Economía

Lobe cierra 2022 con una facturación de 111 millones y un beneficio de 12,5

El director general del grupo, Juan Carlos Bandrés, explica que la cifra de negocio se ha visto afectada por la elevada inflación y la subida del 30% de media en los precios de las materias primas

Juan Carlos Bandrés, director general del grupo Lobe, frente a uno de los conjuntos de viviendas construidos en Zaragoza.
Guillermo Mestre

La elevada inflación y el sobrecoste que han tenido los materiales de construcción, de un 30% de media, han impactado en la cifra de negocio del grupo Lobe, que cerró el pasado ejercicio con 111 millones de facturación y un beneficio bruto antes de impuestos de 12,5 millones. 

Unas ventas millonarias de la que su director general, Juan Carlos Bandrés, dijo que son el resultado «del cambio estratégico en la manera de construir» adoptado hace años por Lobe con criterios de máxima eficiencia energética y digitalización en un sector, que, a su juicio, requiere de «un cambio de mentalidad completo para poder industrializarse».

De cara a 2023, señaló el directivo de Lobe, el principal desafío es que se pueda contener la inflación para que no ocurra lo sucedido en 2022. Recordó que hubo 109 licitaciones de obras públicas en Aragón que quedaron desiertas con un valor aproximado de 38,5 millones –según datos de la Confederación Nacional de la Construcción– al no poder afrontar muchas empresas el sobrecoste de las materias primas para hacer esas obras. «Estos incrementos, en general, no los puedes repercutir», señaló Bandrés. En su caso, Lobe comercializa las viviendas y fija su precio antes de construirlas.

Junto con la presión inflacionista, los costes en la construcción volverán a subir este año, avisó, al tener que aplicar normativas publicadas a final de año y que «obligan a meter estructuras con más hierro y mejor calidad del hormigón en las obras, así como placas solares», lo que desdibuja, añadió, «la ligera amortiguación en el alza del precio de materiales».