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Los emprendedores se reinventan: "Me niego a pensar que esto nos puede destruir. Un virus no puede acabar con nosotros"

Los hábitos de consumo han cambiado en estos meses. Mientras para unos puede ser el fin de las tiendas de proximidad, otros defienden que el confinamiento las ha puesto en valor.

María Jesús Blanco, en su tienda 'gourmet' Lasca Negra de Zaragoza.
María Jesús Blanco, en su tienda 'gourmet' Lasca Negra de Zaragoza.
Laura Uranga

El espíritu emprendedor se ha puesto a prueba en estos casi dos meses de estado de alarma por la crisis sanitaria de la covid-19. Una situación excepcional que no se contemplaba en ningún plan de negocio y que ha obligado a adaptarse a las nuevas formas de relación con el cliente en las que el teléfono, el correo electrónico y las redes sociales han sido esenciales para relacionarse con los clientes. 

El parón no ha hecho flaquear a emprendedoras como María Jesús Blanco. Confiesa que ha pasado por distintas fases en este tiempo. Ha ido de la frustración inicial al enfado y después a la comprensión de la situación, hasta llegar al optimismo que muestra ahora al hablar del futuro. "Nadie nos prepara para esto. Al principio te bloqueas, es tan inesperado y tan repentino. Te sientes perdida. Hasta que reaccionas te cuesta un poco", confiesa. Pero se mantiene firme."Me niego a pensar que esto nos puede destruir. Un virus no puede acabar con nosotros", afirma desde su tienda de productos relacionados con la trufa que abrió hace poco más de un año tras quedarse en paro. 

"Somos unos enamorados de la trufa, siempre nos ha gustado y vimos que en Zaragoza no había ninguna tienda especializada en trufa. Ahí empezamos al aventura". Eso fue a finales de 2017. En el establecimiento, que no ha cerrado este tiempo por ser de alimentación, hay productos de pequeños productores locales. Dentro tienen una sala para 28 personas de catas y degustaciones, donde también ofrecían talleres de cocina, que tuvieron que clausurar con la declaración del estado de alarma y sobre la que no tienen claro ni cuándo ni cómo podrán abrir. Allí es donde empezaron a notar a principios de marzo que la gente tenía miedo a acudir, porque hubo clientes que cancelaron su cita en los talleres.

Después vino lo peor. La temporada de trufa, que se desarrolla de noviembre a finales de marzo "se cortó radicalmente", recuerda. Habían empezado este año con un aumento de ventas del 32%, pero con el estado de alarma "bajó un 60%", confiesa.

Venta por internet y entrega a domicilio

Entre los primeros cambios estuvo el de reducir el horario a las horas más habituales de compra y abrir solo por la mañana, tras comprobar que "la primera semana (del estado de alarma) no había nadie en la calle". 

El confinamiento de la población le ha obligado a potenciar otras vías para relacionarse con los clientes. "Empezaron a aumentar las ventas 'online' que antes eran mínimas y antes no repartía a domicilio y ahora sí", apunta. Tiene una empleada pero no ha pedido un expediente de suspensión (ERTE), a la que agradece su esfuerzo para adaptarse a las nuevas circunstancias. Al principio no podía hacerlo por estar entre los servicios esenciales y ahora aguanta viendo que se anima ligeramente el consumo en abril. 

"Me gustaría pensar que hemos aprendido a comprar en el pequeño comercio y valoramos más el producto de cercanía"

Pese al cambio de hábitos, cree que todo volverá a la normalidad. "A la gente le gusta ver el producto y lo que compra. Creo que esto es momentáneo. La gente volverá a los comercios cuando esto pase". En algunos casos, el confinamiento y la restricción de desplazamientos ha puesto en valor a las tiendas del entorno. "Me gustaría pensar que hemos aprendido a comprar en el pequeño comercio y valoramos más el producto de cercanía"

Mientras espera la vuelta a la normalidad no se atreve a hacer previsiones. "Yo me conformo con estar como estaba antes de empezar todo esto". Pero es consciente de que todo dependerá de la profundidad de la crisis económica que se empieza a sentir tras la sanitaria. Los últimos datos de autónomos en la comunidad arrojan una pérdida de  1.223 autónomos en abril, situándose el número por debajo de los 100.000, según UPTA. Unos 27.200 que han tenido que cerrar durante el estado de alarma han conseguido hasta ahora el reconocimiento de la prestación por cese de actividad aprobada por el Gobierno central.

Lasca Negra es uno de los proyectos que recibió en su día formación y asesoramiento del Sacme, el servicio de apoyo a microemprendedores de CEOE Aragón. Su director, Javier Val, reconoce que la situación actual cambia la perspectiva para los negocios. "El problema es la incertidumbre", plantea. En sus jornadas de formación preparan a los emprendedores para afrontar distintos escenarios, pero reconoce que ninguno en el que venga una pandemia. 

Ahora plantean a quienes estén al frente de un negocio que hagan "una revisión de lo que era el plan de negocio, los objetivos e indicadores" para que "reordenen" todo. Lo que no quiere decir que den un giro radical, pero que, por ejemplo, se planteen logros a más largo plazo. Y que eviten endeudarse demasiado. "No tienen que olvidar que tienen que devolver ese crédito en los próximos años".

