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La SD Huesca se impone con solvencia al Oviedo

Los azulgranas suman su tercera jornada consecutiva sin perder tras un partido en el que marcaron tres goles y le fueron anulados otros dos (3-1). Los tres puntos les permiten dormir en ascenso directo.

El Alcoraz sigue siendo un fortín para la SD Huesca. El conjunto azulgrana ofreció este sábado ante el Oviedo una nueva victoria a su parroquia que le permite enlazar por primera vez en todo el curso tres jornadas consecutivas sin perder y dormir como segundo clasificado en puestos de ascenso directo (3-1). Para continuar en el mismo lugar cuando la jornada quince concluya habrá que esperar a lo que haga el domingo el Almería con el Real Zaragoza y el Fuenlabrada con el Málaga.

Los de Míchel mostraron de nuevo un carácter incisivo y, aunque no fue su mejor actuación, sí que acabaron rubricando el triunfo con solvencia después de que el Oviedo, conjunto de la zona baja, pero en buen momento de forma, le causase algún que otro problema. Fue especialmente en el tramo final de la primera parte cuando los asturianos se hicieron con el control del balón, un tiempo en el que, por otro lado, se pudo ver a un Huesca mucho más vertical que de costumbre buscando la espalda del contrario y demostrando que es capaz de jugar de diferentes formas e incluso de ir encontrando soluciones nuevas a las distintas trampas que los rivales le plantean. Tras el descanso, a raíz de la entrada de Ferreiro, el dominió pasó a ser local.

Con la de este sábado fue ya la tercera ocasión consecutiva en la que Míchel emplea la misma alineación titular y por tanto ya se puede recitar de memoria: Álvaro, Miguelón, Pulido, Datkovic, Galán, Mikel Rico, Mosquera, Raba, Juan Carlos, Cristo y Okazaki. El técnico madrileño parece haber dado con un bloque de once jugadores que, al menos durante la actual fase de la temporada, es capaz de ofrecerle las alternativas que busca sobre el césped. Antes de tumbar al Oviedo, ya había deslumbrado ante el Elche, al que desarboló y superó con un 2-0 que fue corto, y mantenido la compostura en la visita al Tenerife para sumar un punto.

El Oviedo arrancó agresivo con dos faltas consecutivas en el primer minuto y, de hecho, la siguiente acción reseñable fue una amarilla mostrada a Carlos Hernández, que derribó a Okazaki cerca de la línea de fondo. Juan Carlos la sacó escorado y casi encontró la portería. Mucho más clara fue la primera oportunidad carbayona. Un disparo de Borja desde fuera del área que se fue fuera por poco. 

Si la intención de los de Javi Rozada era amedrentar con su dureza, más bien consiguieron el efecto contrario. Los azulgranas tomaron el acuse de recibo y decidieron hacerse con el control del juego de forma más efectiva. Tras el primer saque de esquina del encuentro, Raba protagonizó una acrobacia que acabó siendo anulada por fuera de juego. Fue un aviso porque a continuación firmaría el primer gol de la tarde. Pulido se hizo con el esférico en la medular, lo echó hacia adelante, el cántabro galopó y no falló el mano a mano justo cuando el cronómetro indicaba que se había alcanzado el primer cuarto de hora.

Lejos de aflojar, los locales siguieron apretando y a los cinco minutos ampliaron su ventaja. Cristo condujo el balón, pero ya dentro del área erró en el último regate, el esférico quedó suelto y Mikel Rico lo empujó a la red.

Ante el intento visitante por estirarse, el centro del campo de la SD Huesca estaba encontrando auténticas autopistas por las que colarse, ya fuese en acciones individuales o con pases al hueco. Uno de estos últimos, nacido en las botas de Raba, dejó solo a Juan Carlos ante el meta de los asturianos. El gol ya se festejaba, pero Champagne logró tapar bien su portería.

El 3-0 volvió a palparse varias veces más, aunque sin asirse. El Huesca perdonó y cuando esto sucede ya se sabe lo que ocurre en el fútbol. En un saque de esquina que tocó Ortuño, Christian Fernández cabeceó el 2-1; una jugada a balón parado volvía a hacerles daño a los altoaragoneses.

