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La SD Huesca pasa al ataque

El 4-0 frente al Mirandés puso de manifiesto la mayor presencia ofensiva que están consiguiendo los de Xisco durante la segunda vuelta del campeonato.

Mateu y Escriche, durante la goleada al Mirandés del domingo.
Mateu y Escriche, durante la goleada al Mirandés del domingo.
Verónica Lacasa

Xisco quería un equipo valiente, que fuese a por el partido desde el primer minuto y los jugadores le respondieron, especialmente en la media hora final. El 4-0 del domingo ante el Mirandés se puede considerar un marcador perfecto en muchos aspectos, desde lo futbolístico hasta lo anímico. Tras un duro mes de enero que había alejado la opción del ‘play off’ -ahora mismo a ocho puntos-, el Huesca se desató para ofrecerle a la afición una victoria con la que grita que está dispuesto a seguir peleando. Fue un triunfo en el que la tendencia que se venía apuntando desde el parón de Navidad, pero que casi no había dado frutos, se confirmó para reafirmar al técnico en su idea.

La victoria es la más amplia de la temporada y hay que remontarse a 2019, hasta la jornada 22 del debut en Primera, para encontrarse con otro 4-0. Entonces, también en El Alcoraz, la víctima fue el Valladolid y sirvió para recuperar la fe en una salvación por la que se peleó hasta la antepenúltima jornada.

Desde su llegada a finales de octubre en sustitución de Nacho Ambriz, Xisco ha hecho crecer al equipo desde atrás. Se centró primero en dotarlo de seguridad defensiva y así se dejó la portería a cero en cuatro de los nueve compromisos ligueros acometidos hasta el desenlace de la primera vuelta. El problema en aquellos encuentros era la falta de mordiente, prácticamente no se llegaba a la puerta contraria. Los azulgranas solo dispararon más de diez veces en tres ocasiones, en la derrota con el Leganés (11 veces), en el triunfo por 0-1 con el Mirandés (13) y en el 0-0 con el Ibiza (16).

En los cinco careos acometidos en 2022, en cambio, no se ha bajado de doce, cantidad registrada precisamente en la goleada del domingo. A Xisco le dolió más las tablas sin goles con el Alcorcón con las que se echó el cierre a 2021 que las derrotas posteriores con el Girona, la Ponferradina y el Eibar.

Del duelo con los alfareros salió convencido de que algo había que cambiar y su solución táctica ha sido la defensa con tres centrales y dos carrileros. El Huesca juega ahora más directo y a cada partido se ha atrevido a ir adelantando su línea de presión. Antes del cruce con el Mirandés, aunque no se marcó, en la visita del Girona (0-1) se habían realizado 17 disparos. La semana siguiente en Cartagena se obtuvo un 0-3 con 18 intentos, en el 1-2 con la Ponferradina fueron 16 y en el 2-1 con el Eibar hubo 14.

La suma total en este periodo es de 77 con una media de 15,4. En los nueve primeros choques de Xisco fue de 10,4; dato similar al de los doce compromisos de Ambriz, 10,1. En la etapa del mexicano se encuentran los dos extremos de la estadística. En el recibimiento al Cartagena (2-0) se registraron 19 disparos y en el 0-0 con el Fuenlabrada, cuatro.

No solo la cantidad, también la efectividad ha mejorado. El 43% de las percusiones del Huesca de 2022 van entre los tres palos, 33, el 43%, y de ellas nueve han acabado en la red. En los duelos previos a la Navidad se contabilizaron 27 tiros bien dirigidos, el 30% del total, para siete dianas, y con Ambriz fueron 42 (34%) de los que quince subieron al marcador.

Seoane y Escriche, goleadores el domingo junto a Poveda y Gerard Valentín, refuerzos invernales, son los que vienen capitalizando el caudal ofensivo azulgrana a lo largo del ejercicio registrando las mejores cifras de sus carreras. El madrileño, con nueve aciertos, lleva 26 disparos, 16 a puerta y el de Burriana, para cinco dianas ha hecho 31 intentos, quince hacia la línea de gol.

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