ECONOMÍA

Segunda vida para las palas de los aerogeneradores viejos: de zapatillas deportivas a esquís

Los 'molinos' se fabricaron para funcionar entre 20 y 25 años y ahora empieza a tocar renovarlos, por lo que ha surgido el problema de qué hacer con ellos.

Aerogeneradores de La Muela, municipio en el que Baywa se estrenó en energía eólica con un parque de 99 MW que se remonta a 2003.
Aerogeneradores del municipio zaragozano de La Muela, donde los primeros parques se instalaron en los años noventa.
Javier Pardos

En España hay más de 22.000 aerogeneradores instalados en 1.345 parques eólicos debido al impulso de las energías renovables en las últimas dos décadas. La fuerza del viento se ha convertido en la tecnología que más electricidad genera en el país, atendiendo a los datos de la Asociación Empresarial Eólica Española (AEE). Aragón ha sido tradicionalmente una comunidad pionera en esta tecnología. Sin embargo,  se ha planteado un problema cuando los primeros parques eólicos han empezado a necesitar renovar sus aerogeneradores. ¿Qué se puede hacer con los viejos?

De enterrarlas a reciclarlas

Las imágenes de cientos de palas gigantes de molinos de viento enterradas en el estado norteamericano de Wyoming hicieron saltar las alarmas en el sector sobre algo que no se había tenido en cuenta. "La foto enterrando palas generó un debate social importante sobre cómo era posible que no entrara en la economía circular", recuerda José Ramón Largo, miembro del Colegio de Ingenieros Industriales de Aragón y La Rioja y experto en energías renovables.

La instantánea de las palas apiladas, mientras una excavadora les echaba tierra encima, que se sigue reproduciendo como en este mensaje de Twitter (X).

"Los parques se fabrican con un tiempo de vida de 20 años o 25 años. La necesidad se ha visto ahora cuando ha habido que cambiarlos", reconoce el ingeniero. En Aragón, en el caso de los primeros ubicados en el municipio zaragozano de La Muela estarían a punto de alcanzar esta antigüedad.

"En países europeos como Austria, Finlandia, Alemania y Países Bajos han prohibido enterrar palas", apunta el ingeniero. "El aerogenerador tiene diferentes piezas, desde la cimentación con hormigón y hierro, la torre es metálica y en la parte de arriba de la barquilla hay elementos como un generador eléctrico y luego están las palas, además del cableado", enumera.

En este sentido, detalla que una vez retiradas las palas "el resto está dentro de los sistemas estándares de reciclabilidad, hierro, hormigón, cables...". El problema surge con las enormes aspas por su combinación de distintos elementos. "Para fabricarlas se utiliza una mezcla de fibra de vidrio con resinas", añade.

Proyecto europeo desde Aragón

En el Instituto Tecnológico de Aragón (ITA) trabajan en un proyecto europeo para encontrarles una segunda vida. En general, "las palas están fabricadas con resinas termoestables, tejidos fibra de vidrio y carbono en diferentes formatos, núcleos de espumas o madera de balsa, adhesivos, recubrimientos... También suelen tener insertos metálicos en algunas zonas concretas", detallan Cristina Crespo y Agustín Chiminelli, investigadores del citado centro zaragozano. Desde el punto de vista del material "el principal reto está asociado a la manera en la que todos se integran en las palas, porque son difíciles de separar, para proceder al reciclado o valorización de cada componente o material", reconocen.

A ello añaden que en lo referente a la gestión del residuo está el problema de "encontrar colaboradores para el reciclado de forma estable y la inexistencia de figuras o gestores que sean capaces de absorber el volumen generado y lo transforme en un subproducto (reciclado y reutilización)".

A la hora de elegir cómo reciclar las palas es necesario optar por un proceso mecánico, químico o térmico. Una opción es "moler la pala, triturarla para meterla en hormigón armado para beneficiar y reforzarlo con esas fibras de vidrio. No se aprovecharía el material inicial, pero serviría como material de construcción", pone como ejemplo Largo. Siguiendo un procedimiento químico es posible "separar la fibra de vidrio y la resina".

El ITA participa en varios proyectos como Carbo4Power, Eurecomp y Rebiowind. En todos ellos se están estudiando diferentes estrategias que van desde el diseño de los materiales para que puedan ser reciclables a las tecnologías para el desensamblado bajo demanda, "de tal forma que tras el fin de vida útil de los materiales la separación de los componentes sea más fácil", detallan los investigadores. A ellos suman estrategias del reciclado del producto como pirólisis, solvólisis o biológico. "En algunos casos se logra recuperar parte de los constituyentes, o se generan subproductos que pueden ser utilizados luego como materias primas en otras aplicaciones. Además, hay procesos que permiten también obtener una valorización energética", aseguran.

Rebiowind, aprobado por un plazo de un año, que finaliza en mayo, tiene un apoyo de los fondos Next Generation EU y un presupuesto total de 96.636 euros. El consorcio está formado el ITA, el Clúster de la Energía de Aragón (Clenar), Clúster de Aeronáutica, Aeroespacial y Defensa de Aragón (AERA), y las empresas Ramadera Terraple S.L. y Altertec.

Acciona, uno de los gigantes del sector en España, ha destacado que el reciclaje de las palas es uno de los "retos que afronta la industria eólica". Calcula que en España el sector necesitará deshacerse de unos 20.000 aerogeneradores "en un futuro próximo". A finales de 2023 presentó el resultado de su colaboración con la enseña de moda El Ganso, para utilizar materiales reciclados de aerogeneradores en la fabricación de suelas de zapatillas. El material obtenido, que procedía de un parque eólico instalado en 1998 en Navarra y el proceso de reciclaje se habría llevado a cabo en la misma comunidad. Se ha utilizado un procedimiento mecánico para reducir el tamaño de las fibras de vidrio y separar de las resinas.   

El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) trabaja también para buscar soluciones al reciclaje de aerogeneradores, que ha tenido un protagonismo especial en la feria Genera celebrada la semana pasada en Madrid. 

"Si lo que se quiere es dar una segunda vida a las palas una vez retiradas, estaríamos hablando de reutilización", comentan desde el ITA. Entre los proyecots en marcha figura tratar el material para poder ser utilizado como elemento arquitectónico "aprovechando sus excelentes características mecánicas", ponen como ejemplo. Reconocen que "son estudios pilotos" entre los que se analiza cómo reconvertirlas desde aparcamientos para bicis a barreras acústicas.

Los proyectos se han ido sucediendo en otros países como Suecia, donde la compañía Vattenfall, la eléctrica estatal, estudia la fabricación de tablas de esquí y 'snowboard'. En Holanda ya se han empezado a encontrar soluciones para darle una segunda vida a las palas reconvertidas en equipamiento. Así, en la ciudad de Rotterdam se han construido zonas de recreo para niños con hojas de turbinas recicladas.

En España, el reto es mayor ya que actualmente ocupa el quinto puesto del mundo por potencia eólica instalada, tras China, Estados Unidos, Alemania e India, y el segundo en Europa por detrás de Alemania, según los datos de la patronal AEE.  La potencia acumulada suma 30.000 megavatios (MW), superando el 24% de cobertura de la demanda. Este ñao se esperan resultados similares. Los más de 22.000 aerogeneradores instalados en España generaron 61.069 GWh eólicos en 2023. En el sector trabajan unas 39.000 personas. En Aragón, el sector cuenta con 18.278 empleos directos y otros 20.737 indirectos y la potencia es de 5.230 MW.

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