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Ley de usos del tiempo: "De nada sirven medidas de conciliación si no puedo disfrutarlas porque a mi jefe no le va a gustar"

El Gobierno prepara una Ley de usos del tiempo para avanzar en la conciliación entre vida y trabajo, mientras retrocede el teletrabajo superada la pandemia.

Teletrabajo
Teletrabajo
Pixabay

Los horarios laborales condicionan la vida y la salud de las personas. La preocupación por la búsqueda de la llamada 'racionalización', que permita el equilibrio entre vida y trabajo, comenzó hace años y en los ultimos se trata de acelerar con propuestas como las ayudas económicas a empresas que incorporen modelos para reducirla (sin bajar salarios) a través de la semana de cuatro días.

Agotamiento, dolores de cabeza, musculares, no poder conciliar el sueño, menos ganas de hacer cosas, defensas bajas,... Estos son algunos de los síntomas que indican que "el estilo de vida que estás teniendo no está en sintonía con lo que necesita tu organismo", explica María del Castillo, vocal de la Junta del Colegio Profesional de Psicólogos de Aragón (COPPA). En situaciones extremas de estrés se pueden llegar a sufrir  cuadros de ansiedad y depresión.

"Gran parte del día lo pasamos trabajando, así que va a influir en la sensación de bienestar", apunta sobre la necesidad de avanzar hacia el equilibrio entre vida y trabajo. "El horario es un factor más de estrés", detalla, pero habría otros como la sobrecarga de trabajo o la relación con los compañeros.

"Las personas pueden ser más produtivas si pueden conciliar, están más motivadas"

"Tiene que ser una conciliación real y que salgan ganando todos, empresa y trabajador" (María del Castillo, Colegio Profesional de Psicólogos de Aragón, COPPA)​

"Las personas pueden ser más produtivas si pueden conciliar, están más motivadas", asegura la psicóloga. Como requisitos apunta "que sea una conciliación real y que salgan ganando todos, empresa y trabajador".

Las huellas de la pandemia

España cuenta desde hace 20 años con una entidad que organiza foros y elabora estudios sobre la jornada laboral. Se trata de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, Arhoe. "Parece que la pandemia ha evidenciado la importancia que tiene el tiempo y la óptima utilización del mismo en nuestra vida, también en la profesional", asegura César Martín, su presidente.

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, volvió a poner sobre la mesa la necesidad de legislar para reducir la jornada, recordando durante las manifestaciones del Primero de Mayo, que está pendiente la llamada 'Ley de usos del tiempo'. Desde su departamento ya ha salido la Ley del teletrabajo, para regular un marco general para esta opción que hasta la crisis sanitaria de la  covid era minoritaria.

Sin embargo no terminan de extenderse las distintas alternativas para conseguir que el horario de trabajo facilite la conciliación y permita la desconexión o lo hacen más despacio de lo que cabría esperar tras el acelerón que se vivió durante el confinamiento. Ello unido a que no todos los sectores pueden trabajar a distancia.

Teletrabajo en retroceso

Desde Arhoe reconocen que "la crisis sanitaria ha sido un verdadero catalizador y ha contribuido a lanzar o desarrollar programas de teletrabajo en la gran empresa o en algunos sectores concretos". 

Sin embargo, la vuelta a la normalidad ha hecho que se vaya abandonando el trabajo a distancia. Así lo reflejan estadísticas como el último informe 'La Sociedad Digital en España 2022' publicado estos días por la Fundación Telefónica. En él se indica que el teletrabajo cayó 12 puntos porcentuales y y medio hasta quedar en el 34% las empresas que permiten a sus empleados realizar teletrabajo.

"El teletrabajo es un elemento clave a la hora de fidelizar o atraer profesionales, que en muchos casos ya no se plantean trabajar en una empresa que no lo facilite" (César Martín, Comisión para la racionalización de horarios)

Martín confía en que "en aquellas empresas en las que sea posible su implantación acabará imponiéndose". De hecho, destacan que se convierte en un "elemento clave a la hora de fidelizar o atraer profesionales, que en muchos casos ya no se plantean trabajar en una empresa que no facilite el teletrabajo".

En este sentido, desde el clúster Tecnara, que agrupa a empresas tecnológicas aragonesas, coinciden en que ante la falta de profesionales cualificados en algunos perfiles, la posibilidad de trabajar a distancia es casi un requisito para conseguir candidatos a una vacante. Ha pasado de ser una opción en algunos departamentos que trabajaban por objetivos a convertirse en un "tema estructural" en su sector. En él existen todo tipo de opciones de flexibilidad de horarios, teletrabajo varios días a la semana, la mitad de la jornada e incluso el 100%.

