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La primera vuelta se le hace larga a la SD Huesca

Los últimos resultados y el estado físico de muchos jugadores evidencian que los azulgranas están llegando al parón navideño justos de fuerzas.

Carrillo persiguen el balón con el zaragocista Francho durante el partido del sábado en La Romareda.
Carrillo persiguen el balón con el zaragocista Francho durante el partido del sábado en La Romareda.
Guillermo Mestre

El 3-0 del sábado en La Romareda fue la confirmación. La SD Huesca está cerrando la primera vuelta alejada de su mejor momento, tanto en cuanto a resultados como a estado físico de la plantilla. Los azulgranas alcanzaron su cenit con las victorias en casa frente a Las Palmas y el Villarreal B y desde entonces ya no han podido repetir esa versión tan redonda salvo en momentos concretos de algunos de los seis encuentros posteriores. Entre aquellos dos triunfos se produjo el tropiezo en Ponferrada, el primero tras siete partidos, quizá un aviso, pero lo cierto es que después del 1-0 con el filial de los castellonenses los de Ziganda se situaron séptimos con el ‘play off’ a dos puntos y el descenso a nueve. Ahora, a falta de que el domingo en Burgos (19.00) lleguen al ecuador de la temporada, son 13º, mantienen la distancia con la zona roja, y la noble se ha alejado a cinco.

El montante total es de 27 puntos, más de la mitad de los 50 fijados como primer y gran objetivo para el curso, la cifra que tradicionalmente asegura la permanencia, por lo que el balance general no deja de ser positivo. Sin embargo, lo cierto es que de los últimos quince que han entrado en juego solo se han podido capturar cuatro.

El bache comenzó con la eliminación copera a manos del Juventud de Torremolinos, un Segunda RFEF, en la tanda de penaltis después de haber tenido que forzar la prórroga. A ese resultado le siguieron el 2-0 en Tenerife, el 0-0 con el Sporting en ElAlcoraz, el 2-1 en Éibar en el que la victoria se escapó en los últimos minutos, el balsámico 1-0 con el Andorra, y la estrepitosa derrota en el derbi con el Real Zaragoza.

Durante el mes transcurrido, el Huesca ha conseguido mantener su fortaleza en su estadio, donde lleva nueve actuaciones sin perder, pero ha agravado el contraste que existe respecto a los desplazamientos. A domicilio solo suma seis puntos, algo que le ha penalizado en un momento del curso en el que el calendario solo le ha concedido dos respiros ante su afición. A nivel estadístico llama la atención que un bloque que presume de su fiabilidad defensiva y que lleva once porterías a cero, en cada una de sus últimas cuatro salidas haya encajado al menos dos goles.

Esa debilidad, en un equipo con poca pólvora arriba y que sufre cuando tiene que llevar el peso del juego, ha sido todo un lastre. Aún no ha firmado ninguna remontada.

Tampoco han ayudado las bajas que ha habido que ir solventando en cada jornada. En el inicio de la campaña se repartieron muchos minutos y se tuvo especial paciencia con la puesta a punto de los últimos fichajes, pero el paso de las semanas ha ido haciendo mella justo, además, en un momento en el que Ziganda había encontrado una alineación titular tipo y las diferencias con los suplentes se hacía más notoria.

Aunque jugadores como Florian Miguel, Soko, Jorge Pulido, Juan Carlos y Villar habían ido siguiendo planes específicos, hasta el duelo con el Villarreal B las bajas por problemas musculares habían sido puntuales al margen de las continuas recaídas de Lombardo (las lesiones de Joaquín y Escriche fueron de otra índole, el primero quedó en el dique seco por una fractura en el quinto metatarsiano del pie izquierdo y el segundo, por un esguince de rodilla). Aquel día no estuvieron disponibles, Rubén Pulido, que ya se había perdido partidos con anterioridad, y Sielva, y además Carrillo y Valentín sufrieron unas roturas en el bíceps femoral.

Todos han acabado volviendo a las convocatorias. Sin embargo, la rápida sucesión de partidos no ayuda a que se recuperen al 100%. Sielva recayó, también Lombardo y a Carrillo y Rubén Pulido se les ha dosificado. San Román se perdió el viaje a Tenerife por un golpe en la rodilla, Mateu no ha estado presente en los dos últimos careos por una lesión en el soleo y Anglada ha pasado un proceso febril. Muchos otros arrastran molestias, lo que complicó el once ante el Andorra. El día de antes solo habían completado todo el entrenamiento 14 jugadores mientras que el domingo en la sesión posterior al derbi únicamente diez se pusieron a las órdenes de Ziganda sobre el césped.

A los problemas físicos se han añadido el de las sanciones. Juan Carlos se perdió el cruce con el Eibar por acumulación de tarjetas, algo que hasta entonces aún no había pasado, y en La Romareda se conformó con ver el partido desde el palco por haber sido expulsado ante el Andorra. Con los del Principado no estuvieron Valentín y Timor por haber cumplido ciclo de amarillas.

Juan Carlos, la principal arma ofensiva del Huesca, estará de vuelta en Burgos. A partir del martes, cuando el equipo regrese al trabajo tras guardar dos días descanso, habrá que ver si también lo puede estar Mateu y si no hay más contratiempos. Después del paso por el Plantío, ya no habrá que competir hasta el 9 de enero, día en el que llegará a El Alcoraz el Albacete.    

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