Los de Míchel acusaron el golpe, aunque tratasen de espabilar con pases largos al igual que un púgil agita la cabeza para recomponerse tras un gancho. El Oviedo era ahora el que movía el cuero y se mostraba más paciente. Christian Fernández, de nuevo con la testa, rozó el 2-2, pero Álvaro se lo impidió. En la contra posterior fue Okazaki el que no definió bien.

El primer acto había sido movido con goles y ocasiones por parte de los dos bandos y con la sensación de que los locales habían dejado pasar la opción de cerrar el choque, pero también con el alivio de que el empate no se hubiese producido.

Los carbayones volvieron de los vestuarios decididos a ser ellos los que marcasen las pulsaciones del encuentro. Sin embargo, esto acabaría quedándose meramente en una intención. Los locales pronto comenzaron a hacer daño. Raba, en una de sus carreras por la banda, cedió a Miguelón, más adelantado, para que centrase. Okazaki cabeceó y el esférico se fue alto por milímetros. De todos modos, algo tenía que cambiar y Míchel decidió echar mano de su banquillo.

El primer movimiento fue el de quitar a Cristo, que salió entre aplausos, y dar entrada a Ferreiro. La medida resultó efectiva y,a la postre, decisiva. Los titulares del estadio pasaron a encerrar en su campo a los ovetenses con Juan Carlos y Mosquera, además del recién ingresado, como hombres clave y con Datkovic y Pulido plantados en la medular.

El juego basculó desde la derecha hacia la izquierda y así Ferreiro probó fortuna con un lanzamiento que se fue a córner. Si un gol tenía que producirse era el 3-1 y, de hecho, Okazaki lo consiguió, pero fue anulado por una supuesta falta de Pulido.

En las filas visitantes, la primera sustitución, como no podía ser de otro manera fue de carácter ofensivo. Cortina entregó el testigo a Yoel Barcenas cuya carta de presentación fue un cabezazo en un envío largo que Álvaro recogió con las manos. A continuación, Ibra, otro atacante, pasó a ocupar la plaza de Juanjo Nieto, el lateral derecho.

En el Huesca, el movimiento fue el de dar descanso a un asfixiado Raba a cambio de Eugeni. La presencia de Eugeni prácticamente coincidió con el que de nuevo pudo ser el 3-1. Nada más pisar el césped, el tarraconenses acompañó una contra guiada por Juan Carlos, se la podría haber cedido al ‘8’, pero el gallego optó por continuar hasta el final, no pudo culminar él, pero sí Okazaki, muy atento a los acontecimientos. Sin embargo, Milla Alvendiz recurrió al VAR y dictaminó que había habido un fuera de juego anterior de Juan Carlos.

Finalmente, a la tercera llegó el tercero de la tarde. Ferreiro se lo ofreció a Mikel Rico y éste no lo desaprovechó para conseguir su particular doblete y cerrar el partido del todo. Se añadieron cinco minutos, pero el Huesca no admitió ningún susto o inquietud.

Ficha técnica

SD Huesca: Álvaro, Miguelón, Pulido, Datkovic, Galán, Mikel Rico, Mosquera, Raba (Eugeni, 75), Juan Carlos, Cristo (Ferreiro, 54) y Okazaki (Escriche, 90).

Real Oviedo:Champagne, Juanjo Nieto (Ibra, 73), Carlos Hernández, Arribas, Christian Fernández, Jimmy (Riki, 91), Lolo, Sangalli, Edu Cortina (Yoel Bárcenas,69), Borja y Ortuño.

Goles: 1-0, min. 15: Raba. 2-0, min. 20: Mikel Rico. 2-1, min. 31: Christian Fernández. 3-1, min. 87: Mikel Rico.

Árbitro: Milla Alvendiz (comité Andaluz). Amonestó a los locales Galán (52) y Datkovic (95) y a los visitantes Carlos Hernández (5), Champagne (80) y Arribas (82).

Incidencias: Partido correspondiente a la 15ª jornada de liga de Segunda División disputado en El Alcoraz ante 6.156 espectadores.

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