A ello une tratar a cada cliente "como si fuera de oro". Para ello hay que conocerlo bien y puede ser el momento para "revisar la base de datos de clientes" y ver qué necesidades pueden tener y cómo contactar con ellos "sin acosarlos". Hay que tener en cuenta que los clientes "por impulso" han desparecido.

Val pide flexibilidad desde la Administración con los trámites hasta los emprendedores con la necesidad de retocar su idea inicial. Actualmente, el Sacme trabaja con el instituto de empleo del Ayuntamiento de Zaragoza (Imefez) para facilitar la incorporación del personal que asiste a sus cursos de formación. "No se puede permitir que el talento que tiene la gente se quede detrás de la persiana cerrada o en el fila del desempleo".

El cambio de hábitos "no es pasajero, ha venido para quedarse"

Desde otras instituciones que resuelven estos días dudas de los pequeños negocios se considera que el cambio de hábitos "no es pasajero, ha venido para quedarse", asegura Natalia Gracia, jefa de servicio de Comercio y Turismo de la Cámara de Comercio de Zaragoza. "La gente que estaba digitalizada no están sufriendo tanto", reconoce y lo marca como una asignatura pendiente para los demás.

Pese a ello, al igual que antes de esta crisis afirma que "no todo el mundo puede vender por internet, tienes que posicionarte, que vean que existes". Si no se puede abrir una tienda por internet, "que es como tener otra tienda", asegura, el comercio tiene que estar en el escapare virtual que dan las redes sociales. "Ahora va a ser más fácil que te vean en redes que por la calle", plantea.

Mantener viva la llama en Instagram

CORONAVIRUS. HERALDO .ES. Tienda El armario de Can Can. Reportaje emprendedores/ 07-05-2020 / foto: GUILLERMO MESTRE [[[FOTOGRAFOS]]]
María Cristóbal y Rosa Blasco, de Can Can, tienda de moda femenina en el centro de Zaragoza.
Guillermo Mestre

Las redes sociales se han convertido en el escaparate durante el estado de alarma de María Cristóbal y Rosa Blasco, dos emprendedoras que habían abierto en 2019 una tienda de moda femenina en el centro de Zaragoza. Ambas proceden del sector comercial y se decidieron a emprender por su cuenta. De lo que no se arrepienten pese a la complicada situación. Estos días han estado preparando la tienda para colgar la colección de primavera que se quedó en el almacén en marzo y recibir a las primeras clientas.

No estaban preparadas para vender por internet, pero cuidaban las redes sociales desde el principio. "Nos hemos movido mucho en las redes sociales", explican. Reconocen que los primeros días fue un "shock", durante la segunda mitad de marzo cuando veían "que la situación se iba complicando", pero siguen adelante. Aun en casa "no hemos parado", aseguran, en su trabajo de "movilizar" clientas para la desescalada. 

Ganadores y perdedores con el confinamiento

El marketing digital está siendo necesario para dejarse ver en internet. Para los negocios "es fundamental, posicionarte y que te vean. Reactivar la actividad que no requiera la presencia física", apunta Natalia Gracia desde la Cámara de Comercio.

En esta semana, las agencias de publicidad por internet han sufrido por un lado la desaparición de los anunciantes, pero por otro se han multiplicado las consultas para vender en internet. Algo que no se puede improvisar. "Nos han llegado muchas solicitudes de empresas, pero hacer una tienda 'online' bien hecha como mínimo requiere un mes y hemos llegado a soluciones rápidas de vender a través de otras plataformas de tiendas para en una semana estar vendiendo", señala Alberto López, CEO  de la agencia zaragozana Wanatop. El dinero ha sido otra barrera. "Para las que viven al día, el coste inicial es lo último que se les pasa por la cabeza".

"Alguno se va a ver obligado a hacer un segundo emprendimiento, a reinventar su empresa"

De ahí que, con el confinamiento considera que ha habido "ganadores y perdedores". Negocios que no han podido desarrollar su actividad ni en internet, por sus características, y otros que "no dan abasto" como empresas de catering a domicilio, para llevar la compra a casa o de productos ecológicos. Casos en los que se han juntado dos factores que ya estaban digitalizados y que sus productos están entre los de alta demanda estas semanas, como la alimentación.

"La experiencia cliente volverá, pero es una época de transición hasta que encontremos una solución a lo que ha generado esta crisis, que es una enfermedad", señala Natalia Gracia. Habrá que ver la reacción de los clientes en la desescalada. Si se pierde el miedo a entrar en las tiendas. Un periodo que está requiriendo un esfuerzo duro por parte de los autónomos. Muchos se tendrán que "reinventar". 

En ello coincide Val. "Alguno se va a ver obligado a hacer un segundo emprendimiento, a reinventar su empresa", señala. "Tres meses sin entrar nada en la caja nos ha roto todo. No podemos ir al banco con las manos en los bolsillos, pero sí con un nuevo plan", señala, pero no quiere hablar todavía de posibles cierres en el sector. Prefiere mantener el optimismo para afrontar la situación. "No es lo mismo la crisis y el pánico. El pánico nos paraliza y la crisis nos agudiza el ingenio", diferencia.

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