laboral

¿Cuánto sube el sueldo de las 10.900 empleadas de hogar de Aragón este mes?

Hay que aplicar el salario mínimo que aumenta a 950 euros al mes y 7,43 euros la hora, con efectos retroactivos desde el 1 de enero.

El sector de las empleadas de hogar todavía sigue siendo un foco de economía sumergida
El sector de empleadas de hogar sigue estando feminizado.
José Miguel Marco

Las personas que tienen contratada a una empleada de hogar empiezan a hacer cálculos estos días para aplicar la subida del salario mínimo que este año pasa de 900 a 950 euros al mes para los contratos a jornada completa. En Aragón estaban dadas de alta en el régimen de empleadas de hogar 10.895 personas en enero, en su mayoría mujeres. Entre el colectivo son más habituales los contratos por horas, cuyo coste mínimo pasa de 7,04 a 7,43 euros y el precio por día de 30 a 31,66 euros, según recoge el Boletín Oficial del Estado (BOE) del pasado 5 de febrero. En él se publica el Real Decreto 231/2020, de 4 de febrero, que fija el salario mínimo interprofesional para 2020.

"No solo hay que hacer un cambio de nómina y salario sino notificarlo a la Seguridad Social", explica Sara Bujeda, desde el Colegio de gestores administrativos de Aragón, sobre los pasos a dar este mes. La nómina de febrero se tiene que actualizar y también hay que "regularizar el mes de enero", porque la subida se aplica con efecto retroactivo desde el comienzo de año. "Es sancionable si no se regulariza", advierten los profesionales. 

Faltan las bases de cotización

Al salario hay que añadir dos pagas extras, que se suelen prorratear, y el total no puede ser inferior a 13.300 euros brutos al año. Y falta por conocer el importe de la cotización a la Seguridad Social porque todavía no se han publicado las bases mensuales actualizadas para este año.

"Hay personas que lo que hacen es rebajarles las horas en lugar de subirles el sueldo porque no pueden asumir el pago tan alto", reconocen los gestores. Estas situaciones se dieron el año pasado, cuando el incremento del salario mínimo fue mayor, del 22%, con el que se pasó de 735,90 euros a 900 euros al mes. Muchos de sus clientes que tienen contratada a una empleada de hogar son "pensionistas que cobran unos 1.000 euros al mes", y que buscan ayuda, en parte, porque los trámites hay que hacerlos por internet, explica Bujeda. Sin embargo, este año no han tenido todavía casos de este tipo. Cree que influye que la subida del salario mínimo "no ha sido tan radical" y que va aumentando la mentalización de quien contrata ya que "si necesita la ayuda ya se ha acostumbrado a que tiene que pagar un salario de este tipo".

Desde los sindicatos, lo que temen es que se den situaciones en las que se bajen las horas cotizadas, se sigan trabajando las mismas y se abone la diferencia 'bajo mano'. "Hemos detectado que, por un lado, algunas familias, con los sueldos tan bajos que hay actualmente, no pueden asumir pagar el mismo número de horas a una empleada de hogar, pero también alguna trabajadora ha denunciado que le han reducido el número de horas y sigue trabajando las mismas porque se las pagan en 'B'", afirma Pura Huerta, desde UGT Aragón.

534 empleadas de hogar menos en un año

En la comunidad aragonesa el número de empleadas dadas de alta en la Seguridad Social ha bajado en 534 en un año. Por provincias, en Zaragoza cotizan 8.757 trabajadoras en este régimen (346 menos); en Huesca, 1.387 (-133) y en Teruel, 750 (-55), según los datos de enero. En el último trimestre se hicieron en Aragón 1.474 contratos, de los que 1.424 fueron a mujeres y solo 50 a hombres. En el 63% de los casos han sido jornadas por horas. En la tendencia descendente del último año, desde UGT reconocen que "no sabemos si ha afectado la subida del salario mínimo, pero de alguna manera este colectivo se está reduciendo", mientras crece el empleo a nivel general.

El número también ha bajado en el conjunto del país. En España había 394.017 personas dadas de alta en el régimen de empleadas de hogar en enero, lo que supone 13.570 menos que en el mismo mes del año anterior. 

Para CC. OO. Aragón, la bajada de cotizantes en el régimen de las empleadas de hogar en el último año es "una oscilación normal". Al sindicato empiezan a ir ahora empleadas "a que revisemos si están bien los contratos y empleadores a saber cómo lo tienen que hacer bien", explica Natividad Cirés. La sindicalista cree que "las personas que estaban contratadas unas horas siguen estando contratadas las mismas horas y las internas lo siguen estando por necesidad" de las familias. Reconoce que siempre habrá "piratas" que no quieran cotizar pero en esos casos no considera que se deba al incremento del salario mínimo ya que en dichos casos, "por mucho que lo bajaras iban a intentar engañar siempre".

Despidos sin la indemnización legal, falta de abono de las horas o de pago por debajo del salario mínimo figuran entre los problemas más frecuentes de las empleadas de hogar que acuden a los sindicatos a pedir asesoramiento. "La mayoría son mujeres extranjeras", señalan desde CC. OO en relación al perfil de las empleadas. "Estas mujeres al final terminan cuidando niños, enfermos, limpian la casa, son chicas para todo", denuncian desde UGT.

Ambos sindicatos defienden que el colectivo "entre con todos los derechos en el régimen general de la Seguridad Social", siguiendo el objetivo de los primeros pasos que se dieron para mejorar sus condiciones laborales hace ocho años y que llevó a crear un régimen propio. Todavía no tienen reconocido el derecho al paro y "los inspectores de Trabajo no pueden entrar en las viviendas", denuncia Huerta. Entre las empleadas hay muchas mujeres migrantes que trabajan de internas, algunas sin contrato y otras que sufren "jornadas maratonianas" porque deben buscar trabajos en varias casas para sumar horas. Desde CC. OO. proponen que se incluyan en el régimen general a través de convenios colectivos que existen como el de limpieza edificios y locales o el de ayuda a domicilio.

"Lo peor es la humillación"

María (nombre ficticio) ha pasado los 50 años y lleva casi 15 en España donde explica que ha trabajado de forma legal desde el principio. Tras su llegada de Sudamérica encontró empleo en el sector de la limpieza de oficinas. "Luego me dediqué al cuidado de personas mayores porque podía ganar un poco más de dinero. Yo tenía hipotecada mi casa en mi país", explica. Siempre ha compaginado el trabajo de empleada doméstica en varias casas, en las que ha cuidado a mayores. Su experiencia ha sido buena porque en muchas de las familias con las que ha convivido "la gente ha valorado mi trabajo". En un mismo día llegaba a ir a cuatro casas. Hasta su último trabajo. La despidieron al año de estar cuidando a una persona mayor. Allí cobraba por debajo del salario mínimo ya que su suelo se quedaba en 400 euros al mes con jornadas de seis horas en las que su empleador "jugaba a cada rato con mi horario. Pero como no tenía nada hacía lo que me decía. Para mí no había días festivos. Trabajé el 25 de diciembre, el 6 de enero...", recuerda sobre su última experiencia. Lo que considera que es "lo más duro" es el trabajo de interna en una casa.

Pese a las irregularidades en su último puesto, "no quería problemas por eso no denuncié" y por eso mismo prefiere no aparecer con su verdadero nombre. "Si los problemas se pueden evitar, se evitan". Y reconoce que lo peor que ha llevado "fue la humillación" cuando la despidieron diciéndole que no hacía bien su trabajo y sin querer darle una carta de recomendación. Ahora busca empleo "de lo que me salga" y sigue confiando en encontrar de nuevo cuidando a mayores, pero con mejores condiciones laborales.

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