economía

Teletrabajo o vuelta a la oficina: tres días en la empresa y dos en casa, pruebas de covid semanales y gastos de luz

Algunas compañías combinan actividad presencial y a distancia para ahorrar costes o porque no pueden cumplir con las medidas para prevenir contagios. La subida de la luz urge acordar compensaciones.

Una de las oficinas de Regus en Torre Aragonia, Zaragoza.
Una de las oficinas de Regus en Torre Aragonia, Zaragoza.
Heraldo.es

El mes de septiembre es el de la vuelta al cole y a la rutina. Algunas de las empresas que se volcaron en el teletrabajo a raíz de la pandemia de covid-19 han ido aumentando la presencia en sus oficinas, aunque otras han mantenido a su plantilla en remoto o, al menos, algunos días a la semana. Gigantes tecnológicos como Facebook han retrasado el regreso hasta el año que viene por la variante delta.

En Aragón, sectores como el telemarketing siguen teletrabajando por la falta de espacio para cumplir las medidas sanitarias vigentes un año y medio después del estallido de la crisis sanitaria. Aún es necesario mantener la distancia de seguridad, utilizar mascarilla en interiores y los expertos piden no bajar la guardia pese a la vacunación.

Tres días a la empresa y dos en casa

"Consideramos que septiembre va a ser un mes en el que la mayoría de empresas volverá a la presencialidad con un modelo mixto, parte de teletrabajo", apunta Miguel Ángel Gómez Rando, delegado de la consultora inmobiliaria CBRE en Zaragoza. Una encuesta de la firma hecha antes del verano apuntaba que el 60% de las empresas esperaba volver en septiembre en presencialidad y el 80% de los trabajadores estaban esperando volver, al menos tres días a la oficina. Esta última es una de los fórmulas más utilizadas en modelos híbridos: se acude tres días a la oficina y otros dos, en ocasiones los más cercanos al fin de semana como lunes y viernes, se reservan para el teletrabajo.

El mercado de oficinas ha sido uno de los perjudicados por el trabajo desde casa, pero en Zaragoza se habría mantenido una "demanda muy por encima del año pasado en oficinas porque en 2020 el segundo y tercer trimestre sufrieron mucho y este ha sido casi como dos del año pasado", afirma. 

"Estamos notando una vuelta significativa", coincide Philippe Jiménez, country manager de IWG en España, que en Zaragoza alquila oficinas bajo la marca Regus. En la capital aragonesa el auge del trabajo a distancia ha sido menor que en grandes ciudades. "En muchas capitales de provincia como Zaragoza no hemos sufrido tanto el golpe del covid porque la densidad no es tan importante como en metrópolis como Madrid y Barcelona. Tampoco las distancias, mucho menores. Muchos han seguido yendo a la oficina porque pensaban que era un espacio seguro", afirma desde la compañía especializada en el alquiler de espacios flexibles "desde 5 a 1.000 metros cuadrados", pone como ejemplo.

"Hay cierto hartazgo porque en casa falta espacio para trabajar, tecnología, los horarios son largos, falta socialización y suben los costes por la energía"

Jiménez considera que la pandemia ha hecho avanzar "diez años" el teletrabajo. "Los directivos eran reacios a perder de vista a su plantilla, pero el covid nos mandó a casa y hemos aprendido", explica. "Ha sido una experiencia positiva para las empresas, que no han perdido productividad", valora. Pese a ello, hay muchos trabajadores que tras meses de trabajo en solitario sintieron la necesidad de volver. "A medida que pasa el tiempo hay cierto hartazgo porque en casa falta espacio para trabajar, tecnología, los horarios son largos, falta socialización y suben los costes por la energía", considera.

Compensación por los gastos

A ello añade la "sensación de soledad y de apartarse de la toma de decisiones de las empresas y del sentimiento de pertenencia a un grupo". La ley del teletrabajo aprobada este año para quienes hagan fuera de la oficina al menos el 30% de la jornada, trata de paliar algunas de estas carencias, pero las mejoras que ha introducido solo se van aplicando a medida que se negocian los convenios. Y en algunos casos no se consigue llegar a un acuerdo entre la empresa y los representantes de los trabajadores.

