Auge de viviendas modulares en el Pirineo: "Demanda hay, sobre todo para segunda residencia"

La demora de plazos en la construcción tradicional hace que las familias recurran a las casas prefabricadas para tener una segunda residencia en las montañas.

Una casa prefabricada construida en Fiscal, Huesca.
Una casa prefabricada construida en Fiscal, Huesca.
Modular Home

La fiebre por las casas modulares comienza a llegar al Pirineo. Las localidades de la zona, que generalmente sufren un serio problema para ofrecer vivienda a trabajadores o a familias que quieren instalarse allí, reciben cada día más visitas de empresas especializadas en viviendas prefabricadas que buscan un cachito de las montañas. Su auge se debe, principalmente, a los tiempos que la construcción tradicional maneja, con plazos de casi un año para empezar a edificar una vivienda.

Fernando Abad, CEO de Moduacero, empresa especializada en la construcción por módulos, asegura que hay bastante demanda en la zona pirenaica, pero el coste del suelo ha despegado, lo que hace que el interés, últimamente, haya decaído. "Demanda hay, sobre todo para segunda residencia. No obstante, piden una fortuna por la parcela", atestigua. Hace no mucho hicieron un proyecto en Boltaña y sus clientes pagaron cerca de 70.000 euros por el suelo. "Además, era un terreno no muy grande, y tampoco es un pueblo súper lujoso. Nosotros detectamos eso, que ha bajado un poco el interés pero no por el coste de la casa, sino por lo que valen las parcelas", se lamenta. Mientras que en otros lugares comprar el terreno no supone más del 30% de la inversión total, "en el Pirineo asciende a un 50%".

"Demanda hay mucha", confirma Javier Bosqued, de Modular Homes, una empresa especializada en este tipo de inmuebles a nivel nacional, con una de sus sedes en Zaragoza. La bondad está clara. "Las constructoras tradicionales de la zona tienen mucho trabajo y dan plazo largo, para empezar a construir en un año. Nosotros podemos tener la casa hecha en 6 o 7 meses y empezamos en seguida", dice. Además, el precio final es similar al de una obra convencional. "La mayoría son para segundas residencias, en un 90%. La cosa cambia en la zona del prepirineo, por Jaca y Sabiñánigo, donde más gente opta por una primera residencia", añade Bosqued.

El clima "influye mucho" en este tipo de construcción. Y muchas se hacen empedradas, con acabados típicos del Pirineo. De hecho, esto se traslada incluso a la obra nueva. En Biescas, la promotora Doble eMMe, con la constructora Artipyme, desarrolla una urbanización de 21 inmuebles con piezas prefabricadas y con un sistema constructivo un tanto pionero.

Una casa prefabricada construida en Fiscal, Huesca.
Una casa prefabricada construida en Fiscal, Huesca.
Modular Home

Residencial Calmma presume de ser la primera promoción en la Comunidad cuyas viviendas tienen una estructura íntegramente hecha de madera. "El resultado es el mismo que en la construcción tradicional. Tan solo se sustituyen los forjados de hormigón y las fábricas de ladrillo por una estructura de entramado ligero de madera", explican desde Doble eMMe. Fachadas, cubiertas, tabiquerías, revestimientos y acabados son exactamente idénticos a los de una construcción tradicional de las montañas. Así, gracias a los prefabricados de madera se recorta el tiempo de obra y se consigue un mejor aislamiento que en los inmuebles tradicionales de estas zonas.

Proceso constructivo de la promoción novedosa en Biescas. A la vista, la estructura de madera.
Proceso constructivo de la promoción novedosa en Biescas. A la vista, la estructura de madera.
Doble eMMe

En Aratorés, una pequeña localidad del municipio de Castiello de Jaca, también hay alguna construcción de viviendas de madera, aunque todavía nadie se ha animado a hacer una promoción por esta zona. "Hay bastante suelo  y las promotoras van preguntando para desarrollar alguna urbanización, pero de momento nadie se ha lanzado a edificar", explica Álvaro Salesa, el alcalde de Castiello. Lo que sí que hay son proyectos de rehabilitación de viviendas antiguas. "Suelo hay, pero los precios... La mayoría están en manos de bancos o de gestoras", añade Salesa.

En otras localidades, como en Benasque, no hay visos de inmuebles de este tipo. "No ha habido peticiones ni nada. Además, según la normativa estas casas luego deben forrarse con piedra", indica Manuel Mora, regidor de esta localidad pirenaica. Estéticamente, deben quedar como una vivienda tradicional del Pirineo.

¿Cómo se instalan las casas modulares?

Las empresas especializadas montan la casa o parte de ella en sus almacenes y después la trasladan al terreno donde busca instalarse. Dependiendo de sus características, pueden estar listas en tan solo 90 días, aunque en construcciones de mayor volumen el plazo amplía a seis o siete meses. Para construir una vivienda prefabricada se necesita que el terreno sea urbano, es decir, que cuente con todos los permisos para edificar en él y tenga los servicios de suministros necesarios. Un terreno rústico no nos servirá, como norma general, aunque se permiten algunas excepciones para viviendas de corta duración y no cimentadas.

La mayor bondad de este sistema constructivo es su tiempo de obra, ya que el precio varía mucho en función de las calidades y de lo que se busque, y se acerca mucho más al de una vivienda tradicional. Lo más normal es que el coste parta de los 1.000 euros por metro cuadrado para encontrar algo más normalito.

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