Sabadell acelera una nueva estrategia de defensa frente a la opa de BBVA

La CNMV analiza la queja de la entidad catalana tras reconocer Torres que accionistas de "relevancia" le habían mostrado su perspectiva positiva sobre la fusión

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Albert Gea

Banco Sabadell está dispuesto a agotar todas las balas para entorpecer la opa hostil lanzada a sus accionistas por parte de BBVA. Fuentes cercanas al proceso apuntan a que la entidad ha puesto en marcha toda su maquinaria jurídica y de asesoría legal para escudriñar cualquier resquicio legal que permita complicar la operación.

De ahí el movimiento del jueves por la noche cuando, en una acción muy poco frecuente en este tipo de procesos, el banco advirtió ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que BBVA podría estar incumpliendo la ley de opas con la información facilitada a analistas e inversores para explicar los términos de su oferta.

En concreto, Banco Sabadell acusa a BBVA de ofrecer "datos incompletos que pueden afectar al mercado". Pero tampoco detalla los puntos que solicita comprobar. Fuentes cercanas a la entidad explican, no obstante, que el objetivo es exigir al banco que aclare con qué accionistas de referencia ha mantenido contacto estos días, después de que Carlos Torres asegurase el jueves en su comparecencia ante los medios que varios inversores "de relevancia" del Sabadell ya le habían mostrado su perspectiva positiva sobre la fusión.

En todo caso, la queja no ha llegado a los registros de la CNMV como una denuncia argumentada, sino como un hecho relevante. Y esto no suele suceder con este tipo de 'protestas' que, según explican fuentes financieras, suelen ir acompañadas de justificaciones más detalladas.

Desde la CNMV confirman a este diario que, una vez recibida, la institución analizará la queja de Sabadell, aunque fuentes del mercado aclaran que el requerimiento no impedirá que la operación siga adelante y que, si el supervisor exige alguna aclaración al banco presidido por Carlos Torres, se realizaría como ocurre en este tipo de circunstancias.

Mientras, en el mercado valoran que "estas estrategias también pueden contribuir a ganar tiempo" para convencer a los accionistas e incluso "agitar la sensibilidad negativa" que ha despertado la operación en buena parte del ámbito político y empresarial del país. Y es todo apunta a que BBVA, consciente de que el camino para llevar la posible fusión a buen puerto será largo, trabaja ya en la confección del folleto oficial para presentarlo cuanto antes.

Plazo acelerado

Aunque el banco dispone del plazo de un mes para ello, los trabajos están avanzando ante la dinámica que está marcando la operación. Cuando ese documento se registre en el supervisor bursátil, el margen de movimiento del Sabadell quedará bloqueado, como marca la ley de opas. Pero hasta entonces, la entidad con sede en Alicante sigue intentando convencer a sus accionistas de que sacarán mayor partido si se mantiene en solitario.

Es más, fuentes del proceso indican que, si nada cambia y BBVA no mejora su oferta, el consejo de Sabadell recomendará rechazarla. Y, aunque la decisión final depende por completo de los accionistas, por lo general, los minoritarios suelen seguir esas recomendaciones del consejo.

Objetivo: el minorista

Es aquí donde BBVA se juega mucho. Para salir adelante, la opa debe contar con el visto bueno del 50,01% del capital. Y los minoritarios de Sabadell suponen ya un 48% del mismo. En total, 200.379 accionistas particulares a los que no será fácil convencer.

No solo por la recomendación negativa que previsiblemente dará el consejo de Sabadell a la oferta. También porque, de todos esos inversores, un 79% son clientes del banco catalán con sus acciones depositadas en la entidad. Algo que, según explican fuentes del mercado, "demuestra su fidelidad a la entidad".

Apuntan además a las distintas sensibilidades de ese grupo de accionistas, donde un 36% se encuentran en Cataluña; territorio en el que el plan de BBVA ha levantado algunas ampollas. Y lo mismo ocurre en la región Este, donde se concentra el 16% de los accionistas individuales del Sabadell. Cabe recordar que en la Comunidad Valenciana tampoco ha sentado bien la perspectiva de perder la actual sede social del banco, que con la fusión se mantendría en Bilbao, con dos sedes corporativas, una en Madrid y otra en Barcerlona.

Por otro lado, en el apartado institucional, BlackRock es el máximo accionista de Sabadell con un 3,62% del capital. Y también es el principal de BBVA, con un 5,91%. Ambas entidades comparten a más fondos en su estructura accionarial, con pesos que varían de una a otra.

Sacudida bancaria

A la espera de conocer los nuevos pasos, el mercado intenta digerir la sacudida bancaria que ha supuesto esta oferta por su carácter hostil. Un formato que no se veía en el sector desde hace casi 40 años, cuando Banco Bilbao intentó su fusión con Banesto. Ayer mismo, la agencia de calificación crediticia Fitch publicó un informe en el que aseguraba que "esta adquisición implica mayores desafíos por su naturaleza no amistosa", advirtiendo además de "los posibles impactos en las regiones que más se solapan". Los expertos apuntan también al periodo "relativamente largo" hasta la posible fecha de aprobación (de seis a ocho meses), que "añade incertidumbre y puede presentar una distracción para ambos bancos".

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