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Los números acorralan al Real Zaragoza de Fran Escribá

El equipo aragonés suma una única victoria en los 10 últimos partidos. Siete puntos de 30 posibles son unos guarismos insostenibles para alcanzar cualquier objetivo.

Un momento del partido entre el Elche y el Real Zaragoza
Los jugadores del Real Zaragoza saludan a los aficionados desplazados a Elche.
Moisés Castell / Prensa2

Solo hacía falta tener dos ojos para certificar que el fútbol había abandonado al Real Zaragoza hace ya varias semanas. Casi de forma simultánea, lo hicieron también los resultados, que continúan poniendo de manifiesto la evidente crisis que atraviesa el conjunto aragonés. Más allá de las manidas y casi siempre estériles sensaciones, los números son reveladores. Pero no solo eso, también delatan, sonrojan y acorralan al equipo de Fran Escribá, que con la derrota de este sábado en Elche suma un único triunfo en los 10 últimos partidos disputados.

Sacar la calculadora y computar el botín obtenido en los dos últimos meses de competición produce escalofríos. El Real Zaragoza solo ha sido capaz de reunir siete puntos de los últimos 30 que se han puesto en juego. Estas cifras no solo son insostenibles para optar a las posiciones nobles de la clasificación, zona que el conjunto aragonés atisba cada vez más lejana, sino también para alcanzar sin sobresaltos los 50 puntos con los que cada año se prevé que se certifica la salvación en Segunda.

La derrota en Elche no es más que la enésima confirmación de que el equipo se le ha caído a Fran Escribá. Ante el conjunto ilicitano, el Real Zaragoza tardó más de 70 minutos en efectuar por primera vez un disparo con verdadero peligro entre los tres palos. Sin fútbol, sin ocasiones, sin seguridad atrás, sin gol...

Aquel extraordinario e inesperado inicio de curso, que convirtió al Real Zaragoza en el indiscutible líder de la competición con un sobresaliente pleno de cinco triunfos, parece ya un sueño demasiado lejano. La sexta jornada se saldó con un empate a uno en La Romareda frente al Racing de Santander, pero no fue hasta el siguiente compromiso, a domicilio contra el Racing de Ferrol, cuando comenzó el descalabro clasificatorio que Fran Escribá todavía no ha sido capaz de frenar.

En esta última serie de 10 encuentros, su equipo ha protagonizado varios patinazos de importante consideración. El descalabro en La Romareda ante el débil Alcorcón, el flagrante error de Poussin en Gijón, la posterior remontada del Eibar en Zaragoza, el inconcebible repliegue en Burgos, la falta de puntería ante el Oviedo... Son demasiadas máculas en un espacio de tiempo demasiado corto para una plantilla a la que se le presupone muchísima más capacidad que la demostrada en las últimas semanas.

¿La última bala de Escribá?

La semana que está a punto de arrancar se intuye decisiva para el futuro de Escribá. Nunca sabremos qué hubiera sido del técnico valenciano si el fuerte viento que sopló hace 10 días en Onteniente no hubiera provocado el aplazamiento del partido de Copa ante el Atzeneta para el próximo martes. Esta cita, junto al derbi aragonés del sábado en La Romareda, podría ser la última bala para un entrenador al que los resultados han arrinconado de forma muy peligrosa.

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