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Víctor Yus, agricultor: "Hay muchas explotaciones abocadas al cierre"

Víctor Yus, agricultor de Muniesa (Teruel), alerta de la "imparable" subida de costes que soporta el sector desde el pasado verano.

Casa Yus
Víctor Yus
Laura Uranga

Los precios de los fertilizantes, las semillas y el gasóleo han experimentado incrementos inasumibles para muchos agricultores. Víctor Yus, agricultor del municipio turolense de Muniesa, de 47 años, nunca había visto unos incrementos tan altos, que considera pueden poner en aprietos a muchas explotaciones agrarias. Cuenta con 100 hectáreas de cereal, que para cultivarlas el gasto de gasóleo se ha disparado de 8.800 a 13.400 euros en un año. "No hay economía familiar que lo aguante. Desde agosto los precios empezaron a subir imparables", denuncia, mostrando su apoyo a las protestas del sector del transporte, que piden la rebaja del precio del combustible. 

Considera "incomprensible" la evolución del precio del carburante. No entiende que en marzo de 2021, con el barril de petróleo Brent a 124 dólares los precios fueran más baratos que este cuando ha estado a 114. "Nos cuesta un 50% más el litro", calcula. "La gente que trabajamos en el campo no lo llegamos a comprender. Nos quieren vender que la culpa es de Rusia, pero no es verdad. Hay otros intereses", denuncia. La presión sobre los precios de la invasión rusa de Ucrania, aumentando el alza del gas,  "simplemente ha sido la gota que ha colmado el vaso", cree.

Con el incremento actual les resulta imposible hacer previsiones. "Nosotros pagamos con lo que hemos cobrado en junio y julio del año pasado", explica sobre los ingresos de la explotación, en la que trabaja junto a su mujer, Eva Nieto. El nitrato costaba 300 euros el año pasado y este se ha pagado a 580 euros la tonelada, pone como ejemplo de subida. Los fertilizantes han pasado de 30 a 56 euros el kilo. "Es imposible para una economía proveerla de suficiente liquidez para hacer frente a estos gastos", lamenta el productor conocido por su marca de judías blancas Casa Yus. El problema es que "no sabemos si lo vamos a recuperar en el mes de junio", dice, por lo que augura que "hay muchas explotaciones que estará abocadas al cierre o este año a pasar como puedan".

"Los pueblos se mueren, la gente joven no se quiere dedicar a esto y es normal"

Difícil relevo

En su caso, es un agricultor y ganadero "vocacional", asegura. Tiene también una granja de porcino. "A los 16 años estaba estudiando BUP en Zaragoza y decidí dedicarme al a agricultura", recuerda. Su familia tenía una explotación, pero no le habían insistido para que siguiera la tradición familiar. A pesar de ello, confiesa que "si fuera ahora no me incorporaría". La situación actual considera que es "muy dura" porque "no puedes estar trabajando 360 días al año sin saber si vas a cobrar lo que has invertido más alguna ganancia, solo lo que has invertido o ni eso", afirma.

"En la mayoría de los casos, la gente no sigue. Los padres quieren lo mejor para los hijos y si han pasado peores épocas, no quieren que sigan", reconoce. Además, la dificultad para el acceso a la tierra y la elevada inversión que es necesaria para quien empieza de cero hacen que "una persona joven, sin ser de agricultura familiar, no hay incorporación que se sostenga". Por todo ello, lamenta que "los pueblos se mueren, la gente joven no se quiere dedicar a esto y es normal".

Por todo ello, entiende las protestas de los transportistas, que apoya porque "compartimos el mismo problema", dice. Unos costes que no hacen rentable su actividad. Las organizaciones agrarias se sumaron a la manifestación en Madrid del pasado domingo. Recuerda que el 10 de marzo se cumplieron dos años de la 'tractorada' que recorrió el centro de Zaragoza, pero cuyas reivindicaciones quedaron apagadas por el estallido cuatro días después de la pandemia de covid.

"Pedimos poder dar de comer a nuestras familias con nuestro trabajo. Vivir de nuestro trabajo"

Entonces reclamaron también una reforma de la Política Agraria Común (PAC) porque veían que "no se ponía remedio desde Bruselas". Yus tampoco culpa de todo a la Unión Europea (UE) porque dice que la PAC "deja la libre aplicación a cada estado hasta ciertos límites". Agarrándose a ellos pide que con los fondos que llegan "se trata de repartirlos bien, no de quitar a unos para darles a otros". Pide que se recupere la propuesta que hizo el Gobierno de Aragón. Y critica que con medidas como la Ley de bienestar animal "desde la ciudad nos quieren decir cómo vivir en los pueblos". Asegura que la legislación actual ya es una de las más restrictivas.

"Pedimos poder dar de comer a nuestras familias con nuestro trabajo. Vivir de nuestro trabajo", recalca. Es consciente de que "puede que suene a populismo", pero pide que se ponga "coto" a las grandes empresas porque "no pueden dejarlo al 100% al libre mercado porque al final los más perjudicados serán los consumidores finales·. Un ejemplo son las diferencias de precios del agricultor al comprador final. Augura más protestas. "O cambian o en el sector primario, si estamos unidos, va a haber muchas más movilizaciones".

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