real zaragoza

Los ensayos de pretemporada del Real Zaragoza concluyen ya en Tarragona

El equipo zaragocista visita en la noche de este sábado al Nástic (20.00), su séptimo y último partido de pruebas, a una semana exacta del inicio de la liga 23-24.

Aspecto de una parte del graderío de La Romareda anteanoche durante el partido Real Zaragoza-Millonarios de Bogotá.
Aspecto de una parte del graderío de La Romareda anteanoche durante el partido Real Zaragoza-Millonarios de Bogotá.
Francisco Jiménez

El Real Zaragoza disputa en la noche de este sábado en Tarragona el séptimo y último partido preparatorio de pretemporada, a las 20.00, frente al Gimnástic, club que milita ahora en Primera RFEF. Atrás quedan cinco semanas de intenso trabajo tras el retorno vacacional que dejan servido el inicio de la liga 23-24, hecho que ocurrirá para los zaragocistas dentro de una semana exacta: el sábado día 12, en La Romareda, frente al Villarreal B (19.00).

El equipo que dirige Fran Escribá pone así punto final a una serie de duelos amistosos que dieron comienzo el 19 de julio frente a su filial, el Aragón en la Ciudad Deportiva. Partidos de distinto grado de dificultad que han servido para adquirir un mínimo de base táctica dentro de la labor de ensamblaje de los nuevos fichajes que han ido incorporándose a la plantilla con la base que permanece. Grupo que, según las previsiones, está aún falto del redondeo con cuatro piezas más, todas de relevancia en el plan definitivo del curso que ya viene.

Tarragona, en esta noche de agosto, con la seguridad de que los seguidores zaragocistas pueden rondar el millar en las gradas del Nou Estadi grana, es el colofón a 18 días donde el fútbol, la pizarra, las lecciones tácticas y los vídeos de revisión de virtudes y defectos han prevalecido sobre la preparación física, cuestión esta que fue nuclear en las dos primeras semanas, las que unieron el 3 con el 16 de julio. Escribá, con su ayudante Generelo y el resto del ‘staff’, ya no tendrán a partir de hoy más ensayos generales contra rivales ajenos para encajar a veteranos y noveles, a los recién llegados con los que ejercen de anfitriones en el vestuario. Es la última prueba con gaseosa. Lo siguiente, ya tendrá tres puntos en juego y acarreará una trascendencia sobresaliente dentro de una liga larga, de 42 jornadas, que tiende a confundir a los más despistados sobre la importancia de estos primeros puntos en disputa. A eso de las 22.00 de este domingo 5 de agosto nacerá una nueva fase de maduración del equipo.

El Real Zaragoza no va a cambiar en Tarragona sus pautas veraniegas en los bolos de pruebas. Escribá ya lo advirtió el domingo pasado al abandonar la concentración del Pinatar (Murcia): ante el Millonarios de Bogotá, en la presentación ante el público local en La Romareda (anteayer), sí que iba a dotar de cierta seriedad a la rotación de futbolistas; pero en Tarragona (hoy), lo normal es que se volviera al hábito de principios de la serie de partidos de precampaña, con dos onces diferentes o, si no tan drástico, algo parecido, dando entrada a los canteranos que han ayudado sobremanera al trabajo general en este verano.

Escribá hará redebutar con la camiseta zaragocista al recién reincorporado Mollejo que, en realidad, no necesita puesta de largo pues lo suyo es mera continuidad al repetirse cesión desde el Atlético de Madrid. También cabe el estreno del portero francés Poussin, inédito en los dos duelos últimos en Murcia –tras llegar súbitamente desde Burdeos a la estadía– y también al margen ante el Millonarios. No así el de su paisano Lecoeuche, aún de baja médica por una fascitis plantar casi desde su primer día de llegada.

Sergi Enrich, baja contra los colombianos por una sobrecarga, se evaluará a última hora para verificar si es conveniente que juegue o no (Escribá quiere riesgos cero). Pau Sans inédito por lesión todo el tiempo de estío, también opta a unos minutos simbólicos. Minutos que quedan fuera de mano de Bermejo, aún tierno tras su recuperación de tres meses de una seria rotura muscular en un muslo.

El Nástic, venido a menos

Quien fuera rival del Real Zaragoza en Primera División incluso, el Nástic de Tarragona, es hoy una entidad en decadencia en Primera RFEF, que se salvó de un descenso a Segunda ‘in extremis’. Entrenado por Dani Vidal, técnico de la casa que fue segundo de los dos últimos titulares, el exzaragocista Raúl Agné e Iñaki Alonso, su apurada directiva ha modificado la mitad de la plantilla.

Entre las novedades, aportan cierto nombre por haber jugado en el fútbol profesional David Concha, Pablo Trigueros, Gorka Santamaría, Marc Fernández, o el portero Varo. De los que continúan (el año pasado le igualaron 3-3 al Real Zaragoza en agosto tras ponerse 3-0 en la primera parte el Nástic), llama la atención la presencia de Mauricio Pochettino, hijo del entrenador argentino del Chelsea.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión