REAL ZARAGOZA

Opción posible: que no haya más operaciones en el cierre del mercado del Real Zaragoza

El Real Zaragoza afronta las últimas 40 horas del mercado de verano sin ninguna presión y preparado para dejar el equipo tal y como está. Cordero ve ya difícil traer a Bebé y casi imposible que se marche alguien.

Juan Carlos Cordero (dcha.), junto a Raúl Sanllehí (izda.) en la última presentación, la de Vallejo el día 23.
Juan Carlos Cordero (dcha.), junto a Raúl Sanllehí (izda.) en la última presentación, la de Vallejo el día 23.
Oliver Duch

Cuando salga el sol en este jueves 31 de agosto quedarán únicamente 40 horas para el cierre oficial del mercado estival de fichajes y traspasos. Saltar de la cama, ducharse y desayunar será sinónimo, para todos los protagonistas de las direcciones deportivas, agencias de representación de futbolistas, máximos dirigentes y ejecutivos de los clubes y las decenas de jugadores que aún ansían cambiar de aires que se están viviendo los últimos coletazos de un bimestre clave en la vida del fútbol profesional.

Y, con el paso del segundero del reloj y la caída de las últimas dos o tres hojas del calendario, ha ido ganando enteros la opción de que el Real Zaragoza finalice esta ventana de transacciones de verano sin ejecutar ninguna operación más, ni de entrada ni de salida. Tal y como están desarrollándose los acontecimientos desde el lunes, fuentes del club advertían anoche de que, salvo algún movimiento súbito, imprevisto desde cualquier prisma hoy al amanecer, el club zaragocista va a quedarse tal y como está ahora conformado. Hay que esperar hasta las 12 de la noche de mañana viernes, 1 de septiembre (este año se ha añadido un día más al mercado veraniego, una bola extra para los interesados), para que todo el mundo se quede tranquilo y descanse con seguridad. Pero todo tiende a que en las oficinas del club aragonés las luces estén apagadas mucho tiempo antes de esa medianoche.

Con los deberes bien hechos

El Real Zaragoza ha llegado este año a este punto del vértigo general en el fútbol español –y europeo– sin deberes pendientes. Juan Carlos Cordero, su director deportivo desde enero, que se estrena así en un proyecto de su cuño particular desde el minuto uno (el año pasado, este plan lo protagonizó el defenestrado Miguel Torrecilla), vive desde hace una semana en una burbuja de calma y satisfacción, sin ninguna presión. Mucho más al observar cómo la labor que empezó a tomar forma en junio ha colocado al equipo líder en solitario tras la disputa de las tres primeras jornadas de la liga 23-24, con tres triunfos y la portería imbatida.

Todos los movimientos imprescincibles, los obligatorios para remodelar la plantilla con la perentoria hondura que requería la deficiente fábrica del equipo que heredó, los acabó de consumar el pasado miércoles día 23 de agosto, con el fichaje –cesión– del delantero ‘diferente’ que precisaba el equipo, Manu Vallejo.

Ese día, Cordero ya avisó de que «la plantilla está completa, aunque no cerrada porque eso no se puede dar nunca por hecho hasta el último segundo del mercado». En comparecencias similares durante las semanas previas de este agosto que se acaba, el propio ejecutivo murciano siempre dejó el lamín de que, entre hoy y mañana, pudiera llegar un último aderezo a su metamorfosis intensiva del vestuario. «Estaremos muy atentos hasta el final por si surge alguna oportunidad de mercado que nos interese. Y, si es así, iremos a por ella», dijo un par de veces.

Bebé y la posible salida de alguien

Ahí, en ese hipotético escenario, siempre se incluyó la opción de poder cuajar la repetición de la cesión de Thiago Bebé desde el Rayo Vallecano. Un futbolista que alcanzó el año pasado, en sus cuatro meses de estancia en Zaragoza, el rango de ídolo de la afición al ser pieza decisiva para evitar los problemas clasificatorios que Cordero tuvo que solucionar a su llegada urgente por Reyes. Bebé siempre fue derivado al mismo cierre del mercado, por su singular perfil, especialmente en términos dinerarios. Ayer, como ya se viene sospechando desde principios de semana, se consideró «difícil» el hecho de que Bebé pueda venir de nuevo al Zaragoza en estas próximas 40 horas. Su alto salario impide hallar una fórmula que cuadre en las arcas zaragocistas. Solo se da ese inconveniente. Pero es bastante insalvable.

Del mismo modo, la advertencia de Cordero de que «igual, a última hora, surge una oferta por alguno de nuestros futbolistas que es importante económicamente y nos vemos obligados a estudiar y afrontarla», se quedó anoche casi sin tiempo para que pueda tomar forma. La figuras de Francés, Bermejo y Grau han pululado por los ambientes del mercadeo futbolístico en los últimos días. Pero a la sede zaragocista no ha llegado oferta firme que escrutar.

Así que la resolución que más probabilidades tiene de ocurrir es que en el Real Zaragoza no pase nada más. Aun así, la experiencia recomienda máxima alerta. Ya solo es cuestión de día y medio.

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