"Se están incorporando al trabajo con 22 años, quieren solo teletrabajo y no se dan cuenta del valor que aporta trabajar con las personas" (Félix Gil, Tecnara)

Félix Gil, presidente del clúster, coincide en las virtudes de este modelo, pero también se muestra "preocupado" por los jóvenes que entran al mercado laboral directamente a trabajar en remoto. "Se están incorporando al trabajo con 22 años, quieren solo teletrabajo y no se dan cuenta del valor que aporta trabajar con las personas", advierte. Así, considera que se pierden una parte del aprendizaje que aporta el trabajo presencial. Los compañeros aportarían "conocimiento que no encuentras en los libros ni puede lograr uno mismo" y competencias y habilidades sociales.

Asegura que volver a la actividad presencial no se trata de una cuestión de "control" del empleado ya que la confianza por parte del empleador tiene que exisistir al margen de la forma de trabajo. "La persona que quiere escatimar tiempo de trabajo lo va a seguir haciendo también en presencial", considera Gil. 

Las psicóloga alerta también sobre la "trampa" del llevar el puesto de trabajo al hogar. "Muchas veces estás en el teletrabajo, a la vez pasan cosas en tu casa que tienes que estar atendiendo y al final estás en todo y vuelve a ser un estrés", pone como ejemplo. "En tu casa tienen que respetar que en ese horario estás trabajando", propone. A su consulta llegan pacientes que "prefieren ir a la oficina" por la sobrecarga en casa o porque echan en falta del contacto con los compañeros.

Para Arhoe es necesario un "cambio de mentalidad"  y de cultura en la empresa que debe ir "unido a conceptos como la responsabilidad, la flexibilidad, la autonomía, la gestión por objetivos, el uso de las nuevas tecnologías o la eficiencia". Su presidente entiende también que no se puede generalizar a todos los sectores. "Siempre habrá limitaciones en su implantación porque en muchas empresas o sectores el tipo de negocio no lo permite, y su regularización ha sido un paso importante pero claramente insuficiente", añade Martín, en relación a la actual Ley del teletrabajo.

Semana de cuatro días y sin perder sueldo: ¿utopía o realidad?

Una de las fórmulas que luchan por abrirse paso es la semana de cuatro días impulsada por Más País y puesta en marcha a través del Ministerio de Industria. El Boletín Oficial del Estado (BOE) del pasado 13 de abril recoge el paquete de ayudas económicas dirigidas al impulso de la mejora de la productividad en pequeñas y medianas empresas industriales a través del proyecto piloto de reducción de la jornada laboral.

"Consideramos que lo realmente relevante no es el número de días que trabajes a la semana, sino cómo los trabajes. Si el hecho de descansar o disfrutar de tres días seguidos conlleva que durante los cuatro restantes no pueda conciliar, no parece que sea la solución ideal", plantea Martín entre las dudas sobre el modelo. En principio, la iniciativa se planteó sin pérdida de sueldo y sin que supusiera mayor carga de trabajo, lo que obliga a contratar en muchos casos, de ahí las ayudas económicas.

"Para que sea económicamente sostenible sin ayudas públicas debería generar ahorro de costes y/o una mejora de la productividad y, por consiguiente, de los beneficios empresariales", plantea, pensando en la viabilidad de esta opción a largo plazo.

Cultura de "cuidado del empleado"

"Para que se implante con éxito lo fundamental es una cultura empresarial de cuidado del empleado que respalde la medida, que se la crea y la incentive, y no que la utilice únicamente para mejorar su reputación o reducir costes", considera. Pese a que avanzalentamente, cree que en el futuro será una alternativa habitual para reducir la jornada, pero "una más" y "no la panacea ni una solución única que pueda aplicarse a cualquier empresa".

En la comisión piden "apostar por empresas más humanas". Así, señalan que no basta con aprobar iniciativas. "De nada me sirve tener decenas de medidas de conciliación si no puedo disfrutarlas porque a mi jefe no le va a gustar o si su disfrute va a penalizar mi desarrollo profesional".

En este camino, apela a las mejoras que se puedan introducir en las negociaciones entre empresas y sindicatos en los convenios colectivos. "No debemos olvidar que las medidas no son más importantes que la orientación al cumplimiento de objetivos frente al presentismo o un liderazgo que permita la autogestión del tiempo de cada colaborador".

La psicóloga se muestra contratria al 'presentismo', estar por estar. "A veces esas jornadas extensas o turnos partidos hacen que la persona esté presencialmente en la oficina muchas horas, pero no está produciendo todo el rato", apunta. De ahí que plantea opciones para distribuir la jornada "para que la empresa gane en productividad y el trabajador en concilición real", uno de los retos más complicados.

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