Uno de los sectores en el que se empiezan a acordar compensaciones por los gastos de luz o internet es el del telemarketing. "El sector del 'contact center' sigue teletrabajando. No se podría volver porque no hay espacio para mantener las distancias", afirma Mamen Murua, delegada de UGT Aragón y trabajadora del sector. La imagen de toda una planta de un edificio de oficinas abarrotada de teleoperadoras todavía no se ha generalizado. En algunas empresas, no todas, se ha logrado el pago diario o mensual de los gastos en el hogar, algo que preocupa ahora más que nunca con la escalada de precios de la electricidad que la mantiene en máximos históricos. El precio está el triple de caro que hace un año en el mercado mayorista. 

Después de casi año y medio en esta situación, Murua también reconoce que "hay gente que ya necesitaba salir de casa y hay quien no quiere volver". En cualquier caso, matiza que teletrabajar "no puede considerarse una medida de conciliación", como han planteado algunas empresas para incluirla en la negociación de los planes de igualdad. En este grupo se encontrarían otras como los horarios flexibles.

Distancia, mascarilla y ventilación

Lo que sí sigue siendo el teletrabajo es una medida para evitar la propagación del virus. "Es una herramienta fundamental para reducir contagios" afirma Carlos López Serrano, miembro de la comisión de seguridad y salud del Colegio de Ingenieros Industriales de Aragón y La Rioja. El experto advierte ante el aumento de la presencialidad que "sanitariamente está aliviado el problema pero hay un riesgo epidemiológico grave que requiere mantener medidas y reducir el contagio", apunta sobre la evolución del coronavirus.

"Sanitariamente está aliviado el problema, pero hay un riesgo epidemiológico grave que requiere mantener medidas y reducir el contagio"

El ingeniero considera que la principal amenaza ahora son las nuevas variantes, con la delta que ya es mayoritaria, y nuevas como la llamada mu, que pueden aumentar la mortalidad que se ha conseguido reducir con la vacunación. "Si seguimos con el virus proliferando y sigue habiendo variantes pueden aparecer mutaciones nuevas con escape al virus y con letalidades mayores", advierte. La vacunación "aporta mucho", pero el experto reconoce que "las vacunas actuales no son perfectas. Ayudan bastante pero no solucionan el problema".

Test de antígenos cada semana

Plantea como "herramienta clave" para contener los contagios comunitarios en las empresas que estas hagan test de antígenos semanales a toda la plantilla. "Frenaría los contagios que pasan ocultos porque hay muchos asintomáticos", advierte. Además, insiste en la necesidad de ventilar los espacios y utilizar medidores de CO2 para controlar que no superen las 700 partes por millón (ppm). En interiores sigue siendo obligatorio el uso de mascarilla y en la calle, "en todos los sitios en que no puedas mantener el 1,5 metro de distancia". En ascensores aconseja "ventilar antes y subir solo los del mismo grupo de convivencia". En los autobuses deben ir todas las ventanillas abiertas y llevar mascarilla. Apunta como sitios de riesgo las zonas comunes para comer o los aseos si no tienen buena aspiración.

No cree que sea ya tan necesario tomar la temperatura antes de entrar al trabajo porque si antes el número de asintomáticos ya era elevado, "ahora hay más posibilidades de que lo sean", asegura.

Desde el sector de alquiler de oficinas son conscientes de que el teletrabajo se ha hecho un hueco en el día a día y "no hay vuelta atrás". Jiménez asegura que en muchos casos, "cuando uno ha probado los beneficios del trabajo flexible, no vuelve". Y destaca las  bondades de este modelo para la personas, con el ahorro en desplazamientos; para la propia empresa por la reducción de costes y la repercusión de los dos efectos anteriores en el medio ambiente. Advierte a las empresas que si rechazan modelos híbridos que incluyan trabajo a distancia "corren un riesgo importante porque los costes van a ser mayores, no tendrán acceso al talento, que quiere flexibilidad y para traerlo y retenerlo tendrán que ofrecer algo más que un cheque a final de mes". Algo que ya no solo ocurriría con los jóvenes de la generación 'millennial' sino con los veteranos que hayan descubierto las ventajas de este nuevo modelo. Las consultoras cuentan con que "el espacio se va a reducir". 

CBRE cree que las empresas van hacia "modelos con alquileres más flexibles por si contratan o reducen plantilla para ir ampliando o reduciendo espacio". En cualquier caso, en Zaragoza esperan volver este año a cifras prepandemia.

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