Responsables del gigante industrial Tata mantuvieron este lunes un encuentro telemático con la ministra de Industria, Reyes Maroto, en el que le confirmaron que están considerando abrir una fábrica de baterías para coches eléctricos en Aragón. En concreto, la multinacional, propietaria en Europa de las marcas Jaguar y Land Rover, se debate entre instalar su factoría en la Comunidad o en Reino Unido. Y aunque trascendieron pocos detalles de la reunión, sí se supo que los posibles inversores se interesaron por las ayudas públicas que obtendrían en caso de decantarse por España.

En este sentido, Maroto no solo trasladó al grupo Tata las ventajas de ubicar en Aragón su futura fábrica de baterías, que permitiría acelerar la electrificación de sus dos marcas comerciales de vehículos, sino que les ofreció el respaldo económico del perte del Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC), dotado con más de 3.000 millones de euros de los fondos europeos de recuperación.

Según fuentes del ministerio, la segunda línea de ayudas de este plan estratégico se lanzará a partir del verano. En la primera convocatoria el Gobierno central apenas pudo adjudicar 800 millones de euros, por lo que para la siguiente todavía hay disponibles cerca de 2.200 millones. A parte de este pastel podría optar la multinacional india si finalmente descarta la opción británica para instalarse en Aragón. 

Según avanzó hace unos días la agencia de noticias británica Reuters, el grupo Tata, que cuenta con dos fábricas de ensamblado en Europa (una en Eslovaquia y otra, precisamente, en Reino Unido), se ha interesado por unos suelos industriales de la localidad zaragozana de Zuera. Representantes de la multinacional incluso habrían visitado la zona, lo que da una dimensión del avanzado grado en el que se encuentran unas negociaciones que, no obstante, se mantienen en secreto. 

Desde el Gobierno de Aragón no quisieron aportar dato alguno sobre dichas negociaciones a la espera de que se pueda concretar el proyecto. Y por su parte, el Ministerio de Industria se limitó a reconocer «conversaciones» no solo con Tata, sino también con «otros grupos empresariales interesados en invertir en España».

Tras Volkswagen

El de Tata es el segundo intento de ubicar una gran fábrica de baterías para automóviles en Aragón que tiene serias opciones de fructificar después de que Volkswagen optara finalmente por abrir la suya en la Comunidad Valenciana. La multinacional alemana se decantó por Sagunto, para lamento de la DGA y de todo el sector, pues no solo se perdió la inversión directa –con una gran dotación del perte VEC, cercana a los 400 millones de euros–, sino también todo el empleo directo e indirecto de la industria vinculada a su actividad.

De hecho, el importante peso del sector automovilístico en Aragón sería uno de los motivos por los que Tata se ha interesado por instalar en la Comunidad su fábrica de baterías, según Reuters. Además, el grupo indio es conocido en el ámbito industrial aragonés, donde ha tenido presencia primero en Hispano Carrocera y después en compañías como Serviplem y Comoplesa Lebrero, cerradas hoy las tres.