una versión de este dulce típico de la festividad de Todos los Santos, y en Lalmolda también tienen la costumbre de elaborarlos. Aunque el panellet estrella es el de piñones, también se pueden encontrar de muchos otros sabores: almendra, coco, café, fresa, chocolate… “Incluso los hacemos de hueso de santo tostado”, comenta Reyes. “No se venden tanto como los huesos, pero los pide mucha gente mayor”, concluye.

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