El presidente de ADEA, Salvador Arenere: "A la mesa es más fácil llegar a acuerdos"

El presidente de los directivos aragoneses cree que "nos tenemos que creer más en nuestro potencial gastronómico".

Salvador Arenere, en la masía de Puertomingalvo.
Salvador Arenere, en la masía de Puertomingalvo.
Aránzazu Navarro

El presidente de la Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón (ADEA), Salvador Arenere, hizo realidad hace seis años el sueño de reconvertir la antigua masía que sus abuelos tenían en Puertomingalvo (Teruel) en un hotel con encanto. Él y su hermano Jesús querían abrir una pequeña casa rural, pero el proyecto se ha acabado convirtiendo en un estupendo destino para relajarse y conectar con la naturaleza. Mas de Cebrián se llama.

Salvador tuvo claro que en este lugar la gastronomía tenía que jugar un papel importante y debía estar pegada al territorio y a los productos de temporada. "La cecina de Mosqueruela, los quesos de Tronchón, el vacuno y el ovino que se cría en los alrededores, los rebollones y la caza forman parte de la carta y son un gran atractivo para los visitantes", asegura Salvador.

A todos ellos hay que sumar la trufa, así que no es de extrañar que el proyecto más inmediato que tiene en la cabeza sea abrir una pequeña tienda para mostrar estos productos. "También vamos a poner un huerto para autoabastecernos y ofrecer la mayoría de las verduras y hortalizas del entorno".

Salvador tiene claro que la gastronomía es un argumento turístico de primera categoría y que muchas personas se mueven por él. "Nos falta valorar lo nuestro y saber venderlo junto a algún restaurante más de alto nivel, pero contamos con una gran despensa y magníficos cocineros", reflexiona.

En los foros de ADEA, su presidente ha apostado por dar visibilidad a la gastronomía mostrando el trabajo de grandes sumilleres aragoneses que han triunfado en España. "Hay profesionales como Raúl Igual, Jesús Solanas o Manu Jiménez que lo están haciendo muy bien y que pueden ser un buen ejemplo a seguir".

A Salvador Arenere también le gustaría que se hiciese realidad un gran centro negocios en la estación de Delicias de Zaragoza donde se pudieran cerrar muchos tratos entre Madrid y Barcelona. "En él, la gastronomía aragonesa podría tener un gran protagonismo; sería un magnífico escaparate para dar a conocer fuera los alimentos de Aragón y a nuestros chefs". Y es que el presidente de ADEA tiene claro que "alrededor de una mesa siempre suceden cosas interesantes y cuando uno se siente a gusto es más proclive a llegar a acuerdos".

Sus recuerdos vinculados a la comida los tiene desde que era muy niño. "Era mal comedor y durante tres veranos mis padres me traían con mis abuelos a esta masía; venía aquí y enseguida me entraba el apetito de estar todo el día en la calle".

El arroz le apasiona, hasta el punto de confesar que se alimentaría a diario con el rico recetario que acompaña a este cereal. Le gusta la diversidad de los arroces de Alicante y, especialmente, "el de caldero de Villajoyosa, que se prepara con un fumet de pescados de roca de la zona".

Eso sí, no se declara muy cocinillas, aunque el confinamiento le sirvió para descubrir que tiene buena mano para el arroz abanda o la paella valenciana, además de los huevos a la flamenca. "No tengo mucho tiempo, pero competir con mi mujer en los fogones es complicado; las verduras las trabaja muy bien y como buena riojana le tiene cogido estupendamente el punto a guisos y potajes, y el cabrito lechal de la sierra de Cameros, lo borda". Son otros ingredientes y recetas que forman parte de su memoria gustativa.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión