gastronomía

Manuel Contreras: "El arroz es un plato festivo por excelencia"

Fue durante más de 40 años profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Zaragoza, donde se jubiló como catedrático, y acaba de publicar el libro 'Los arroces que he comido'.

Manuel Contreras, con su libro ‘Los arroces que he comido’, en la librería Antígona.
Manuel Contreras, con su libro ‘Los arroces que he comido’, en la librería Antígona, de Zaragoza.
Toni Galán

¿Cómo surgió el libro ‘Los arroces que he comido’?

Es un libro muy particular, de recetas con recuerdos y memorias de toda mi vida, porque llevo muchos años cocinando. Durante estos años he ido recogiendo muchas formas de hacer arroz. Llevaba pensándolo desde hace tiempo y, aprovechando el confinamiento, lo escribí de un tirón porque tenía el libro en la cabeza. No pensaba ponerlo a la venta, pensaba publicarlo por mi cuenta para regalárselo a los amigos.

Pero ha salido a la venta publicado por una editorial.

Sí, surgió la posibilidad porque le gustó al editor David Giménez y se publicó en Los Libros de la Imperdible. El libro ha quedado muy bien editado gracias al diseño de Víctor Montalbán y con la ilustración de portada de mi sobrina Lola. Y en la contraportada se reproduce una paella dibujada por mi nieto Martín, que tiene 7 años, y al que le encanta el arroz.

Apunta usted al final de su trabajo que los libros tal vez nos salvan del olvido al que nos conduce la fugacidad de la vida. Lo mismo a usted se le recuerda más por este libro que por otros que ha escrito sobre Derecho.

Efectivamente, los libros son los que nos salvan algo del olvido, como dice Irene Vallejo. Por ejemplo, el libro de Josep Pla ‘Lo que hemos comido’, al que homenajea el título de mi libro, se sigue leyendo a pesar de los años que tiene y mantiene la memoria de todo aquello que él vivió. Si alguien pasa un buen rato haciendo alguna receta de las cuarenta que están en mi libro, pues ya ha merecido la pena escribirlo.

¿Le gusta más cocinar el arroz que comerlo?

Me gustan ambas cosas. Hace mucho tiempo que hago paellas muy variadas para amigos y familia. Me satisface mucho que ellos disfruten unos momentos con los arroces que preparo, que sean felices en torno a una mesa. En ese sentido, es un libro sobre la felicidad, sobre cocinar y comer bien, que es de lo que se trata.

¿Cuál es su arroz preferido?

Me gusta la paella, no valenciana exactamente, pero parecida, aunque la que más hago es la paella marinera porque es la que más le gusta a mi familia. Cuando cocino para mi nieto sí que la hago con carne, porque a él le gusta más que lleve pollo, costilla y otras carnes.

¿Tiene algún secreto para que salga bien el arroz?

El arroz no tiene secretos; para que salga bien hay que practicarlo mucho, hacer muchos arroces y ponerle mucho cariño. También es importante usar un arroz de calidad y hacer el sofrito con mimo y a fuego lento. Mi único toque personal sería el vino manzanilla que le añado al sofrito, dejando que se evapore después para que le deje un aroma especial.

De todo lo dicho se deduce que usted cocina en su casa.

Empecé a cocinar cuando me independicé y luego seguí haciéndolo cuando me casé y formé una familia, en la que yo asumí el papel de cocinero porque me gusta mucho ponerme a los fogones. Y toda la vida he hecho, por lo menos, un arroz cada domingo. El arroz es un plato festivo por excelencia, hay que hacerlo especialmente los días de fiesta, para disfrutarlo con la familia o con los amigos.

¿Y qué bebe para acompañarlo?

Yo, para empezar, me suelo tomar una copa de vino blanco o de cava mientras cocino. Y luego, a la mesa, me gustan más los vinos tintos, sobre todo para los arroces de carne. Para los marineros sí se prestan más los vinos blancos; nosotros solemos tomar uno que se llama Tierra Blanca, que es de la tierra de Cádiz.

No podemos terminar sin hablar de su especialidad: ¿cómo está la salud de la Constitución, hay que reformarla ya?

Soy un claro defensor de que el esqueleto de la Constitución, su estructura fundamental, sigue siendo ahora totalmente válido. Otra cosa es que haya partes que son reformables y mejorables, por ejemplo todo lo referente a los derechos. Posiblemente habría que mejorar también todo lo que hace referencia al Estado autonómico. Pero el problema es que reformarla es muy complicado mientras el sistema de partidos esté como está ahora mismo. No estaría mal que se hiciera un nuevo pacto constitucional que integrase, además, a las nuevas generaciones, que no participaron en la Transición.

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