gastronomía

Mi Familia se especializa en Monzalbarba en marisco y cachopo

Este restaurante ha consolidado durante la pandemia una propuesta diferenciada en la carretera de Logroño.

José Iglesias, Virginia Muñoz y Alberto Iglesias, en el comedor de Mi Familia.
José Iglesias, Virginia Muñoz y Alberto Iglesias, en el comedor de Mi Familia.
A. Toquero

La historia del restaurante Mi Familia de Monzalbarba (plaza de España, 9. 622 120 495) es un buen ejemplo de cómo pese a las adversidades, si uno tiene una buena idea, cree en ella y apuesta decididamente por ponerla en práctica, sale adelante.

Este establecimiento es hoy en día lo que hace dos años y medio soñaron que fuese José Iglesias y su mujer Virginia Muñoz. En la aventura implicaron a su hijo mayor, Alberto, mientras que la pequeña Águeda, de momento, está al margen del negocio. Lo dicho, una familia como tantas otras y así quisieron que se llamase su restaurante.

En 2020, dos meses antes de la pandemia, cogieron el traspaso. En principio, con la idea de ir transformando el bar que había en algo un poco más gastronómico, pero sin comedor, tan solo utilizando el espacio de cafetería.

La parrillada de marisco que ofrece Mi Familia.
La parrillada de marisco que ofrece Mi Familia.
A. Toquero

“He trabajado más de 20 años en Pescados Iglesias –comenta José–, así que los productos del mar los conozco bien”. Ahí, precisamente, pusieron el acento. “En el entorno de la carretera de Logroño se ofrece prácticamente lo mismo, muchas carnes a la brasa o asados y bocadillos, así que pensamos que podía haber un hueco para el marisco y el pescado, y desde el primer momento fuimos a por ello”.

En esta andadura, no solo han establecido la sede de su negocio en Monzalbarba. También decidieron irse a vivir a este barrio rural y en él les cogió la pandemia y el tiempo de incertidumbre. “Fue en ese momento cuando apostamos por habilitar como comedor un espacio grande que había de almacén”, recuerda Virginia.

El cachopo está indicado para dos personas.
El cachopo está indicado para dos personas.
A. Toquero

La reforma prácticamente la hicieron ellos. Pintaron y cambiaron la decoración y a día de hoy luce luminoso y amplio. Pueden atender hasta 65 comensales y los fines de semana llenan siempre, así que conviene reservar.

Entre unas cosas y otras, el bar frío y desangelado que cogieron en traspaso lo transformaron radicalmente hasta conseguir hacer realidad el sueño del restaurante familiar que es hoy en día. Eso sí, empezaron esta pareja y su hijo, pero la familia ha ido creciendo en sala y en cocina para poder atender el comedor, la terraza con 14 mesas y la zona de cafetería.

La carta se ha ampliado en estos dos años y medio. Eso sí, los productos del mar están muy presentes desde el principio. Por ejemplo, en forma de raciones de navajas, mejillones, zamburiñas, gambas, pulpo... Y cuando hay buenos berberechos, langostinos de Huelva, almejas o cigalas también aparecen los fines de semana.

En cualquier caso, José y Virginia tienen claro que la parrillada de marisco es su propuesta estrella. Todos los productos que incluye se trabajan a la plancha (mejillones, gambas, zamburiñas, navajas, mejillones y sepia). Esta es la versión básica, pero hay otra de más nivel que incorpora una pieza de bogavante.

“Los fines de semana es lo que más sale a la mesa –explica José Muñoz–, si son dos personas, con una ensalada por delante es más que suficiente”. Una alternativa es empezar por la parrillada y terminar con otra de las especialidades de la casa: el cachopo. Se elabora con ternera aragonesa, jamón y un queso semicurado, suave y fundente.

Así es como en poco tiempo Mi Familia se ha hecho un nombre en el corredor de la carretera de Logroño y son muchos los clientes que se acercan a Monzalbarba para probar la parrillada y el cachopo. “Estamos contentos –concluye esta pareja–, nuestra idea inicial se ha confirmado plenamente y en esa línea de trabajo vamos a seguir”.

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