El proyecto de flores comestibles de Ataraxial en Calatayud estará a pleno rendimiento en 2027

El grupo aragonés invertirá 4 millones de euros para reconvertir los antiguos polvorines de Campiel en un centro de producción y crear 15 empleos.

Flores comestibles de Ataraxial
Flores comestibles de Ataraxial
MACIPE

El grupo aragonés Ataraxial, matriz de Certest Biotec y Levprot Bioscience, sigue dando pasos crecer en Calatayud. En este caso, con la puesta en marcha de un proyecto de cultivos hidropónicos (sin tierra) de flores comestibles, germinados y hortalizas, que le llevará a invertir cerca de 4 millones de euros para acondicionar los antiguos polvorines del Ejército en el paraje de Campiel con lo que creará 15 puestos de trabajo. Además de las cinco galerías, de entre 60 y 120 metros de longitud y que se unirán internamente entre sí, se habilitarán cerca de tres hectáreas a cielo abierto para cultivo en invernadero. La actividad en exterior, según estima la empresa, empezará a finales de 2024 y la producción estará a pleno rendimiento en 2027.

Sin embargo, para que esas fechas se cumplan, el responsable de la compañía, Óscar Landeta, asumía, en la visita de este jueves a la zona con el alcalde de Calatayud, José Manuel Aranda, y el consejero de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, Manuel Blasco, que era fundamental que las administraciones muevan su maquinaría interna. "Necesitamos la aprobación del Inaga para que el Ayuntamiento dé el permiso de obras, y necesitamos que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) autorice la conexión eléctrica, ya que sin luz no podemos funcionar", detallaba. El proyecto fue declarado de interés autonómico en la anterior legislatura.

A este respecto, Blasco puntualizaba que el visto bueno del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental estará "para antes de fin de año". Así, Landeta concretaba que desde la autorización municipal, necesitarán "un año de obras" y "3 o 4 meses para acondicionar los primeros túneles". Para argumentar su apuesta por estas infraestructuras, el portavoz del grupo incidía en que "mantienen una temperatura todo el año, lo que nos permite 'protocolizar' un cultivo estacional para cultivar todo el año" y lo contraponía con su escenario actual: "La ola de calor de agosto nos mató toda la flor en cuatro de los cinco invernaderos que tenemos". También les servirá para comparar crecimientos.

En las galerías, enclavadas en plenas Hoces del Jalón, se instalarán distintos módulos, tipo estanterías y que reciben el nombre de 'vertical farming', en los que se desarrollarán los cultivos, sin tierra y con un aporte mínimo de agua, que les aporta los nutrientes. Entre las variedades a desarrollar, Landeta especificaba que serán viola (pensamiento mini), crisantemos, caléndulas y rosas. Una vez recolectadas, se envasarán y comercializarán en Zaragoza a través de Innoflower, del mismo grupo empresarial, con una década de trayectoria y que tiene centros productivos en otros puntos de Zaragoza, Navarra y Soria con 16 trabajadores.

A día de hoy, la empresa comercializa flores, especialmente como elementos decorativos gourmet, en 10 países y espera "duplicar en el corto plazo" porque observan una "capacidad exportadora" donde "no hay límite", anticipaba Landeta. En Calatayud la incorporación de trabajadores será progresiva y el responsable concretaba que se levantará una casa para los guardas del recinto y para temporeros y trabajadores, además se pretende que el complejo sea visitable, especialmente por escolares.

Blasco reconocía que la administración, y en concreto organismos como el Inaga, tiene que "poner las condiciones necesarias para la preservación del medio ambiente y del interés general y hacerlo compatible con proyectos empresariales". A este respecto, asumía el atasco sufrido por el Inaga y que hubiera "gran dificultad para sacar expedientes", aunque se comprometía a poner en marcha un plan de choque para agilizar los asuntos pendientes, a la vez que subrayaba que "entre 50 y 60 expedientes salen a diario del Inaga en positivo".

Por su parte, Aranda, valoraba la apuesta del grupo Ataraxial por la ciudad, donde además de un centro de producción de esta enseña, también ha puesto en marcha, desde hace poco más de un año, la planta de Levprot Bioscience, dedicada a la fabricación de proteínas a partir de levadura y con destino a farmacia, diagnóstico y alimentación. "Es un proyecto que nos va a dar unas alegrías tremendas", valoraba el regidor.

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