De Sabadell a Sierra de Luna por una dulce curiosidad
Esther Rodríguez y José Ángel Domínguez inauguraron su proyecto apícola hace siete años, una iniciativa que les llevó a trasladarse a las Cinco Villas.
Un desayuno en pareja, como cada mañana, puede llegar a cambiar rumbo de nuestras vidas. Así lo fue para José Ángel Domínguez y Esther Rodríguez, procedentes de Sabadell, hace siete años: "Estábamos tranquilamente desayunando tostadas con miel. Surgió el tema de cómo sería el proceso de obtención de la miel y empezamos a buscar información por internet", cuenta Rodríguez.
La iniciativa les llevó a trasladarse de la capital aragonesa, donde llevaban viviendo unos meses, al medio rural, "necesitábamos una casa más grande para poder desarrollar nuestro proyecto", añade la apicultora. La pareja escogió el municipio cincovillés de Sierra de Luna, con casi 300 habitantes, para emprender su proyecto. "Es un lugar tranquilo, bien comunicado y con un entorno propicio", explica Rodríguez. Un proyecto del que únicamente forman parte la pareja y "nuestras colaboradoras aladas, que son el verdadero pilar del proyecto", añade la apicultora.
Desde la cría a la venta
Rodríguez y Domínguez se encargan de todo el proceso que conlleva elaborar la miel, "desde la cría de las reinas hasta la entrega en mano del tarro de miel al cliente final", puntualiza la apicultora.
Se trata de un proceso largo y laborioso del que no solo dependen de su propio esfuerzo y dedicación si no entran en juego otros factores como el clima, que condiciona la mayor parte de su trabajo. Además, "las labores que realizas durante el año tienen sus consecuencias y resultados en la siguiente temporada", explica Rodríguez. Para tratar de tener las menores pérdidas posibles, cuentan con diferentes apiarios, que les facilitan agricultores del municipio, para trasladar las colmenas según la época del año.
Desde Miel Sierra de Luna producen miel cruda, polen y en la próxima primavera también propóleo. Por el momento, estos productos solo pueden adquirirse en la explotación cincovillés.
Tras siete años de proyecto, confiesan que el balance es muy positivo. "Hemos aprendido mucho y estamos muy contentos de poder vivir en una zona rural y estar en contacto diario con la tierra y la naturaleza", cuenta Rodríguez. La apicultora confiesa que la aceptación del proyecto ha sido "mejor de lo que podíamos imaginar. La gente conoce y valora nuestros productos".
El 2022 ha sido un año complicado para todo el sector agrícola debido a los temporales que castigaron a nuestro territorio. En cuanto a las previsiones para el recién inaugurado 2023, Rodríguez cuenta que "en la apicultura no se puede pronosticar" aunque sí que tiene un objetivo claro: "disfrutar de lo que hacemos, y comer mucha miel", confiesa.
