Heraldo del Campo

La lana de las razas ovinas aragonesas no tiene quien la quiera: "El mercado está parado y los almacenes a rebosar"

El mercado mundial está totalmente paralizado y el vellón, en algunos casos de varias campañas, aguarda en explotaciones y almacenes porque no tiene salida.

Los ganaderos están obligados a esquilar sus ovejas para el bienestar de los animales, una lana que ahora no tiene ninguna salida en el mercado y debe tratarse como un residuo
Los ganaderos están obligados a esquilar sus ovejas para el bienestar de los animales, una lana que ahora no tiene ninguna salida en el mercado y debe tratarse como un residuo
H. A.

Miles y miles de kilos de lana se almacenan en las explotaciones de ovino aragonesas, en las que cada año, por bienestar animal y bioseguridad, los ganaderos se ven obligados a esquilar sus animales. No guardan este abrigo natural de sus ovejas por un capricho. No les queda otro remedio. Lo que no hace muchos siglos fuera un tesoro con el que se genereban recursos económicos adicionales, ahora se ha convertido en un residuo Sandach, o lo que es lo mismo, un subproducto de origen animal no destinado a consumo humano, cuya manipulación y destrucción está sometido a una estricta regulación.

El mercado tiene la culpa. El impacto de la pandemia, primero, que paralizó las ventas en el principal cliente, China, y que también afectó a la industria alfombrera a la que se destinaban estas fibras, y la aparición hace algo más de un año de la viruela del ovino, una enfermedad totalmente erradicada en España, que cerró a cal y canto las puertas del gigante asiático al producto nacional, explican la paralización total del comercio de la lana.

Todo un "problemón" para los ganaderos que afrontan en unas semanas la campaña de esquilo y que apenas tienen capacidad de almacenaje en sus instalaciones, ya a rebosar de un producto que ha tenerse en condiciones adecuadas, que no puede tirarse a un vertedero ni quemarse, que no puede estar a la intemperie y que debe tratarse para evitar que aparezca polilla o para que no sirva de refugio para roedores.

Hay propuestas para dar salida a esta peligrosa situación. Desde Oviaragón-Grupo Pastores, la mayor cooperativa de ovino de Aragón y una de las mayores de España, se ha solicitado al Gobiero de la Comunidad una ayuda que les permita poner en marcha un servicio de recogida de lana para su traslado a una empresa de destrucción. Hay también en la Comunidad proyectos que están avanzado innovadores usos de la lana que podrían además aportar un valor añadido a las explotaciones.

La lana de las razas ovinas aragonesas (rasa aragonesa, ojinegra, roya bilbilitana o maellana) no tiene la misma calidad que la merina (de fibras más finas) y es de más difícil venta, pero también tenía su mercado. El 80% del producto aragonés iba destinado a la gran fábrica textil que es China. El resto viajaba hacia la industria alfombrera de Portugal, Chequia, Italia y Lituania. Hasta que llegó el otoño de 2019, el gigante asiático dejó de comprar y el mercado mundial se paralizó.

"Con la covid, además del cierre del gran mercado chino, se resintió también la producción de alfombras que se consumen especialmente en hoteles y en cruceros y que se vieron muy afectados por el impacto de la pandemia en el sector turístico", detalla Carlos Bernués, responsable de la Sección Esquileo y Lana del Grupo Pastores

"Con la covid, además del cierre del gran mercado chino, se resintió también la producción de alfombras que se consumen especialmente en hoteles y en cruceros y que se vieron muy afectados por el impacto de la pandemia en el sector turístico"

Parecía verse una luz en 2022, cuando China comenzó de nuevo a adquirir lana española, aunque entonces únicamente entraba en el país la preciada merina. Aquel destello se apagó a comienzos de 2023 después de que se declararan los primeros focos de viruela ovina, una enfermedad que se consideraba erradica en España desde 1968, el gigante asiático cerró a cal y canto su mercado a cualquier tipo de lana española.

"Los almacenes están a rebosar, hay un atasco monumental a nivel mundial, el producto no se comercializa absolutamente para nada y en estos momentos en Aragón estamos en una situación en la que ya no cabe lana en ningún sitio", explica Bernués.

