Bonito, tomate y flores para una tapa de campeonato

Buen producto, ilusión y cariño, ingredientes de ‘Bonito estacional’, mejor tapa del XXIII Concurso de Zaragoza

El bonito seco ahumado japonés o katsuobushi, ingrediente de la tapa.
El bonito seco ahumado japonés o katsuobushi, ingrediente de la tapa.
Guillermo Mestre.

Bonito, tomate rosa de Híjar, salsa de soja, cacahuete de wasabi y pétalos de caléndula y alhelí sobre una tostada de pan de cristal. Son los únicos ingredientes que forman parte de la receta de la tapa ‘Bonito estacional’, con la que el cocinero Alejandro Viñal ha ganado el primer premio en el XXIII Concurso de Tapas de Zaragoza y Provincia.

Viñal trabaja en la taberna Darlalata, ubicada en el número 9 de la calle de Doctor Casas, en pleno centro comercial de la capital aragonesa, junto al paseo de las Damas, y se hizo con el título de la mejor tapa del concurso en la final que se celebró el lunes.

Alejandro Viñal, con la tapa con la que ha ganado el Concurso de Zaragoza.

Guillermo Mestre

Participaba en la categoría de Tapa Original y se propuso buscar una creación en la que estuviesen presentes, de alguna manera, las cuatro estaciones del año. “Le ha puesto mucha ilusión y mucho cariño este año, segundo que participamos, y lo ha conseguido”, señalaba este mediodía la propietaria de Darlalata, Ana Isaura López. Antes de la hora de apertura del local, ya había algunos clientes esperando impacientes para entrar a felicitarles y para disfrutar de la tapa, de la que se vendieron unas 300 unidades durante las fechas que ha durado el concurso.

Bonito estacional, tapa ganadora del XXIII Concurso de Zaragoza.

Guillermo Mestre

La elaboración de la tapa no es difícil. En un bol, se ponen unos dados de bonito fresco y tomate rosa bien maduro cortado en daditos. Se añade un poco de salsa de soja y se mezcla todo bien en una especie de marinado para que el bonito absorba los sabores. Después, se saltea la mezcla brevemente en una sartén para que coja un poco de calor. Ya solo queda tostar una pequeña base de pan de cristal y sobre ella acomodar los dados de bonito salseado. Por encima, se echan unas láminas de bonito ahumado japonés o katsuobushi y, por último, unos pétalos de caléndula y alhelí.

“Los cacahuetes dan una textura terrosa que, junto con las láminas de katsuobushi, representan el otoño. La primavera está presente con las flores y con un poco de ralladura de lima, y el verano y el invierno lo fundimos en el tomate y el bonito fresco que salteamos en la sartén”, comenta Alejandro, quien, además de por su sapiencia culinaria, debió convencer también al jurado del concurso gracias a sus dotes de comunicador. Tiene sobradas tablas, pues era el cocinero del programa de la televisión autonómica ‘La Báscula’.

El bonito seco ahumado japonés o katsuobushi, ingrediente de la tapa.

Guillermo Mestre

Tiene además mucho mérito porque no es un cocinero con formación académica, sino que la afición se la inculcó su familia, oriunda de Galicia, aunque él nació en Zaragoza hace 35 años. Siempre ha estado vinculado a la hostelería y en los últimos años entre fogones. A partir de hoy, seguro que el campeón de las tapas va a tener mucho más trabajo, no solo para satisfacer la demanda de este y otros montaditos, sino también de otras especialidades que elabora en Darlalata, como calderetas, fideuás o los que allí llaman “solomillos de tomate”. El más solicitado es el de inspiración italiana, que lleva queso burrata y salsa de trufa y hongos sobre rodajas de tomate rosa.

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