gastronomía
Helados caseros que se hacen en un 'tris'
Fruta de temporada y un yogur natural pueden ser los básicos ingredientes para elaborar un sano helado.
Que levante la mano aquel lector que a estas alturas del año no se ha llevado un helado a la boca. No es novedad que estos dulces se toman todo el año, pero las altas temperaturas de las últimas semanas han incitado a comerlos. "Hay que tener cuidado porque muchas veces los helados que se toman son de todo menos saludables, aunque ponga que contienen fruta", avisa Montserrat Martínez, nutricionista y profesora del área de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Zaragoza. Esta profesional pone el foco en los industriales, aunque reconoce que también se pueden incluir algunos artesanos. "Si uno mira la etiqueta, podrá leer que además de muchos aditivos, contienen mucho azúcar y mucha grasa", apunta.
En la estantería del supermercado se distinguen principalmente dos tipos: con base de agua o láctea. "Los primeros suelen estar hechos a base de agua, azúcar, colorantes y saborizantes, es decir, aditivos", analiza Martínez, en referencia a polos de hielo, granizados y sorbetes. La docente universitaria matiza que en la actualidad se venden helados "sin azúcar" que siguen siendo dulces y lo hacen a costa de añadir edulcorantes, explica. Los estudios demuestran que el consumo de estas sustancias puede ser perjudicial para la salud, recuerda la docente.
Por otro lado están los de base láctea. "Además del azúcar, llevan grasa, mucha de ella saturada", dice la nutricionista. Y es común que incluyan cucuruchos o cobertura de chocolate, lo que añaden más azúcar y grasa. La conclusión es clara: "Si a una persona le gusta comer helados, la mejor opción es hacerlos en casa".
Aquí entra en juego la imaginación de cada uno. Para hacerlos de base de agua se puede optar por fruta de temporada –ya que aportará dulzor sin necesidad de añadir más azúcar, además de vitaminas y minerales–. Mientras que para los cremosos, la nutricionista receta mezclar fruta con leche entera o yogur natural. "Si nos gustan los helados extra cremosos, podríamos optar por emplear un yogur griego en lugar de natural, pero ahí ya estamos aumentando la cantidad de grasa y haciendo, por tanto, que el helado sea algo menos saludable", valora.
Las elaboraciones de los helados caseros son sencillas, de "primero de cocina", ríe Carolina Ventura, profesora de La Zarola, en Zaragoza. En pocos minutos hace unos polos. Mezcla un yogur natural con miel y añade la ralladura de una lima. "Esto da mucho frescor", sostiene la cocinera. Después envuelve frutos rojos en azúcar y rellena los moldes. Introduce el palo y al congelador.
Se preparan dos limas, un yogur natural miel, arándanos, frambuesas, azúcar y los moldes donde se formarán los helados.
Se añade la miel en el yogur y se remueve hasta que se consigue una mezcla homogénea.
Se ralla la corteza de una lima sobre la mezcla ya hecha. Una vez terminado este paso, se vuelve a remover todo.
Los frutos rojos se envuelven en azúcar.
Se rellenan los moldes con la mezcla del yogur, la miel y la lima y también con los frutos rojos azucarados. Se deja enfriar en el congelador y listo.
Para los diabéticos o intolerantes, los helados caseros son una "alternativa fantástica". Los diabéticos no necesitan añadir azúcar si los hacen de fruta y los intolerantes a la lactosa pueden optar por hacer la base con bebidas vegetales, como de soja o avena.
Para los más innovadores, la profesora de la Universidad de Zaragoza también plantea utilizar aguacate: "Su grasa, además de ser insaturada y más saludable, ayuda a darle cremosidad". Para los chocolateros también hay solución: el cacao puro.
Lo típico son los helados dulces, ¿y por qué no salados? "Sería a base de verduras y hortalizas, como tomate, pimiento o espinacas, y ofrecerlo como primer plato", propone Martínez. A la idea de recetas más ocurrentes se suma Carolina Ventura, que propone el polo de mojito –se hace con el zumo de dos limas, menta, almíbar y un chupito de ron añejo–.
El carrito de imaginación para hacer helados caseros ha llegado, solo queda ponerse manos a la obra y disfrutar de propuestas sanas, sin temor a llegar al palito con exceso de azúcares o grasas.