Instalaciones de Pastores Grupo Cooperativo en Zuera, donde se almacena lana de diferentes campañas
Instalaciones de Pastores Grupo Cooperativo en Zuera, donde se almacena lana de diferentes campañas
Oviaragón Grupo Pastores

De ello dan buena prueba las explotaciones de la Comunidad. Hay ganaderos que en los últimos años no han vendido la lana y tienen almacenada ya la de las tres o cuatro últimas campañas", explica el representante del grupo cooperativo. Algunos, explica Bernués, porque esperaban que el precio subiera, y los más porque los laneros habituales ya no están trabajando y las industrias que se encargaban de recoger el residuo ya ni existen.

Y el esquileo está a la vuelta de la esquina. De hecho, según las cifras de la consejería de Agricultura, el censo de ovejas en Aragón se sitúa en las 800.000 cabezas (había 2,4 millones en 2004), que generarán esta campaña entre 1.000 o 1.200 toneladas de lana.

La situación también se hace patente en las instalaciones con las que cuenta Oviaragón-Grupo Pastores para el almacenamiento y clasificación de la lana. En su planta de Zuera (Zaragoza) ya no hay capacidad de almacenaje y en ella esperan destino unas 1.300 toneladas de vellón. La planta clasificadora que la cooperativa inauguró en 2013 en Alfambra (Teruel) para dar salida a este producto en los mercados exteriores se vio obligada a cesar su actividad a finales de 2023 porque no hay cliente que la quiera.

El panorama es más que complicado. El que fuera un complemento a los ingresos de las explotaciones se ha convertido en un residuo que no puede manipularse a la ligera. "No puede utilizarse de cualquier manera, no se puede tirar a la basura, no se puede echar a escombreras ni guardar en la calle. Tiene que estar convenientemente envasado y guardado en unas determinadas condiciones. Y además ha de ser tratado porque si no puede generar la aparición de insectos, como la polilla de la lana, o puede ser un foco de roedores", detalla Bernués.

Único destino: destrucción

En estos momentos, con el mercado totalmente paralizado, su único destino es la destrucción. Pero incluso está opción es difícil. El ganadero no puede transportarla con sus medios porque para ese viaje es necesario disponer de un vehículo homologado de una empresa especializada. Si el producto lo carga en el remolque y los agentes del Seprona o la Guardia Civil tienen conocimiento de ello, se enfrentaría a una sanción", destaca el representante del Grupo Pastores.

"No puede utilizarse de cualquier manera, no se puede tirar a la basura, no se puede echar a escombreras ni guardar en la calle. Tiene que estar convenientemente envasado y guardado en unas determinadas condiciones"

No hay tampoco en el sector, reconoce Bernués, cultura de pagar para que se lleven la lana de la explotación bien a destrucción o alguna empresa que realiza un tratamiento específico, por ejemplo, las plantas de compostaje. Un pago que, además, no resulta precisamente barato, ya que el coste de la retirada de un kilo de lana se sitúa entre los 0,35 y los 0,45 euros el kilo, una cantidad que puede subir hasta el euro por kilo si la explotación está alejada. Pero aunque así fuera, añade, no hay ninguna firma en Aragón que se quiera hacer cargo del subproducto".

Ayuda pública

Hay una salida. La ha propuesto el Grupo Pastores con la mirada puesta en el Gobierno de Aragón. La cooperativa de ovino aragonesa -que integra a 800 ganaderos, en su mayoría aragoneses aunque también los hay en las comunidades limítrofes, que agrupan casi 400.000 ovejas- ya ha puesto sobre la mesa del consejero de Agricultura, Ganadería y Alimentación, Ángel Samper, la necesidad de establecer una ayuda urgente" con la que poder hacer frente a la recogida y destrucción de la lana de los rebaños de sus ganaderos en Aragón.

"Nosotros disponemos de vehículos adecuados para dicha recogida porque lo llevamos haciendo desde hace casi 20 años", señala su responsable del grupo de esquileo y lana. Eso sí, además del apoyo económico, el Ejecutivo autonómico tendría que facilitar un centro de destrucción al que llevarla", destaca Bernués.

El grupo cooperativo ha transmitido su demanda al Gobierno en varias reuniones en las que le ha presentado distintas propuestas formales", que incluye incluso las posibles cuantías del apoyo económico por tonelada de lana retirada y destruida. Y aunque, explica Bernués, la consejería se ha comprometido en sacar una ayuda este año para poder afrontar la campaña", por el momento no ha concretado ni la partida ni el momento en la que estará disponible. Pero el tiempo apremia porque Pastores lo deja claro: hasta que no tengamos algo firme a lo que agarrarnos no vamos a salir a recoger lana".

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión