Real Zaragoza: La tregua con Velázquez se acaba
En política, cuando un nuevo gobierno alcanza el poder, se suele hablar de "la tregua de los cien días". O se solía. Se trataba de ese periodo de gracia que se daba de margen al nuevo alcalde o presidente del Gobierno para que se asentara, nombrara a su equipo y comenzara a dibujar su estrategia de gobierno. Los entrenadores no tienen esa suerte. No hay paciencia para quienes se sientan en los banquillos, y menos si aterrizan a mitad de temporada. El fútbol no espera a nadie. Exige resultados rápidos, especialmente en plazas exigentes como la de Zaragoza.
Julio Velázquez llegó con una misión complicada, con el equipo metido en una cuesta abajo sin frenos que le costó el puesto a Fran Escribá. Su elección resultó algo extraña, tras un largo periodo de tiempo alejado del fútbol español; su carta de presentación tampoco fue ortodoxa, ya que dijo llegar sin un estilo o sistema de juego definido. Una especie de libreto maleable en función de esos "contextos" de los que el propio Velázquez suele hablar. En esas primeras semanas se vio un principio de reacción. Se dio las cara ante rivales de enjundia como el Leganés y el Espanyol. Con el paso del tiempo, ha resultado ser un espejismo, ya que el Real Zaragoza se ha quedado totalmente estancado, tanto en el juego como en los resultados.
Este miércoles se cumplen 100 días de Julio Velázquez en el Real Zaragoza. No ha hecho falta que se agotara el plazo para que terminara la tregua. El club transmite que sigue confiando en él, pero la afición ya le ha señalado. Lo hizo claramente en el desplazamiento masivo a Villarreal y el triste empate cosechado. Y lo hará este domingo si el partido frente al Amorebieta no se encarrila rápido. Una victoria ante el colista alargaría algo esa tregua, al menos por unos días o semanas. Todo lo que no sea sumar los tres puntos será sinónimo de problemas: para el equipo, para el entrenador y quién sabe si para alguno de los que están más arriba.
