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Un técnico para un proyecto a largo plazo en la SD Huesca
Contar con un banquillo estable con el que crecer es uno de los anhelos que a los azulgranas se les viene resistiendo.
Después de que el Levante hiciese oficial este domingo la contratación de Mehdi Nafti, ex del Leganés, ya solo quedan cuatro banquillos libres en Segunda División a la espera de lo que suceda en la final por el ascenso entre el Tenerife y el Girona. Las vacantes se sitúan en la Ponferradina, el Lugo, el Oviedo y la SD Huesca, donde se trabaja para cerrar lo antes posible la búsqueda. Un final de temporada más, los azulgranas se han visto forzados a encontrar un nuevo entrenador y de nuevo han salido al mercado a la caza de un perfil determinado con el que en mayor o menor medida han encajado los diferentes candidatos por los que ha habido interés. El último conocido, Cuco Ziganda. Entre esas características, hay una que se ha convertido en todo un anhelo que año tras año se resiste a ser una realidad. Los oscenses quieren a un técnico capaz de echar raíces en El Alcoraz, alguien con el que armar un proyecto a medio y largo plazo.
A este respecto, Mendilibar resultaba paradigmático después de haber dirigido al Eibar dentro de seis campañas campañas consecutivas y a Osasuna y al Valladolid, en cuatro. También Luis García Plaza, con tres cursos en el Levante y otros tantos en el Getafe, era un buen ejemplo e igualmente Jon Pérez Bolo, al que se le relaciona con el Huesca, entre otros, y que se mantuvo tres ejercicios en el Arenas de Guecho y cuatro en la Ponferradina, y Ziganda, en cuyo currículo aparecen largas estancias en Osasuna, en el filial del Athletic y en el Oviedo, de donde se ha ido siendo el preparador más longevo de los carbayones en Segunda División con 98 jornadas.
Lejos de esas trayectorias, el cargo de entrenador en el Huesca ha estado marcado por la inestabilidad desde su llegada al fútbol profesional sirviendo más bien de trampolín en las últimas campañas. De entre los ‘ex’ más recientes, solo en el último curso Rubi ha logrado el ascenso con el Almería, Pacheta, con el Valladolid y Míchel se encuentra a un partido con el Girona. Además, Francisco ha conseguido la permanencia en Primera División con el Elche.
En las 14 temporadas transcurridas tras el primer salto a Segunda División, los oscenses han contado con 17 entrenadores. De ellos, solo Antonio Calderón, que volvería para 17 partidos en la 2012-13, ha aguantado dos temporadas completas, la 2008-09 y la 2009-10. Además de él solo otros tres repitieron de un curso a otro. Tevenet siguió tras el regreso a Segunda quince partidos hasta ser sustituido por Anquela, que en el ejercicio siguiente condujo al equipo hasta el ‘play off’ y después se fue al Oviedo, llamado precisamente por Martín González, el actual director deportivo del Huesca. Míchel se ganó el derecho a seguir con el segundo desembarco en Primera, pero una vez en la élite cedió el testigo en la 18ª jornada a Pacheta, al que, a pesar del descenso, se le ofreció renovar, algo que también se había hecho con Francisco en idéntica circunstancia; ambos rechazaron la proposición.
Temporadas con un solo entrenador ha habido siete, mientras que con dos se suman cinco, entre ellas la última, en la que arrancó Nacho Ambriz y siguió Xisco Muñoz. Con tres hubo dos seguidas, la 2012-13, que acabó con la caída a Segunda B con Calderón, Ángel Royo y D´Alessandro, y la siguiente en la que con Pablo Alfaro, David Amaral y David Navarro se prolongó la estancia en el fútbol de bronce. El podio de número de partidos dirigidos en este tiempo lo encabeza Antonio Calderón (106) por delante de Anquela (76) y Tevenet (65).
Ahora, el Huesca sabe lo que persigue. Para huir de presiones, ha dejado de lado la exigencia del ascenso como única meta. El límite salarial va a ser menor y se quiere ir con cautela. El próximo proyecto quiere que sea consistente y duradero, al igual que, a poder ser, el entrenador que acabe recalando más allá de lo que diga su contrato.
