La pujanza de la agroindustria

Manuel Mazana: "El sector porcino es uno de los mejores ejemplos de economía circular"

El grupo oscense Mazana es un referente del porcino español, cuya producción ha sido reconocida con el más alto premio de los prestigiosos Porc d'Or.

Manuel Mazana, director general de Mazana Grupo Empresarial en las instalaciones de Capella (Huesca).
Manuel Mazana, director general de Mazana Grupo Empresarial en las instalaciones de Capella (Huesca).
Verónica Lacasa

¿Cómo se consigue que la mejor granja de toda España esté en Huesca?
Es desde luego para nosotros un orgullo. Tenemos granjas propias, pero principalmente integradas y para lograr éxitos de manera sostenible incidimos en las instalaciones, la genética, la bioseguridad, la alimentación y lo que es más importante, en las personas, en su formación y su implicación en la explotación. Y no puede fallar ninguno de esos pilares.

¿Qué papel juega en su marca la innovación?Estamos muy centrados en la producción y en cada proyecto que abordamos aplicamos lo mejor que teníamos en anteriores explotaciones y todas las posibles mejoras tecnológicas que existen en cada momento y que vamos desarrollando con pruebas en granjas experimentales. Estamos en una mejora constante.

¿El futuro exige dimensión?Sí, se habla mucho de macrogranjas pero nadie sabe lo que se entiende realmente por ese concepto y se piensa en algo superindustrial y de cifras estratosféricas, pero en España la normativa es tanto o más restrictiva que en otros países. Con una determinada dimensión, la granja crea más empleo y además los trabajadores pueden llevar turnos y horarios ordenados. El futuro está en ese tipo de granjas porque todos queremos vivir mejor, todos queremos más sistemas de bioseguridad, más sanidad, la Administración es muy exigente y lo pone cada vez más difícil y todo ello resulta inviable para el pequeño ganadero. Y no hay que olvidar que hay que ser sostenibles medioambientalmente, socialmente pero también económicamente porque si no es imposible producir a un precio competitivo.

¿Cómo es el grupo Mazana?Mi padre empezó la actividad en 1969 con una granja de 600 cerdos que mantuvo durante veinte años y fue a partir de los 80 cuando comenzamos con el sistema de integración. Ha sido con la llegada de la segunda generación cuando nos hemos ido profesionalizando y desarrollando. En este momento tenemos 470 empleados directos, hay más de 650 granjas integradas, disponemos de una importante flota de camiones y el pasado año alcanzamos una facturación de 400 millones de euros. Estamos muy centrados en la mejora de nuestro proceso desde la genética hasta la producción de cerdo vivo.

El grupo empresarial Mazana, que emplea a 470 trabajadores, facturó en 2022 unos 400 millones de euros

Y lo hacen desde Capella, un pequeño pueblo de la despoblada comarca de la Ribagorza. ¿Es complicado producir en la España vaciada?
Nosotros estamos orgullosos de ser de donde somos, de seguir viviendo en nuestro pueblo, pero es verdad que cuando una empresa comienza a coger dimensión y a tener mayor volumen se hace complicado porque hay más costes, por ejemplo en logística, ya que no hay recursos. Además por nuestra situación es más difícil disponer de personal y conseguir determinados perfiles, porque hay gente a la que le gusta el campo y los pueblos pequeños, pero una cosa es lo que se dice y otra muy distinta la realidad.

Mazana tiene en marcha un proyecto desde hace años en Torres de Barbués. ¿En qué momento se encuentra?Tenemos un proyecto bastante ambicioso en Torres de Barbués desde que compramos la fábrica que era muy vieja y llevamos casi cuatro años modernizando las instalaciones. Tenemos en marcha una gasolinera, estamos terminando la ampliación del secadero y vamos a poner un avanzando centro de lavado y desinfección de vehículos, con estrictas medidas de seguridad que creo que va a ser uno de los centros más preparados de España. Queda una segunda fase del proyecto en la que llevamos tres años de trámites que incluye unos almacenes para guardar cereal y una nueva fábrica de piensos con una capacidad de producción de 100 toneladas por hora.

¿Qué inversión supondrá y cuánto empleo creará?Hace tres años, cuando comenzamos a hablar del proyecto, preveíamos una inversión de 14 millones de euros. Con toda la revolución de precios que ha habido en estos años, la cifra será bastante mayor. Está previsto que la fábrica funcione a tres turnos, así que se crearán entre nueve y doce empleos.

¿No se han planteado dar el salto a la transformación?Creo en la diversificación, pero creo más rotundamente en la especialización. Hoy en España tenemos una capacidad de sacrificio importantísima que en este momento supera a la capacidad de producción y creo que nosotros somos más eficientes en la producción de lo que podríamos serlo si sumamos el sacrificio.

El porcino aragonés ha crecido en los últimos años a un ritmo vertiginoso. ¿Este avance todavía tiene recorrido?Sí, no será al ritmo que hemos llevado hasta ahora, pero aplicando criterios científicos y técnicos y si la Administración nos deja, porque a veces da un poco la sensación de que los políticos son algo cobardes y ante cualquier rumor de la sociedad y argumento en contra ponen problemas, creo que puede seguir creciendo porque Aragón tiene un potencial con el que no cuentan muchos rincones del mundo. Tiene terreno, tradición, sinergias entre la agricultura y la ganadería y ahí están los retos de la despoblación y el aprovechamiento de recursos. Y el sector porcino es uno de los mejores ejemplos de lo que es la economía circular.

¿Cómo ha impactado en el sector el incremento de los costes de producción?2022 ha sido un año muy complejo, porque el 70% de nuestro coste de producción lo absorben las materias primas que han duplicado su precio, como también ha sucedido con la energía, además de la dificultad que han añadido los problemas sanitarios en el resto del mundo. Es cierto que los precios del cerdo fueron repuntando a partir de marzo del año pasado y que se han trasladado parte de los costes al consumidor, pero no podía ser de otra manera porque si no hubiera sido así, los ganaderos habríamos desaparecido.

¿Cuál es el principal reto al que se enfrenta el sector?El principal es el medioambiental, sin lugar a dudas. Tenemos que hacer un producto sostenible, pero también de calidad y rentable. Pero somos un sector, y así lo hemos demostrado, dispuesto a los retos, abierto a las nuevas tecnologías y a las más innovadoras formas de trabajar y que apuesta por la eficiencia y la mejora continua. Y tenemos suficiente potencial para continuar haciéndolo.

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