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Prendas en cuarentena, solo lo necesario y un comercio cada vez más digital

Los comerciantes valoran de forma positiva las citas previas, tanto por su seguridad como por la de los clientes.

Rafa Gracia, de la Lencería Emi, muestra una prenda en cuarentena.

En algunos comercios de Zaragoza lo de 'bienvenido' comparte el cristal de la puerta con 'cerrado por crisis sanitaria'. Sin embargo, otros ya han colgado el papel de 'cita previa'. Este gesto ha sido vivido por los comerciantes "como un alivio". Respiran tras los 48 días "angustiosos" con la persiana abajo y también después de los primeros días de adaptación a la desescalada. Cogen aire, aunque todavía con la mascarilla, con las pantallas sujetas a la cabeza y detrás de la mampara. Compras de más necesidad o más pagos con tarjeta que antes son las principales novedades que han percibido al otro lado del mostrador desde que abrieran este lunes, algunas con horarios flexibles para amoldarse a las franjas de salida establecidas.

A la entrada de los que todavía no han abierto se acumulan las cartas y los maniquís de los escaparates visten abrigos largos. No como en Emi, una emblemática lencería de la calle de Conde de Aranda, donde los bañadores le ganan cada vez más metros de muestrario a las batas de invierno. "Estamos trabajando con cita previa, pero con el tiempo nos estamos planteando compaginar ambos métodos de venta", explican Pilar Ballespín y Rafa Gracia. Son conscientes de que todo dependerá de las nuevas normas de las fases del plan: "Estamos pendientes del BOE continuamente. El domingo se publicó por la noche y estuvimos al tanto para compartir en nuestra web el protocolo que diseñamos y el lunes ya estábamos abriendo”.

Rafa Gracia junto a su madre Pilar Ballespín, en la Lencería Emi de la calle de Conde de Aranda.
Rafa Gracia junto a su madre Pilar Ballespín, en la Lencería Emi de la calle de Conde de Aranda.
Laura Uranga
"Estamos pendientes del BOE continuamente"

La vuelta ha sido un tanto atípica. Con el cerrojo echado esperan a su siguiente cita, mayoritariamente clientes del barrio que han concertado su cita por teléfono. Recomiendan que solo vaya una persona y las prendas que se prueban se ponen en cuarentena durante 48 horas, una vez desinfectadas con ozono y vapor regresarán a la percha. Están esperando más sistemas de desinfección y también idean un cambio de distribución de los muebles con el objetivo de crear más espacios diáfanos. En el plano digital han seguido trabajando, lo que más han vendido han sido sujetadores operatorios o de lactancia. "También hemos tenido un ligero repunte de pijamas y se han vendido menos bragas con relleno, por ejemplo", añaden. A sus empleadas les hicieron un ERTE y aseguran que todavía no lo han cobrado.

Luis Tolosana atiende a un cliente en Pekenova, en la calle de Alfonso I.
Luis Tolosana atiende a un cliente en Pekenova, en la calle de Alfonso I.
Laura Uranga
"Las mamás que dan a luz en los meses de julio y agosto tienen que hacer ya las compras"

Pekenova, una tienda especializada en bebés, es el único local abierto en la calle de Alfonso I a una hora comercial, junto con los de frutos secos y estancos. En la agenda de cita previas de Luis Tolosana no hay ni un hueco esta semana. "Las mamás que les toca dar a luz en los meses de julio y agosto tienen que hacer ya las compras, por lo cual muchas estaban deseando que estuviéramos con la tienda abierta, aunque muchas nos han ido pidiendo información durante este mes a través de 'email' o de las redes sociales. En unos casos hemos realizado la venta porque no querían esperar y otras familias querían ver físicamente el producto", cuenta Tolosana, que lo ve como una oportunidad para captar nuevos clientes.

