ECONOMÍA

Daniel Quílez, ganadero: "Se ha estado vendiendo el cerdo a pérdidas"

El aumento de los costes del gasóleo, los cereales y los abonos han desequilibrado las cuentas de las explotaciones en los últimos meses.

Daniel Quílez, agricultor y ganadero, corresponsable del sector Porcino en UAGA.
Daniel Quílez, agricultor y ganadero, corresponsable del sector Porcino en UAGA.
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Daniel Quílez tiene 28 años y lleva seis dedicado profesionalmente a la agricultura y ganadería. Vive en Langa del Castillo, un pueblo a una hora de Zaragoza, en el que durante todo el año solo residen unos 30 vecinos. En verano multiplica su población, como muchos otros municipios, con quienes conservan la casa familiar en la localidad de la comarca del Campo de Daroca.

Este joven agricultor y ganadero forma parte de la generación de jóvenes que decidieron quedarse en el pueblo y seguir con la explotación familiar, de porcino y cereal. Cuenta que su decisión fue una combinación de "querer, poder y deber" porque fue vocacional, tenía la granja y cultivos de su familia y todos los antepasados que recuerda trabajaron la tierra. La subida de precios del carburante, los cereales y otros productos han sembrado la preocupación en el sector.

"Preocupación"

Los costes para el porcino se han incrementado arrastrados por el precio de los piensos. "El 80% del coste de engorde del cerdo es el del pienso, que se hace con cereales y si están muy altos, el pienso está muy alto", explica. Ahora considera que el precio se encuentra "inflado". En el sector porcino hay integradoras, grandes empresas que asumen los principales costes, y ganaderos particulares. En su caso, está integrado, por lo que no sufrido todavía el impacto de la subida, pero la "preocupación" está ahí porque tarde o temprano teme que afrontarán la diferencia de gasto para alimentar a los animales.

"Solo asumimos el coste de la instalación de la explotación, la granja es nuestra y el trabajo. Se nos paga por cada cerdo que engordamos. Somos un eslabón en una cadena", señala. En estos casos, la integradora es dueña del animal, paga el pienso, los gastos de veterinario, etc. Confiesa que en el sector "se ha estado vendiendo el cerdo a pérdidas", porque los costes superaban al precio que se paga en la lonja. "Hay explotaciones familiares que están perdiendo mucho dinero", afirma. La tendencia del precio del porcino es al alza, tras varias semanas subiendo, pero no sabe si esta subida va a ser suficiente para equipararse a los gastos.

El alza del carburante la venían notando desde antes de la invasión rusa de Ucrania, pero el conflicto ha agudizado el incremento del cereal. "Ucrania es el granero de Europa", recuerda Quílez. En el caso de la ganadería, el encarecimiento de los cereales ha impulsado el de los piensos y aumentado sus costes, señala el también corresponsable del sector del Porcino de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA).

"No puede ser que cada día que salimos a labrar nos cueste 800 euros porque no sabemos si lo vamos a poder recuperar"

Califica de "brutal" el encarecimiento del combustible, en su caso el gasóleo agrícola. Pone como ejemplo que hasta hace tres semanas en la cooperativa lo pagaban a 0,83 euros por litro y ahora ha pasado a 1,3 euros. Esto hace que ahora, en época de barbecho para preparar la tierra, que puede suponerle un gasto de 500 litros de combustible "te hace plantearte labrar o esperar", confiesa. "No puede ser que cada día que salimos a labrar nos cueste 800 euros, porque no sabemos si lo vamos a poder recuperar". Por ello, cree que una rebaja de impuestos que hiciera bajar de precio "se notaría una barbaridad". 

Ante las perspectivas, Quílez señala que "el problema es que vamos a cultivar las tierras con los costes de producción de ahora, pero no sabemos cuál será el precio al que irá el producto cuando vendamos", explica. De ahí la incertidumbre sobre la rentabilidad de las inversiones que hacen.

La incertidumbre es mayor cuando se trata de cultivos de secano porque "depende de si llueve o no y en el precio intervienen muchos factores", señala. Entre ellos, cómo haya ido la producción de otros mercados como Alemania, Canadá o incluso Sudamérica porque España es importador de cereales. No ha conocido nunca unos precios así.  

Pese a los obstáculos, está convencido de su vocación. Para él, el campo "es una forma de vida, más que una profesión". El sector arrastra desde hace años la falta de relevo generacional, a la que no ayuda la crisis. Reconoce que solo pueden elegir esta actividad quienes como él vienen de familia de agricultores y ganaderos. El acceso a la tierra y las inversiones necesarias hacen que "empezar de cero es inviable", señala.

Gasto extraordinario en pienso

Ganado ovino en Argente.
Ganado ovino en Argente.
HA

Paco Ramo, de 36 años, es también agricultor y ganadero, incorporado en 2005, de Argente (Teruel). Desde hace tres años cría porcino, pero en su familia ha habido siempre ovino y cereal. Los cerdos están integrados, pero en las ovejas todos los costes los paga de su bolsillo. Con su hermano suman dos explotaciones con 1.500 cabezas de porcino y 1.100 de ovino, además de 120 hectáreas sembradas de un total de 200, de cebada y trigo.

La escalada de precios ha hecho que "de una semana a otra el pienso subió 60 euros tonelada", que califica de "pura especulación". Reconoce que él mismo hizo algo de acopio y ahora tiene alimento para sus corderos "hasta mayo" porque volvió a comprar después de estallar la guerra en Ucrania por si acaso. "No me quise arriesgar", confiesa. La tonelada de pienso se paga a 480 euros y un cordero de 25 kilos come 35 o 40 kilos de pienso, cuenta.

"El año pasado con dos kilos de cebada comprabas uno de abono y este año te hacen falta cuatro kilos", pone como ejemplo del aumento de los costes en el campo. Destaca que los fertilizantes se han ido a precios que duplican los del año pasado.

Ramo no es optimista en sus previsiones, porque cree que lo peor aún "está por llegar", con más subidas de precios, pero no considera que se llegue a tener que matar animales ni haya desabastecimiento de pienso. "Un ganadero de siempre guarda cuando hay mucho para cuando no hay", afirma. Recuerda que muchos años tienen que afrontar malas épocas, por ejemplo, por la sequía. Por ello, de darse casos extremos cree que se deberá a que eran negocios que ya estaban "al límite".

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