Automoción

UGT advierte a Stellantis que no negociará ningún convenio en el que no se adjudique la plataforma del coche eléctrico a la planta de Figueruelas

El sindicato asegura que la factoría tiene un buen futuro a largo plazo, pero advierte que sin la plataforma STLA "la fábrica de Zaragoza no tiene ninguna viabilidad". 

Cadena de montaje de Stellantis en Figueruelas.
Cadena de montaje de Stellantis en Figueruelas.
Oliver Duch

Se le conoce por el nombre de STLA y es la plataforma con la que el grupo Stellantis, propietaria de la planta de automóviles de Zaragoza, desarrollará a partir de 2026 la producción del coche eléctrico. Pero es también la condición esencial con la que UGT-FICA Aragón acudirá a la mesa negociación, que estaba prevista que comenzara a finales de mes.

Su secretario general, José Juan Arcéiz, ha sido tajante este miércoles, momentos antes de comenzar una jornada en Zaragoza para analizar el presente y el futuro del sector de la automoción, al advertir de  la importancia de que dicha plataforma se adjudique a la factoría zaragozana, ya que es la manera de garantizar la rentabilidad, la competitividad, el empleo y el futuro de dicha planta más allá de 2026. “Y eso esta ineludiblemente ligado al convenio colectivo”, ha insistido Arcéiz, que ha asegurado que UGT no tiene “excesiva prisa” en comenzar esta negociación porque antes quiere que la empresa presente un plan industrial en el que esté recogida que STLA llegará a Zaragoza.

“Hemos dicho a la empresa que nos gustaría empezar a negociar mañana mismo, pero nos ha dicho que mañana no tiene posibilidad de ofrecer ese plan industrial y ya le advertimos que sin plan no vamos a negociar nada de nada”, ha reiterado el líder sindical.

Arcéiz ha detallado el escenario que explica el órgado del sindicato a la dirección de la compañía. Ha asegurado que en corto plazo la planta de Figueruelas está muy bien posicionada. Está fabricando tres módelos, va a comenzar a producir un la versión eléctrica del Peugeot 208 (aunque la empresa no ha confirmado el modelo, Arcéiz ha asegurado que se están haciendo ya pruebas de este vehículo en la líneas de la planta) e incluso se habla del ensamblaje de un Lancia, que sin embargo, el sindicalista ha asegurado no poder confirmar. “De esa manera tendremos dos de los cinco coches que más se venden en Europa, lo que nos garantiza hasta 2026 un futuro muy prometedor”.

Pero, ha advertido Arcéiz, a partir de ese año “vienen los nubarrones”. La forma de capear el temporal es, ha insistido, conseguir la adjudicación de dicho plataforma y con ella volumen de producción que permita mantener el empleo, más teniendo en cuenta que la fabricación del eléctrico exige un menor número de piezas y, por lo tanto, una reducción de mano de obra. Y para ello, ha explicado el máximo responsable de la federación de industria de UGT, desde 2013 se han firmado acuerdos que han “posicionado muy bien a la planta y la ha hecho la más competitiva del grupo en el mundo”.

No solo es decisivo que la planta zaragozana encabece la transición de Stellantis a la producción exclusiva de coches eléctricos. UGT pone también el foco en los proveedores. “En Aragón son tremendamente competitivos y decisivos para que Stellantis tenga la rentabilidad que tiene”, ha dicho, para asegurar a renglón seguido la importancia de trabajar para que los componentes de los nuevos vehículos también se adjudiquen a las auxiliares aragonesas.

Coyuntural y estructural

En la jornada celebrada en Zaragoza ha participado Jordi Carmona, secretario federal de Industria Automovilística de UGT FICA, que ha insistido en la necesidad de abordar y diferenciar la situación del sector automovilístico desde el punto de vista coyuntural y estructural.

Para hacer frente al momento actual, marcado todavía por la pandemia “aunque parece que se ha olvidado” y por la guerra de Ucrania, Carmona ha destacado que el sindicato reclama la activación del Mecanismo RED, “una herramienta que permitiría dar una garantía a los trabajadores del sector”, ha señalado Carmona.

Por lo que se refiere a la parte estructural, el representante de UGT-FICA ha explicado que hay que abordar medidas no solo para los constructores sino para toda la cadena de valor del automóvil, en la que se incluyen empresas de componentes, concesionarios e ITV, que emplea a más de dos millones de personas en todo el país.

Y ha reiterado, además, que la transición al coche eléctrico tiene que hacerse de una manera “ordenada y justa”, analizando bien los efectos de las decisiones antes de tomarlas y pensando en soluciones para que ningún trabajador quede fuera o en tierra de nadie.

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