economía

Un zaragozano se libra de un crédito rápido que resultó no serlo: "He estado 22 años pagando y no bajaba nunca"

La entidad que se lo concedió acepta la nulidad, los intereses de usura y la devolución de unos 25.000 euros.

Foto de archivo de billetes de euro.
Foto de archivo de billetes de euro.
Pixabay

Un crédito rápido contratado por teléfono se terminó convirtiendo en una deuda interminable para un zaragozano. Este ha tenido que recurrir a los tribunales para liberarse de él, además de poder recuperar el dinero que ha pagado de más por los intereses de usura que incluía. 

El cliente, un trabajador mayor de 60 años con una incapacidad permanente, solicitó en 2001 (todavía en pesetas) lo que creía era un préstamo rápido, pero en realidad se trataba de una línea de crédito. Esta tenía un interés anual (TAE) del 23,56%.

Cofidis, la entidad que concedió el dinero, se ha allanado en todas las peticiones que hacía el cliente en su demanda ante el juzgado de Primera Instancia número 20 de Zaragoza. Acepta la cancelación de unos 7.900 euros de deuda que tenía pendiente y la devolución de lo pagado de más, explican Estela Royo y Carolina García, abogadas del zaragozano. Calculan que recuperará unos 25.000 euros, sumado el dinero que le devuelven y los intereses legales. El allanamiento de la entidad se notificó el pasado 13 de febrero y la decisión ya sería firme.

Nunca dejó de pagar

En la demanda pedían, además de la nulidad del contrato por usura, la nulidad de las condiciones generales de contratación "en cuanto que en la página principal del contrato no aparecía el tipo de interés y el contrato resulta completamente ilegible", señala Royo. Además, afirman que él no recibió nunca por escrito "ni el contrato suscrito en 2001 ni una sola factura".

El cliente no dejó de pagar ninguna cuota, pero su deuda no menguaba. "He estado 22 años pagando y no bajaba nunca", cuenta el cliente, que prefiere no dar su nombre.  "Me limitaba a pagar cuando llegaban los recibos", recuerda, sin saber que el producto que le concedieron no era un simple crédito rápido. Buscó ayuda el año pasado porque veía que su deuda no desaparecía.

Comenzó pidiendo 300.000 pesetas (1.800 euros) en el año anterior a la llegada del euro y desde entonces hasta diciembre de 2022, cuando se puso en manos de las abogadas, había pagado 48.900 euros para una cantidad prestada de 28.600 euros. Le quedaban todavía los citados casi 7.900 euros de deuda pendiente, que ahora quedarán cancelados, porque la deuda iba engordando como en las tarjetas 'revolving' . "Cofidis no le mandaba ninguna factura a su domicilio, pues exclusivamente le daba acceso a la plataforma 'online', que no sabía manejar", añaden sus abogadas.

Cómo funcionaba la línea de crédito

"Al tener todo domiciliado le cargaban en la cuenta pero desconocía el dinero que debía si no se lo decían por teléfono. Al cliente le ofrecían disposiciones de manera telefónica el cual tras aceptarlas, le transferían el dinero a su cuenta sin explicarle cuántos eran los intereses que debía pagar por dichos préstamos", relata Royo sobre las comunicaciones entre el cliente y la entidad durante estos años. 

"Generalmente cuando solicitan la primera cantidad, la mayoría de los clientes desconocen que lo que están firmando es una línea de crédito (pues desconocen incluso lo que es eso) y no un préstamo de única disposición", reconoce la abogada. "Este tipo de contratos no está solo bajo el control de usura, sino que también los estamos cancelando por falta de transparencia", añade.

Además, en la firma del contrato de préstamo el cliente quedó vinculado a un seguro de protección de la deuda "no solicitado", apunta Royo.

Las abogadas recuerdan que en estos casos "se pueden reclamar todos los contratos del año que sean" porque "no hay prescripción".

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