"Va a haber un cambio de mentalidad en España. Era muy habitual entrar a una tienda y dejar que la gente tocara todos los productos. Incluso, rozaba la mala educación", considera Luis, tanto por miedo a que las personas se infecten como por poder contagiarse uno mismo. Este comerciante asegura "no tener horario ahora", está a expensas del cliente.

Calzados Primor, emblemática zapatería de la avenida de César Augusto, ha mantenido su venta a través de internet.
Calzados Primor, emblemática zapatería de la avenida de César Augusto, ha mantenido su venta a través de internet.
Laura Uranga
"La gente está muy contenta de vernos abiertos"

Como un niño con zapatos nuevos comenzaron esta semana en Primor, una tienda de calzado junto a la parada del tranvía de César Augusto. "La gente está muy contenta de vernos abiertos", confiesa su dependienta Elena García. Un par de minutos en la puerta lo demuestra. "¿Ya estáis abiertos? Vendré a probarme que he visto alguna cosilla en vuestra web", decía una clienta habitual aprovechando el paseo del perro este martes. Primor ha mantenido la venta de calzado a través de internet, con un reparto entre 24 y 48 horas, y ahora ha cambiado su horario, de 11.00 a 19.00.

En el interior del local se han instalado métodos de desinfección, más allá de los usuales geles. "Se han puesto unas lámparas de luz ultravioleta que por las noches desinfectan la tienda, tanto por seguridad del personal como de los clientes los zapatos se desinfectan con un producto después de probárselos, siempre con bolsa de plástico", relata García. Desde el lunes lo que más se está vendiendo son zapatos para los más pequeños: "Claro, han sido tanto días que muchos niños han hecho el cambio de número". Las zapatillas de casa también están siendo un fuerte de la desescalada. Unos productos que se pagan más con tarjeta, por cierto, que también desinfectan en este comercio, así como el datáfono y el mostrador tras cada venta.

Raúl Alcaine, tras la mampara de su ferretería de la Gran Vía.
Raúl Alcaine, tras la mampara de su ferretería de la Gran Vía.
Laura Uranga

El segundo día de apertura llegó un pedido a la ferretería de Raúl Alcaine, Ferretería Español Ferrymas. "Entró el día 14 de marzo, pero hoy me ha llegado. No sé si esta semana nos llegará algo...", duda Alcaine. Se reponen tras la "increíble afluencia" del lunes por la mañana, primer día, cuando una larga fila aguardaba a las puertas de este comercio de la Gran Vía de la capital aragonesa. Trabajan también con cita previa. Este martes ya había dos empleados, lo que agilizó las ventas, ya que solo pueden atender a un cliente por dependiente. ¿La demanda de estos días? "Bombillas, pinturas, esmaltes, pinceles, brochas, paletinas, cinta de carrocero, filtros de grifo o cables de la ducha, entre otras cosas", detalla Raúl.

En El Halgar han notado un repunte de accesorios para cocinar repostería.
En El Halgar han notado un repunte de accesorios para cocinar repostería.
Laura Uranga
"La verdad es que la gente está muy mentalizada"

La elaboración de dulces ha sido uno de los entretenimientos del confinamiento, tal y como han dejado al descubierto las redes sociales. "Lo que más hemos vendido desde que volvimos son sartenes, cacerolas, vasos y todo tipo de accesorios de repostería", concreta Mari Carmen España, al frente de El Hangar, en la avenida de César Augusto, junto a su hija Andrea Abad. Equipadas con todo tipo de protección y esperando mamparas y cintas para señalar la distancia en el suelo acompañan a sus clientes por el local para asegurar que cumplen con las normas. "La verdad es que la gente está muy mentalizada", defienden.

Dos días han sido suficientes para demostrar que, en parte, han cambiado los hábitos de consumo. "Ahora solo se compra lo se necesita", apostillan madre e hija. Ambas señalan que los días de reclusión en casa han sido "agobiantes" por la incertidumbre: "Sobre todo nos preguntábamos cómo iba a ser la apertura". Primer paso, superado.

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