El Östersunds FK amenazó a Saman Ghoddos con no dejarle salir y rechazar todas las ofertas que recibiese si finalmente acababa jugando en la SD Huesca, según pública el diario sueco Östersund Post que ha tenido acceso a la resolución de la FIFA dictada el pasado mes de agosto. En ella, se estableció una compensación económica de cuatro millones de euros para la entidad oscense, una suspensión de cuatro meses para el jugador y la prohibición para el club escandinavo de realizar fichajes hasta enero de 2021.

El caso se remonta al verano de 2018 cuando la SD Huesca trató de incorporar al internacional iraní a su plantilla de cara al estreno en Primera División. Ghoddos llegó a viajar a la capital altoaragonesa y a firmar un documento en el que se contemplaba un contrato de cuatro años de duración. Sin embargo, a su regreso a Suecia, el acuerdo quedó roto y el jugador acabó recalando en el Amiens en un movimiento en el que desde la entidad azulgrana se entendió que se había producido una duplicidad de contrato laboral que denunció.

En el escrito ahora hecho público, Ghoddos afirma que desde el Östersunds, club al que pertenecía, se le persuadió de que el contrato no era válido y que se le obligó a rechazar al Huesca. A este respecto, explica que no estaba conforme y que su deseo era recalar en El Alcoraz.

El delantero también ha realizado en las últimas horas declaraciones en Suecia en las que asegura que la decisión de la FIFA, que se encuentra recurrida tanto por él como por el Östersunds ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo, le dejó “devastado” y que la multa de cuatro millones de euros, a la que en parte deberá hacer frente, “no es realista” porque no tiene esa cantidad de dinero.

Desde la SD Huesca, por su parte, existe tranquilidad acerca de la posible decisión que pueda tomar el TAS y cuya resolución se espera que se produzca entre febrero y marzo. Se entiende que ya la FIFA le dio la razón y que desde el club se tuvo suficiente paciencia con el jugador, al que se le estuvo esperando casi un mes para que se incorporase a la disciplina de Leo Franco, el entrenador por entonces.