solidaridad

Perfil del donante de ONG: mujer urbanita, con estudios y más de 50 años

La pandemia y la crisis económica no han afectado tanto como se esperaba a las aportaciones económicas, según los estudios del colectivo.

Día del Libro en el paseo de la Independencia.
La organizaciones no gubernamentales consiguen buena parte de sus fondos con las aportaciones de particulares.
Francisco Jiménez

Los estudios del sector de las ONG concluyen que somos solidarios. Ni siquiera la pandemia de covid ha variado este resultado, pese a los apuros económicos de muchas familias por la subida de los precios y las hipotecas que ha seguido. La financiación de estas organizaciones descansa en buena medida sobre las aportaciones periódicas de sus socios, a los que llegan por distintas vías, con un peso relevante de la captación "cara a cara" ('face to face') en la calle o lugares con gran afluencia de personas. Se vive un momento estable de asociados, pero las organizaciones confiesan que cada vez cuesta más hacer un nuevo socio.   

El 40% de los españoles aportó económicamente alguna vez con una causa solidaria en 2022, según el estudio 'La colaboración de los españoles con las entidades no lucrativas' de la Asociación Española de Fundraising (recaudación de fondos en inglés), una organización sin ánimo de lucro creada en 1997 a la que pertenecen las principales entidades del sector. Su objetivo es el desarrollo de la filantropía y la captación de fondos en España, así como la difusión de las buenas prácticas dentro del sector.

Un 84% de los ciudadanos han colaborado "en alguna ocasión", bien sea entregando dinero, ropa, alimentos o firmando por una causa solidaria. Del estudio se concluye que un 61% lo ha hecho con dinero en alguna ocasión, frente a un 40% que no lo ha hecho nunca.

Las grandes ciudades siguen siendo las que concentran un mayor número de socios. En el análisis por provincias, en las tres aragonesas se puede decir que son solidarias porque el porcentaje de socios que residen en ellas es ligeramente superior a lo que supone su población en el conjunto del país. En el caso de la de Zaragoza un 2,09% frente a un 2,54%: en Huesca un 0,79% de los socios en España y un 0,48% de su población y en Teruel un 0,42% frente a un 0,30%, según los últimos datos de otro estudio de la citada asociación,  'Realidad del socio y donante en España'.

En sus fondos, el peso se encuentra casi equilibrado entre el dinero que aportan los socios (41%) y el que reciben de ayudas de las administraciones públicas (43%).

A pesar de ello, la solidaridad es "menos que otros países del entorno", apunta Fernando Morón, director de la Asociación Española de Fundraising (AEFr). Pone como ejemplo que "en el Reino Unido el 70% de la población total mayor de 18 años colabora con una ONG".

Sin embargo, en nuestro país tienen más peso las donaciones "recurrentes" o periódicas, que achaca al mayor peso de la domiciliación bancaria. En cuanto a la situación considera que es "estable" en número de socios, pero necesitan crecer. Recuerda que las organizaciones han pasado "años complicados". La desgravación en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) no es un aliciente suficiente. 

El efecto covid

En las épocas en las que empeora la situación económica de los ciudadanos, se suele producir una caída del número de socios, que tienen que recortar gastos mensuales. Esto ocurrió en los años más duros de la crisis de 2008. Si embargo, "en estos tres últimos años el impacto ha sido casi nulo en el número de bajas", asegura Morón, respecto al efecto de la pandemia de covid. "Creemos que tiene mucho que ver con que la situación por la pandemia, que afectó a la salud, luego la guerra en Ucrania, el volcán de La Palma, eran situaciones muy cercanas que afectaron a la gente y que vieron la necesidad de colaborar ", indica. La donación media se sitúa en 144 euros al año, 12 euros al mes, y subió de marzo a junio de 2020, durante el periodo de confinamiento y restricciones más fuertes. El 42% de las bajas se deben a impagos.

El perfil del donante se reparte "casi a la mitad" entre hombres y mujeres, aunque la balanza se inclina un poco más hacia las segundas. El asociado medio de una ONG se corresponde con una mujer, de unos 58 años, urbanita, con formación y un nivel económico medio-alto. Una vez que se hacen socios son fieles. Cerca de un tercio de los asociados (33,7%) lleva más de diez años colaborando con la misma ONG.

Entre los retos para salir del estancamiento actual se encuentra conseguir socios entre los más jóvenes, ya que la media de edad de los donantes es cada vez más elevada, ligada al momento vital en el que se cuenta con estabilidad. "Las organizaciones tienen que ver cómo conectar con el público más joven", plantea.

Entre los factores que frenan a los jóvenes se encuentra la propia precariedad e inestabilidad laboral, aunque los estudios del sector recogen que también que piden más transparencia y flexibilidad en las aportaciones. El lugar donde "captarlos" son las redes sociales y las organizaciones se plantean contar con "embajadores" para que hagan de prescriptores. Existen empresas especializadas en ofrecer captadores a las ONG.

¿Qué temas nos preocupan? 

El estudio de la asociación de entidades de recaudación de fondos para ONG de 2022 afina un poco más y señala que el 65% se trata de personas casadas, el 45% tiene hijos y un 54% estudios superiores. A la hora de aportar a una causa solidaria, los colectivos que más preocupan a los españoles son, por orden, los niños (54%), ancianos (49%), enfermos (45%), discapacitados (41%), personas sin recursos en el propio país (37%), víctimas de catástrofes naturales (37%), iniciativas de apoyo a mujeres (36%), medioambiente (35%), refugiados y víctimas de guera (33%).

¿Por qué no donamos a una ONG?

Dos razones casi igualadas encabezan la lista de motivos por los que los ciudadanos no colaboran aportando dinero a una ONG. La primera tiene que ver con la falta de capacidad económica para hacerlo. El 37% confiesan que no se lo pueden permitir. Y casi empatada, con un 36% surge la desconfianza, las dudas de si el dinero estará siendo bien utilizado porque consideran que existe "falta de transparencia" en estas organizaciones. Un 7% apostilla que es responsabilidad de otros ayudar.

A la hora de dar el paso de donar, entre las razones que mueven a hacerlo se encuentra la empatía. "Quiero ayudar a los que son menos afortunados o más vulnerables" o "es algo que nos podría pasar a todos" figuran entre los argumentos elegidos por el 38%. Le sigue la creencia en la necesidad de ser justos y éticos, para el 22% y en un 18% porque se trata de ayudar a los que se tienen más cerca. En algunas ocasiones (12%) el donante se siente impulsado a aportar su grano de arena en situaciones de gran notoriedad; el 8% reconoce que lo hace por satisfacción porque se siente "mejor" y solo un 4% por prescripción, porque algún conocido le recomendó una causa concreta.

¿Cómo hacemos las aportaciones?

Al margen de las económicas, el estudio del comportamiento del donante refleja el cambio de hábitos también a la hora de colaborar. Queda en último lugar la aportación mediante la asistencia a conciertos benéficos (solo un 15%) o el envío a través del móvil de SMS (mensajes de texto) (15%), una tecnología arrasada por la llegada de otras formas de pago desde el móvil como Bizum. "En un SMS tu haces una donación que ya está registrada, no puedes donar lo que quieras, es una cantidad fija, pero te puede llamar la ONG para agradecerte la aportación y preguntar si quieres colaborar más", explica Morón sobre las ventajas e inconvenientes de esta vía. Por contra, Bizum permite "poner la cantidad que quieras", pero la organización no tiene los datos del donante para poder tratar de reforzar la relación.

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