REAL ZARAGOZA

Aguado, ausencia en el primer entrenamiento de la semana de pasión para el Real Zaragoza

El centrocampista canterano no trabajó con el resto del equipo por unas molestias físicas sin especificar que desde el club se subraya que son leves.

Imagen del entrenamiento del Real Zaragoza este lunes por la tarde en la Ciudad Deportiva.
Imagen del entrenamiento del Real Zaragoza este lunes por la tarde en la Ciudad Deportiva.
Guillermo Mestre

Después de dos días y medio de desconexión, la plantilla del Real Zaragoza regresó este lunes a los entrenamientos, en horario vespertino (17.30) para aprovechar la mañana en su periodo de asueto. Lo hizo sin Marc Aguado en el grupo. 

El centrocampista canterano no trabajó con el resto de la plantilla por unas molestias físicas sin especificar que, eso sí, parece ser que son de carácter leve. Los demás, a las órdenes de un discutido Julio Velázquez, comenzaron a preparar el próximo partido, datado el sábado a las 18.30 en Villarreal (Castellón) frente al filial del club amarillo, en el estadio de La Cerámica (antes, El Madrigal). 

Va a ser una semana de pasión para la plantilla y técnicos zaragocistas. Es la que viene del segundo tropiezo consecutivo en forma de derrota en apenas cinco fechas, con el 1-2 que le endosó el Cartagena a los de Velázquez en el estadio municipal en la noche del viernes y el precedente 1-0 con el que cayó el Real Zaragoza en Éibar el fin de semana anterior. 

En solo cinco días, las esperanzas (e ilusiones, en muchos casos) de reengancharse a la zona alta de la tabla y, así, a la pelea por los puestos que den opción a optar al ascenso al final de la temporada (las 6 primeras posiciones de la clasificación), se han desvanecido a toda velocidad y con contundencia. Vencer al Eibar en Ipurúa era sinónimo de acercarse a 3 puntos del 2º clasificado y, con seguridad, afincarse en los puestos de promoción. No solo no se logró ese propósito si que, además, el varapalo ante el Cartagena ha acelerado la sensación generalizada de decepción y descreimiento en las capacidades del equipo en este, nuevamente, tortuoso año en Segunda División.

Velázquez tratará de transmitir a sus pupilos algo que, de puertas afuera, está siendo incapaz de trasladar a la afición y la opinión pública. El método del preparador castellano y su modo de comunicarlo están en plena decadencia y refracción en la calle y en los mentideros del Real Zaragoza. Sin resultados (y los suyos son ya peores en promedio que los que se llevaron por delante a su antecesor, Fran Escribá), no es posible sostener ninguna fe, ningún apoyo inquebrantable, ni siquiera de los más forofos o dados a las actitudes crédulas. Dos derrotas en cinco días hablan más que un entrenador como Velázquez en 11 semanas. 

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