El Hotel Castellote, abocado al cierre después de 40 años de trabajo

Los hermanos Mariano y Marina Lecha abrieron un hostal que hoy es este tres estrellas con 38 habitaciones y restaurante.

Foto del Hotel Castellote
Foto del Hotel Castellote
H. C.

Los hermanos Mariano y Marina Lecha abrieron el Hotel Castellote hace 40 años. Primero fue un hostal con ocho habitaciones, pero las instalaciones se fueron ampliando y dotando de más servicios hasta llegar a ser un hotel de tres estrellas con 38 habitaciones. “Siempre hemos querido mejorar y adaptarnos a las demandas de los clientes”, puntualiza Mariano.

Pero el Hotel Castellote tiene los días contados. Los dueños de este hotel y restaurante en la localidad del mismo nombre no encuentran profesionales cualificados para incorporar a su plantilla. Clientela no falta, pero ante la carencia de personal, han tenido que ir reduciendo servicios y abriendo menos días a la semana. El problema se viene sufriendo desde hace tiempo aunque, dicen, ha sido a raíz de la pandemia cuando se ha vuelto insostenible.

"Antes dábamos incluso bodas pero hace tiempo que ya no tenemos personal suficiente para poder ofrecer este servicio"

El establecimiento tiene piscina exterior, jardines con zonas de lectura o spa, entre otras comodidades. Además, el restaurante ha crecido mucho en estas cuatro décadas y cuenta con tres amplios salones. “Antes dábamos incluso bodas pero hace tiempo que ya no tenemos personal suficiente para poder ofrecer este servicio”, lamenta Mariano. De hecho, el restaurante siempre había estado abierto todos los días de la semana pero ahora solo pueden mantenerlo cuatro días. “Por desgracia, el trabajo de toda una vida se va a reducir al cierre porque no tenemos gente para trabajar”. 

A los hermanos Lecha la hostelería les viene de familia. Sus padres abrieron una fonda en el centro del pueblo, entre casas antiguas y en medio del entramado de calles estrechas que caracteriza la parte alta de Castellote. Cuando esta nueva generación cogió las riendas del negocio, decidieron trasladarlo a la parte nueva de la localidad, donde tenían más espacio tanto para sus instalaciones como para el tránsito de vehículos y el aparcamiento. 

“Cuando abrimos el hostal el turismo aquí no existía, pero teníamos minas y nuestros clientes eran los trabajadores”, recuerda Mariano. Pero con el tiempo, Castellote se fue dando a conocer como reclamo turístico, primero entre los vecinos de Cataluña. “Muchas personas de la zona emigraron allí por trabajo y, en sus nuevos círculos de amistades, hablaban de los atractivos de su pueblo”, relata. Así es como esta zona del Maestrazgo turolense fue ganando popularidad, al tiempo que el Hotel Castellote recibía a turistas catalanes y, después, también valencianos, por proximidad.

Actualmente, el establecimiento se nutre tanto de trabajadores como de visitantes de estas dos comunidades autónomas, sobre todo. Quienes llegan hasta el pueblo lo hacen motivados por los atractivos naturales de la zona, como las presas del pantano de Santolea, en el río Guadalope, o las grutas de Cristal de Molinos, que están a apenas 15 kilómetros de Castellote. Además, el mismo pueblo, de origen templario, es un reclamo. “Está al abrigo de un castillo en la ladera de una montaña y se fundó en 1200. Es un pueblo con historia, el más antiguo de la zona”, comenta Mariano, sobre las bondades de Castellote. 

"Ahora no hay compromiso porque no hay ya familias con tradición en la hostelería. Esto requiere mucho esfuerzo, trabajo y dedicación"

A la situación insostenible de la falta de personal se suma que para el Hotel Castellote no hay relevo generacional. Mariano, que tiene 63 años, tiene dos hijos, pero cada uno ha estudiado una carrera y lleva su vida laboral por otros caminos. Su hermana, Marisa, ya está en edad de jubilación, aunque sigue ayudando en la gestión. “Traspasar el negocio también lo veo difícil, no por una cuestión económica, porque con tal de que no se cerrara, lo dejaría barato. Pero ahora no hay compromiso porque no hay ya familias con tradición en la hostelería”, asegura Mariano. “Esto requiere mucho esfuerzo, trabajo y dedicación”, añade. 

Trabajo, esfuerzo y dedicación es lo que los hermanos Lecha han demostrado en estos 40 años al frente del negocio familiar. Su planteamiento ha sido el de una estructura familiar desde el inicio; pero conforme la actividad ha ido creciendo, se ha tenido que consolidar una plantilla de empleados externos. “Hemos llegado a tener hasta 15 ó 20 trabajadores pero ahora la gente no quiere venir a los pueblos. Y los que están cualificados se van”, reflexiona Mariano, que reconoce horrorizarse cuando ve las condiciones en las que se trabaja en las ciudades en el sector hostelero. “Suelen estar mal pagados y explotados. Aquí, en el medio rural, intentamos mimar a los trabajadores, por la carencia que hay, y los salarios son decentes”, asegura. Además, según indica, la falta de vivienda no es un problema en Castellote, como sucede en otros pueblos. “Hay pisos en alquiler o si no, nosotros mismos podemos proporcionar alojamiento”.  

"Hemos llegado a tener hasta 15 ó 20 trabajadores pero ahora la gente no quiere venir a los pueblos. Y los que están cualificados se van"

En su intento de retrasar el cierre todo lo que puedan, desde hace unos días, en el perfil de Facebook del Hotel Castellote cuelga un cartel que dice que se busca personal de recepción. Este es uno de los puestos que se necesita cubrir con más urgencia, pero no el único. “También nos hace falta gente en cocina y camareros. Si fueran cuatro personas mejor, pero con tres nos conformamos”, apunta, con poca esperanza de conseguirlo. “Es una pena que de un día para otro tengamos que cerrar, sobre todo porque no es por falta de clientes o de trabajo, sino de personal”, recalca el dueño del Hotel Castellote.

Apúntate a la newsletter de economía y tendrás cada semana las últimas noticias del sector, claves y recomendaciones de expertos.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión