Jorge Pulido está satisfecho por lo hecho hasta ahora por la SD Huesca, pero se muestra reticente a la hora de soltar el freno de mano de cara a marcarse retos para la segunda parte del calendario. En la que era la segunda jornada de trabajo tras el parón navideño, al que los azulgranas llegaron undécimos a cuatro puntos del ‘play off’ y siete por encima del descenso, el capitán azulgrana aprovechó para hacer balance de lo que ya se lleva transitado y valorar lo que queda por delante. Respecto a lo primero, la calificación que le pone al equipo tras 21 jornadas es de “un seis o un siete”. Espera mejorar, pero para ello sabe que es necesario elevar las prestaciones a domicilio. “Es difícil saber lo que va a pasar, esperemos seguir fuertes en casa y darle una vuelta a los resultados de fuera”.

“La segunda vuelta es muy dura, es cuando se juega todo y esperemos que no se nos haga muy larga. Hay que trabajar duro y mantener la armonía entre el club, el equipo y la afición”, afirmó. El central considera que “más de media liga está pensando en el ‘play off’” y por eso es cauto. Como ejemplo, pone lo que le sucedió al Numancia en la 2019-20, un caso que Marc Mateu vivió de forma directa y del que ha hablado con él. “Descendió después de conseguir más de 30 puntos en la primera vuelta”, destacó. En concreto, los sorianos consiguieron 32 y acabaron antepenúltimos con cincuenta.

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Pulido se centra en el “partido a partido” y afirma que “no hemos tocado techo”. Espera un Huesca “intenso y defensivamente fiable”. Al respecto de las actuaciones como visitantes, ve brotes verdes en algunas de las últimas salidas. “En Éibar estuvimos bastante bien, nos penalizaron los últimos diez minutos con el penalti y el córner, y en Burgos también lo hicimos bien , pero de nuevo nos castigó el balón parado”, recapituló. “Somos los mismos jugadores fuera que en casa, no sé que nos pasa”, expuso. El Huesca ha sumado 21 puntos en El Alcoraz y siete a domicilio.

El parón navideño ha sido aprovechado para “descansar y disfrutar con la familia”, aunque el caso de Pulido ha sido especial. El lunes de la semana pasada pasó por el quirófano para solucionar la fractura en el tabique nasal que le hizo disputar los dos últimos encuentros con una máscara. “Aguanté como pude contra el Real Zaragoza y el Burgos, está yendo todo bien y espero estar en condiciones óptimas”, expuso mirando al recibimiento al Albacete del 9 de enero a las 21.00 con el que el Huesca retomará la liga. El choque quiere que sea el inicio de una buena racha. Un primer paso positivo con el que afrontar con optimismo los 21 encuentros que restan.