Camino de mitad de abril de 2024, Sinan Bakis, el delantero centro germano-turco del Real Zaragoza, fichaje estrella de Juan Carlos Cordero -director deportivo- en el verano pasado para un proyecto con aspiraciones a pelear por el ascenso a Primera División, está inmerso ya en una contrarreloj individual en busca de... ¡un gol!

Al ariete, que cumplirá los 30 años el día 22 de este mes, solo dispone de 8 partidos para tratar de estrenarse en lo que se previó como su faceta principal dentro del plan de presente y futuro del Real Zaragoza: ser el referente goleador principal de la plantilla. Porque, en efecto, su balance, tras 8 meses de liga, de temporada, es un monumental cero en su casillero. Nada de nada. 

Bakis hizo el año anterior un torneo notable en las filas del modesto FC Andorra, firmando 12 dianas (3 de penalti). Una cifra que, en el neofútbol que rige en Segunda División, le dio de sí para ser el tercer mejor registro del año en 42 jornadas. Una década antes, para estar en el podio de goleadores casi siempre fue necesario estar en la veintena de tantos, o cifra similar. Ahora, el gol es un elemento de menos consumo en los entrenadores del referido neofútbol, donde prevalecen las consideraciones defensivas, de mantener la portería propia a cero, de que en los partidos sucedan pocas cosas en términos futbolísticos. Cualquier cosa antes que la plasticidad y la antigua prioridad de proponer un fútbol combinativo, de llegada constante al área rival, de generación de cuantas más ocasiones sea posible y, por ende, de marcadores más trufados de goles semana tras semana. Predomina el feísmo que deriva del miedo.

Sinan es una pieza dañada este año en Zaragoza por tres motivos principales. Uno, que no fue capaz de embocar pronto su primer gol, en las ocasiones que tuvo en el comienzo de la liga en agosto, cuando todo el terreno evaluativo estaba virgen y permeable a cualquier camino a tomar por él y por el equipo (que empezó como un tiro, por cierto). El segundo, una importante lesión de rodilla, nunca especificada por el club más allá de la referencia a una meniscopatía, sin detalle alguno dentro de un campo tan amplio de gravedades y afecciones, que lo tuvo cuatro meses de baja médica y, tanto antes como después de ese periodo, menoscabado en su rendimiento. 

Y el tercero, la manera de diseñar el tipo de juego colectivo por parte de los dos primeros entrenadores de este año que ya va por tercer inquilino en el banquillo. Fran Escribá y, sobre todo, Julio Velázquez, miraban mucho más al entramado defensivo que a las dotaciones ofensivas del equipo en cada partido. Y Bakis, por sí solo, no es un delantero que pueda sobrevivir como una isla en la punta del ataque del once sobre el césped. 

Ahora, Víctor Fernández, que llegó hace solo 27 días con el club ahogado, con sus dirigentes de mayor rango de cara al público muy señalados ya por la situación (el citado Cordero y el director general Raúl Sanllehí), le está dando a Bakis todo el protagonismo que, desde que empezó este fallido proyecto en agosto, no gozaba el germano-turco. Es un modo corporativo (y también de índole deportiva, visto el elenco de puntas del plantel) de intentar recuperar, en la medida de lo posible, la figura de una 'estrella' que ostenta el mayor salario del grupo (cercano al millos de euros por curso) y al que le restan dos campañas más de compromiso contractual.

Bakis, por este rendimiento tan alejado al esperado, no solo es un problema en esta liga 23-24 que va a acabarse en tan solo 54 días. El manejo de su situación tiende a ampliar aristas y contraindicaciones cuando hayan transcurrido las 8 últimas jornadas pendientes, las últimas 7 semanas y media del torneo. Salvo que, con el apoyo logístico de Víctor Fernández (que insiste e insiste en poner a Bakis como titular día tras días en busca de su resurrección) el delantero centro encuentre las musas y vengan varios goles de aquí al 2 de junio, su posición en la plantilla de cara al curso 24-25, el siguiente, va a quedar muy abollado y en entredicho. Cuestión de calidad-precio. Cuestión de diseño y remodelación profunda de la propuesta de ascenso (que se presupone será el afán de la SAD nuevamente, la 12ª vez consecutiva).

Bakis busca su primer gol y tiene para ello un máximo de 720 minutos para obtenerlo. Llegará al partido del domingo ante el Elche en La Romareda con un pasaporte vital que refleja que ha jugado 1.038 minutos en 16 partidos como zaragocista, 703 con Escribá, 55 con Velázquez y, por ahora, 280 con Víctor Fernández. 

Su lugar en el escalafón de delanteros centro fichados con envoltorio de goleadores en los últimos 11 años en Segunda (y por extensión, en toda la historia del club) está a fecha de hoy en el fondo del todo. Junto a Gabriel 'Toro' Fernández, Pape Gueye, Sabin Merino (que sigue siendo jugador del Real Zaragoza y está cedido en Ferrol), Haris Vukic, Jeison Medina, Sergi Enrich... Un torbellino de fiascos, inédito en la trayectoria de la entidad, que merece estudio incluso dentro del ámbito de lo paranormal.