Agosto pone fin al dinamismo del empleo y deja en evidencia la elevada volatilidad de muchos trabajos

La Seguridad Social pierde 185.000 afiliados y se aleja del objetivo de los 21 millones mientras el paro sube en casi 25.000 personas.

Oficina de empleo
Oficina de empleo
E. P.

Fin de fiesta para el mercado laboral español, que no ha podido finalmente alcanzar el hito de los 21 millones de cotizantes que se había marcado el Gobierno. Las vacaciones de verano han llegado a su término y, con ellas, el empleo ha comenzado a desinflarse, aunque esta vez no de la mano de la hostelería, sino mayoritariamente del sector de la educación, que deja muestra de la elevada rotación que sufre.

Después de unos meses extraordinarios en los que la afiliación a la Seguridad Social ha marcado récords, julio, habitualmente una época favorable para el mercado laboral, mostró ya síntomas de un cierto frenazo con una creación de empleo bastante inferior a la de años previos y agosto no ha logrado romper con la tradición y cierra con más parados y menos trabajadores, según los datos publicados este lunes por los ministerios de Trabajo y Seguridad Social.

Concretamente, después de seis meses consecutivos en positivo, en agosto se destruyeron 185.385 puestos de media, una cantidad muy similar a la de 2022 (189.963) pero superior a la de 2021 y a la media de las dos décadas precedentes. Esto no implica que haya que alarmarse ante este recorte de empleos, puesto que es lo habitual para un mes de agosto por el fin de la temporada estival, ya que la economía española es plenamente dependiente del turismo. Es más, el ritmo de creación de empleo interanual repuntó mínimamente respecto a julio y aceleró dos décimas más que en junio, hasta situarse en el 2,76%, una tasa más que correcta.

El número total de afiliados medios en el sistema se sitúa en los 20,7 millones y se aleja del objetivo de superar los 21 millones, hito que no será ya probable que se logre este año, puesto que el periodo bueno para el empleo llegó ya a su fin. Será en estos próximos meses, época en la que se suele resentir el mercado laboral, cuando realmente se confirme si sigue manteniendo esa inusitada fortaleza que ha mostrado hasta ahora o flaquea.

Y, en este sentido, hay dos datos en las estadísticas publicadas ayer que sí pueden ser un indicio de cierto agotamiento en el empleo: la fuerte caída que ha experimentado la contratación, de forma más intensa en el caso de la indefinida, y el hecho de que el último día de agosto solo trabajaran en España 20,4 millones de personas, la cifra más baja desde el pasado mes de marzo.

Porque sí, agosto cerró con un promedio mensual de 20,7 millones de afiliados, pero esta media no se reparte de forma homogénea en todo el mes, sino que el último día, el 31, se saldó con una fuerte destrucción de casi 270.000 empleos, uno de los peores registros de la historia, que se acerca al récord de casi 290.000 marcado en agosto de 2021, y que confirma que la volatilidad del empleo sigue latente pese a la reforma laboral.

La hostelería resiste

Contra lo que pueda parecer, la sangría del empleo no está protagonizada por la hostelería y el fin de la campaña turística de verano. Esta actividad apenas ha perdido 1.386 afiliados, lo que augura un buen septiembre para el turismo y posterga esta destrucción de contratos para final de este mes u octubre. El grueso lo concentra la educación, que explica uno de cada tres empleos perdidos, más de 60.000. Esto se debe a que los contratos de los interinos finalizan el 31 de agosto y vuelven a firmarse el 1 de septiembre con su nuevo destino, así como que el sector aprovecha los veranos para despedir a una parte de su plantilla.

También se han perdido cotizantes de forma significativa en la construcción (-18.754) y la industria (16.378), lo que responde al fenómeno cierre por vacaciones. Estos tres sectores explican más de la mitad de la caída de la afiliación.

Más paro efectivo

En la otra cara del mercado laboral, otro agosto más se han sumado 24.826 parados registrados, un aumento bastante inferior al del año anterior (+40.428) y muy por debajo de la media de la serie histórica, según resalta el ministerio dirigido por Yolanda Díaz. Tras cinco meses consecutivos de recortes, el total de parados vuelve a elevarse por encima de la barrera de los 2,7 millones, aunque se trata de la cifra más baja en este mes desde 2008. No obstante, cabe tener en cuenta que en esta cifra no se incluyen las decenas de miles de trabajadores fijos discontinuos que tras el fin de la temporada alta se habrán quedado sin actividad, pero no computan en este registro.

Si se contabilizara a este colectivo, el paro efectivo se elevaría bastante por encima de los 3,3 millones de personas, según estimaciones de Randstad Research, que cifra en unos 650.000 o 680.000 los fijos discontinuos que están en la actualidad sin actividad.

Más de 300.000 puestos de trabajo se esfuman el último día de vacaciones 

La reforma laboral ha logrado reducir de forma radical la elevada temporalidad que sufría el mercado laboral español desde tiempos inmemoriales. Ninguna otra norma había conseguido erradicarla, hasta ahora, que ha caído a mínimos históricos (17,3%) y se asemeja ya a niveles europeos. En la actualidad un 85% de los afiliados cuenta con un contrato indefinido que, por tanto, se presupone estable.

Sin embargo, la reforma laboral no ha logrado arreglar otro de los problemas que mantiene nuestro mercado laboral: la excesiva rotación y la práctica demasiado extendida entre las empresas de dar de baja a un trabajador para contratarlo de nuevo (o a otro), incluso al día siguiente.

Este fenómeno se agrava en verano. Por ello, el 31 de agosto suele ser 'negro' para el empleo, por la gran cantidad de bajas que se firman. Y así ha sucedido este año, cuando de golpe y porrazo se esfumaron 308.166 afiliados y, por el contrario, solo se registraron 40.812 altas, por lo que el saldo neto que arroja es de una destrucción de 267.354. Y esto pese a la sobrecotización que impuso la reforma laboral a los contratos de muy corta duración, penalizándolos aún más.

El Gobierno no mostró este lunes preocupación por estos datos y, aunque admitió que la caída ha sido "realmente intensa", confía en que se compense con una "rápida recuperación" en estos primeros días de septiembre.

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