Thiago Manuel Dias Correia ‘Bebé’ solo jugó dos minutos y el tiempo añadido en la noche de este lunes en el último partido de la jornada 2 de Primera División con su equipo, el Rayo Vallecano, en Granada. Por su parte, Manu Vallejo, el domingo por la tarde en el duelo de su club, el Girona, frente al Getafe en Montilivi, se quedó todo el tiempo en el banquillo. Ya son dos partidos de la nueva liga en los que a estos dos objetivos postreros del Real Zaragoza para completar su plantilla la realidad les es adversa en sus equipos.

Son dos detalles gemelos, de honda relevancia en las aspiraciones del Real Zaragoza para fichar en los últimos días del mercado estival al extremo luso-caboverdiano rayista (que ya estuvo cedido en las filas blanquillas desde enero a mayo el curso pasado) y al delantero andaluz que milita en el cuadro gerundense, que es una pieza que el director deportivo zaragocista, Juan Carlos Cordero, tiene subrayada con énfasis para redondear el mecanismo de ataque del nuevo proyecto que ya está en marcha. De hecho, Cordero da por descontado desde hace dos meses, cuando el verano se puso en marcha en el zoco de transacciones futbolísticas en el fútbol español, europeo y mundial, que por estos dos jugadores debería esperar hasta última hora, con sangre fría, por si al final es posible que se den las circunstancias deportivas y financieras que el Real Zaragoza requiere para contratarlos.

Naturalmente, era condición indispensable para los intereses zaragocistas que ni Bebé ni Manu Vallejo entrasen en los planes de sus respectivos entrenadores en estos primeros partidos de la liga que discurren, contra natura, durante el mes de agosto y con las ventanillas del mercado abiertas de par en par. Los dos regresaron a sus equipos matrices en junio tras sendas cesiones de media temporada, la anterior: Bebé al Real Zaragoza y Vallejo al Oviedo (en aquellos días de invierno, Cordero ya intentó captarlo para que reforzara al necesitado plantel del año pasado, pero el delantero eligió a la entidad asturiana, seducido por Álvaro Cervera, entrenador que lo tuvo en el Cádiz). En esta pretemporada, ambos jugadores aspiraban a convencer a los técnicos de sus clubes y reiniciar su carrera en ellos: Bebé a Francisco Rodríguez, que sucede a Iraola en el Rayo, y Vallejo a Míchel Sánchez, que sigue un año más en Gerona.

No parece, según se desprende de los hechos y las intenciones manifiestas de uno y otro, que Bebé y Vallejo vayan a acabar teniendo un papel importante en el Rayo y el Girona. Así que, ahora, ya sumidos en la penúltima semana de mercado, a solo 10 días del cierre del mismo, una vez que el ámbito deportivo viene a favor del Real Zaragoza, emerge la segunda parte de la ecuación a solucionar: la económica.

Bebé y Vallejo tienen contrato en vigor en Vallecas y Gerona por dos años más. Y los dos cobran anualmente sendas fichas con siete cifras, por encima del millón de euros. La fórmula para consumar su llegada al Real Zaragoza pasaría por un préstamo en el que los clubes de origen se hagan cargo de una parte de ese salario, que es desmesurado para los posibles dinerarios de que dispone la SAD zaragocista. Y, a partir de ahí, ver si hay cláusulas a futuro que puedan allanar el camino, como serían las opciones de compra en el próximo verano en caso de ascenso del cuadro aragonés a Primera.

Bebé tiene claro que, si ha de volver a salir de Rayo, su destino será Zaragoza. El lisboeta fue feliz en los cuatro meses que vivió en la capital aragonesa, donde encontró un ambiente propicio, el que necesitaba tras una fase de ostracismo, convertido enseguida por la afición en un ídolo, un talismán, gracias a su papel de jugador de otro nivel superior al que mostraba la plantilla de Escribá entonces.

Manu Vallejo no es tan sencillo de convencer si, finalmente, deja de nuevo el Girona. Tiene ofertas sugerentes de clubes como el Espanyol, el Valladolid, Elche y, de nuevo, el Oviedo. La baza a jugar es Cordero. Con el director deportivo zaragocista nació al fútbol profesional el jugador en el Cádiz. Las dos operaciones se van a acelerar a partir de hoy. En un máximo de 10 días habrá soluciones, en positivo o negativo.