La heladería Il Carrettino y su cucurucho de 18 bolas piden el relevo

Carlos Ramón y Ana María Navarro traspasan la heladería de Las Fuentes donde llevan trabajando 28 años.

Carlos y Ana María reconocen que no es un helado fácil de comer.
Carlos y Ana María reconocen que no es un helado fácil de comer.
Alejandro Toquero

Carlos Ramón y Ana María Navarro llevan 28 años al frente de la heladería Il Carrettino del barrio de Las Fuentes de Zaragoza (Avda. Compromiso de Caspe, 105). El nombre lo heredaron de los dueños anteriores –hace alusión, en italiano, al carrito de los helados–, que gestionaron el local durante 20 años.

Carlos y Ana María utilizan un argumento bastante razonable al comparar el esfuerzo que supone ganarse a la clientela en el centro de la ciudad o en un barrio como Las Fuentes. “Date cuenta –razonan–, de que en una zona como Las Fuentes, los clientes potenciales son los vecinos del entorno; difícilmente vienen turistas o gente de paso de otros barrios, así que el nivel de calidad de los helados tiene que ser siempre alto porque en caso contrario no repiten, mientras que en el centro la clientela suele ser más de paso”.

La cercanía en el trato se nota durante la visita para este reportaje. En la tienda entran unos cuantos clientes y se saludan como si fueran familia o amigos de toda la vida. “En el centro venderíamos más, claro, pero estamos contentos de cómo nos ha ido”.

Carlos y Ana María casi hablan en pasado. Los dos se han acogido a la jubilación activa y están esperando a que alguien asuma el traspaso para dar el relevo. “Nuestros hijos no quieren seguir, estamos un poco de salida pero hay que seguir a la espera”, reconocen.

En este tiempo extra que le están dando a su vida laboral, han recibido un reconocimiento que les ha hecho mucha ilusión. La Guía Repsol les ha concedido un Solete que identifica a Il Carrettino como una de las mejores heladerías de Zaragoza. “Ha sido una sorpresa muy agradable –confiesan–, un bonito espaldarazo al trabajo de tantos años”.

Carlos elabora a diario en el obrador los helados italianos que ofrece a la clientela. “En la actualidad tenemos 22 sabores, a lo que hay que añadir los granizados, horchata, leche merengada, trufa...”.

Carlos Ramón, adornando un helado.
Carlos Ramón, adornando un helado.
Alejandro Toquero

Algunos de los sabores más peculiares de su carta son los denominados pitufo, unicornio y fresisuis. En los tres casos, los más pequeños de la casa son sus principales consumidores. Ana María explica que “el helado pitufo tiene un sabor que recuerda a las gominolas; el unicornio, a chicle y vainilla, y el fresisuis es una interpretación libre del famoso helado que trae locos a Bart y al resto de la pandilla en la serie Los Simpson”.

Además de estas propuestas, hay otro detalle curioso que ha marcado la trayectoria de Il Carrettino: su enorme cucurucho de hasta 20 bolas que solo una persona ha conseguido degustar de un tirón.

El chocolate caliente se solidifica al contacto con el helado frío.
El chocolate caliente se solidifica al contacto con el helado frío.
Alejandro Toquero

Ana María cuenta cómo empezó todo: “A una amiga de mi hija le gustan mucho los helados y cuando venía pedía las tarrinas grandes. Un día le pregunté si se animaba con un cucurucho de una bola de cada sabor y se lo comió. Aquel tenía 18 y es la única persona que lo ha conseguido”. Eso sucedió hace aproximadamente 15 años. “En alguna ocasión hemos salido en televisión y es entonces cuando más gente se ha animado a pedirlo, pero no ha habido nadie más que haya podido con él”.

Eso sí, Ana María reconoce que es complicado de comer porque “con tantas bolas no das abasto y se deshace, pero alguna vez vienen cuadrillas de amigos, lo piden y entre varios se lo terminan”. Carlos añade un detalle más: “Si pones 20 bolas son dos litros de helado los que te comes, y con eso no puede cualquiera”. Además está el precio al que hay que cobrarlo, por supuesto.

Al margen de esta curiosidad, en esta heladería, como en todas, los sabores que más se demandan son los que más se elaboran. Chocolate, nata, vainilla, tutti frutti... “He preparado helados de todo tipo –comenta Carlos–, también salados de pan con tomate y aceite, o vinagre de Módena; la gente dice que están muy ricos, pero a la hora de la verdad se piden los de toda la vida”.

En la actualidad, esta heladería ofrece 22 sabores.
En la actualidad, esta heladería ofrece 22 sabores.
Alejandro Toquero
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